Geógrafos e historiadores musulmanes han brindado registros excelentes de los gobernantes musulmanes y pueblos en África. Entre ellos están Al-Jawarzimi, Ibn Munabbah, Al-Masudi, Al-Bakri, Abul Fida, Yaqut, Ibn Batutah, Ibn Jaldún, Ibn Fadlallah Al-‘Umari, Mahmud Al-Kati, Ibn Al-Mujtar y Abd Ar-Rahman Al-Sa’di. El Islam alcanzó la región de la Sabana en el siglo VIII, la fecha en que comenzó la historia escrita del África Occidental. El Islam fue aceptado ya en el año 850 d.C. por la dinastía Dya’ogo del Reino de Tekur. Fue el primer pueblo de raza negra en aceptar el Islam. El mercado y el comercio pavimentaron la vía para la introducción de nuevos elementos de material cultural, e hicieron posible el desarrollo intelectual que naturalmente sigue a la introducción y la difusión de la alfabetización.
Eminentes eruditos historiadores árabes y africanos han escrito sobre los imperios de Ghana, Mali, Songhay, y Kanem Bornu. Ellos documentan famosas rutas comerciales en África, desde Sijilmasa hasta Taghaza, Awdaghast, lo que llevó al imperio de Ghana, y de Sijilmasa a Tuat, Gao y Timbikutu. Al-Bakri describe a Ghana como un país muy avanzado y económicamente próspero ya desde el siglo XI. También, analiza la influencia del Islam en Mali en el siglo XIII y describe al gobierno de Mansa Musa, cuya fama se extendió a Sudán, el Norte de África e incluso a Europa.
La difusión del Islam en África Occidental
El Islam alcanzó la región de la Sabana en el siglo VIII d.C., fecha en que se inicia la historia escrita del África Occidental. Los historiadores arabomusulmanes comenzaron a escribir sobre África Occidental a comienzos del siglo VIII. El famoso estudioso Ibn Munabbah tan pronto como en el 738 d.C., seguido por Al-Masudi en el 947 d.C. A medida que el Islam se propagó por la región de la Sabana, era de esperarse que los enlaces naturales también se comenzaran a establecer con el Norte de África.
Fue por esta razón que los historiadores arabomusulmanes se refieren a Bilad At-Tekur como “la tierra de los musulmanes negros”. War-jabi, hijo de Rabis, fue el primer gobernante de Tekur en cuyo reino el Islam fue establecido firmemente y se impuso la Shari’ah Islámica. Esto le dio una ley musulmana uniforme a la gente. Para la época en que los Al-Murabitun de Almorávides comenzaron su ataque a Tekur, en el año 1042 d.C., el Islam había tenido un impacto profundo en la gente de esa área. Al-Idrisi en 1511 describió al país Tekur como “seguro, pacífico y tranquilo”. La ciudad capital de Tekur también fue llamada Tekur, y se consolidó como centro de comercio. Los mercaderes solían traer lana desde el Gran Marruecos para venderla allí, y a cambio se llevaban oro y perlas.
Tenemos suficientes documentos sobre la historia de esta región gracias a que fue conocida por los historiadores árabes como el Bilad As-Sudan, la tierra de los negros. En el periodo medieval, los imperios más reconocidos que crecieron allí son conocidos incluso en nuestros días: los imperios de Ghana, Mali, Songhay, y Kanem Bornu. Eminentes historiadores árabes han escrito sobre las glorias es estas tierras, entre ellos destacan Al-Bakri, Al-Masudi, Ibn Batutah e Ibn Jaldun. Más allá de estos eruditos, hay estudiosos locales cuyos trabajos han llegado hasta nosotros. Por ejemplo, Tarikh As-Sudan (Historia de Sudán), por As-Sadi, y Tarikh Al-Fattash, por Muhammad Al-Kati.
Existieron rutas comerciales famosas, como aquella entre Siyilmasa, Tegaza y Audagost, que llevó al imperio de Ghana; y otra desde Siyilmasa a Tuat, Gao y Timbuctú. Hubo otras que conectaron la actual Nigeria con Trípoli vía Fez, a Bornu y Túnez con Nigeria vía Ghadames, Ghat, y Agadés a la tierra Hausa. Estas rutas hicieron de todos los lugares mencionados famosos centros comerciales. Estos centros de comercio invariablemente se convirtieron en centros de aprendizaje y civilización islámicos. Nuevas ideas llegaron a través de los comerciantes visitantes en el campo de las prácticas administrativas. Estudiaremos brevemente la expansión del Islam en cada uno de los imperios antiguos del Sudán Occidental.
El Islam en el antiguo Imperio de Ghana
Al-Bakri, el geógrafo musulmán, nos brinda un reporte temprano del antiguo imperio Soninké de Ghana. Su Kitab fi Masalik wal Mamalík (Libro de Caminos y Reinos) describe a la Ghana de 1068 como muy avanzada. Económicamente, fue un país próspero. El rey había empleado intérpretes musulmanes, y muchos de sus ministros y tesoreros fueron musulmanes también. Los ministros musulmanes aprendieron lo suficiente para registrar eventos en árabe y sostener correspondencia de parte del rey con otros gobernantes. “También, como musulmanes, pertenecieron al cuerpo político más grande del mundo islámico, y esto haría posible establecer relaciones internacionales”.
Al-Bakri nos ofrece el siguiente retrato del Islam en Ghana en el siglo XI:
La ciudad de Ghana consiste en dos ciudades que se extienden sobre una llanura, una de las cuales está habitada por musulmanes y es grande, posee 12 mezquitas, una de ellas es una mezquita congregacional para las oraciones del viernes: cada una tiene su Imam, almuecín, y recitadores del Corán a sueldo. La ciudad tiene un gran número de juristas, consultores y sabios.
El Islam en el Imperio de Mali
La influencia del Islam en Mali data del siglo XV cuando Al-Bakri menciona la conversión de su gobernante al Islam. Hubo un período duro de sequía que llegó a su fin al ofrecerse las oraciones musulmanas. El Imperio de Mali se levantó de las ruinas del Imperio de Ghana. Hay dos nombres importantes en la historia del Islam en Mali: Sundiata (1230-1255) y Mansa Musa (1312-1337). Sundiata es el fundador del Imperio Malí, pero fue un musulmán débil ya que practicó el Islam con prácticas sincréticas y fue muy cuestionado por los eruditos. Mansa Musa fue, por otra parte, un musulmán devoto y es considerado como el verdadero arquitecto del Imperio Malí. Para la época en que Sundiata murió en 1255, un gran número de dependencias de la antigua Ghana también entraron bajo su poder. Después de él vino Mansa Uli (1255-1270) quien había hecho la peregrinación a La Meca.
Mansa (Emperador) Musa subió al poder en 1312 y su fama llegó más allá de Sudán, Norte de África, y se difundió por Europa. Mansa Musa gobernó entre 1312 y 1337, y entre 1324-25 hizo su famoso peregrinaje a La Meca (Hayy). Cuando regresó de su peregrinaje, trajo consigo un gran número de eruditos musulmanes y arquitectos que construyeron cinco mezquitas, por primera vez con ladrillos cocidos. Por lo tanto, el Islam recibió su mayor impulso durante el reinado de Mansa Musa. Muchos eruditos están de acuerdo en que debido a su apego al Islam, Mansa Musa pudo introducir nuevas ideas a su administración. El famoso erudito y viajero Ibn Batutah fue a Mali durante el reinado de Mansa Sulaiman (1341-1360), y dio un excelente reporte del gobierno de Mali y su prosperidad económica, de hecho, un legado de la política de Mansa Musa. El peregrinaje de Mansa Musa proyectó una enorme riqueza y potencialidades de Mali, lo que atrajo a más y más mercaderes y eruditos musulmanes. Estos mercaderes y eruditos musulmanes contribuyeron al desarrollo económico y cultural de Mali. Fue durante su reinado que las relaciones diplomáticas con Túnez y Egipto fueron establecidas y, por lo tanto, comenzó a aparecer Mali en el mapa del mundo.
El Islam en el Imperio de Songhay
El Islam comenzó a difundirse en el Imperio de Songhay en algún momento del siglo XI, cuando la dinastía gobernante Za o Dia primero lo aceptó. Fue una región próspera debido a su comercio floreciente con Gao. Para el siglo XIII había caído bajo el dominio del Imperio Malí, pero se había liberado a finales del siglo XIV cuando la dinastía fue renombrada Sunni. La frontera de Songhay se expandió entonces y en el siglo XV, bajo el liderazgo de Sunni ‘Ali, quien gobernó entre 1464 y 1492, las ciudades más importantes de Sudán Occidental cayeron bajo el Imperio Songhay. Las grandes ciudades de aprendizaje islámico como Tombuctú y Yenné entraron bajo su poder entre 1471-1476.
Sunni ‘Ali fue un musulmán nominal que usó al Islam para sus fines. Incluso persiguió a los eruditos y practicó cultos locales y magia. Cuando el famoso erudito Al-Maghilli lo llamó pagano, lo castigó también. La creencia en cultos y magia no fue, sin embargo, nada nuevo en Songhay. Existió en otros lugares de África Occidental hasta el tiempo en que los movimientos renovadores cobraron impulso en el siglo XVIII. Se dice de Sunni ‘Ali que trató de negociar entre el paganismo y el Islam aunque oró y ayunó. Los eruditos lo consideraron simplemente alguien insignificante y futil.
El sincretismo de Sunni ‘Ali’s fue pronto cuestionado por las élites y los eruditos musulmanes en Tombuctú, que era entonces un centro de enseñanza y civilización islámicas. La famosa familia de Agit, de los eruditos bereberes, tuvo el cargo de Presidente de la Corte y fue conocida por su oposición temeraria a los gobernantes. Durante su vida, Sunni ‘Ali tomó medidas contra los eruditos de Tombuctú (en 1469 y en 1486). Pero a su muerte, la situación cambió completamente: El Islam y los eruditos musulmanes triunfaron. Muhammad Toure (Towri), un comandante militar, le pidió al sucesor de Sunni ‘Ali, Sunni Barou, que apareciera ante el público e hiciera una confesión abierta de su fe en el Islam. Cuando Barou se rehusó a hacerlo, Muhammad Toure lo derrocó y se estableció una nueva dinastía llamada Askiya. Sunni ‘Ali puede ser comparado con Sundiata de Mali, y Askiya Muhammad Toure con Mansa Musa, un campeón de la causa del Islam.
A su llegada al poder estableció la ley islámica e hizo los arreglos para que un gran número de musulmanes fueran entrenados como jueces. Dio su patrocinio generoso a los eruditos y les entregó grandes extensiones de tierra y regalos. Se hizo gran amigo del famoso erudito Muhammad Al-Maghilli. Fue gracias a su patrocinio que eminentes eruditos musulmanes fueron atraídos a Tombuctú, que se convirtió en una gran sede del aprendizaje en el siglo XVI. Tombuctú tiene el crédito de haber establecido la primera Universidad Musulmana, llamada Universidad Sankore, en África Occidental; su nombre aún se conmemora hoy en la Universidad Ibadán, donde un área residencial del personal ha sido llamada Avenida Sankore.
Al igual que Mansa Musa de Mali, Askia Muhammad Toure realizó el peregrinaje y así entró en contacto con eruditos y gobernantes musulmanes de los países árabes. En La Meca, el Rey lo recibió usando turbante como muestra de gran respeto. El Rey le dio una espada y el título de Califa del Sudán Occidental. A su regreso de La Meca en el año 1497, utilizó con orgullo el título de Al-Hayy.
Askia tuvo tanto interés en el sistema legal islámico, que le hizo numerosas preguntas sobre teología islámica a su amigo Muhammad Al-Maghilli, quien respondió sus preguntas con un detalle que Askia distribuyó en el imperio Songhay. Algunas de estas preguntas eran sobre la estructura fundamental de la fe, como: ¿quién es un verdadero musulmán?, y ¿quién es un pagano? Cuando leemos las obras de Shehu ‘Uzman Dan Fodio, podemos ver algunos de sus argumentos citados sobre la autoridad de Al-Maghilli. En otras palabras, las discusiones detalladas de Al-Maghilli sobre los temas planteados por Askiya Muhammad jugaron un gran papel como influencia de Shehu.
Islam en el Imperio Kanem-Borno
Kanem-Borno en el siglo XIII incluyó la región alrededor del lago Chad extendiéndose por el norte hasta Fezzan. Kanem hoy día forma parte de la República del Chad. El Islam fue aceptado en primer lugar por el gobernante de Kanem, Umme-Jilmi, quien gobernó entre 1085 y 1097 d.C, a través de un erudito llamado Muhammad B. Mani, acreditado por haber llevado el Islam a Kanem-Borno. Umme-Jilmi se convirtió en un musulmán devoto. Fue a hacer la peregrinación pero murió en Egipto antes de llegar a La Meca. Al-Bakri también menciona que los refugiados Omeyas, que habían huido de Bagdad después de los planes de los Abasíes de liquidar su dinastía, residían en Kanem [21, 22].
Con la introducción del Islam en Kanem, éste se hizo el foco principal de la influencia en el Sudán central y se establecieron relaciones con el mundo árabe en Oriente Medio y el Magreb. El hijo de Umme, Dunama I (1092-1150) también fue en peregrinaje y fue coronado en Egipto, mientras se embarcaba en el Suez hacia La Meca, durante la tercera jornada del peregrinaje. Durante el reinado de Dunama II (1221-1259), una embajada de Kanem fue establecida en Túnez alrededor de 1257, según lo mencionado por el famoso historiador andaluz Ibn Jaldun (m. 1406 d.C.). Fue casi al mismo tiempo que una universidad y un albergue fueron establecidos en el Cairo, llamados Madrasah Ibn Rashiq. Hacia finales del siglo XIII, Kanem se convirtió en centro del conocimiento islámico, y profesores famosos llegaban desde Mali para enseñar en Kanem. Para mediados del siglo XIII, Kanem estableció relaciones con Tuat (en el Sahara argelino) y con el estado háfsida de Túnez intercambiando embajadores. Los eruditos y poetas de Kanem podían escribir árabe clásico de un nivel muy alto. Tenemos evidencia de esto en una carta escrita por el escriba en jefe de la corte de Kanem, datada entre 1391 y 1392.
El historiador Ibn Jaldun llama a Dunama II como el “Rey de Kanem y Señor de Borno”, puesto que su imperio se expandía hasta Kano (hoy Nigeria) en el occidente y Ouaddai (hoy Chad) en el oriente. Se dice que Dunama II abrió un talismán (Munni o Mune), considerado sagrado por su pueblo, y así trajo un período de dificultades a estas gentes. Fue debido a su entusiasmo por la religión del Islam que cometió esta “abominación” (quizás el talismán fue un símbolo tradicional de la realeza y alienó a muchos de sus súbditos).
A fines del siglo XIV, una nueva capital del imperio Kanem fue establecida en Borno en Nigazaragamu por ‘Ali bin Dunama, llamado también ‘Ali Ghazi, quien gobernó durante el período de 1476 a 1503. Él solía visitar al Imam en jefe ‘Umar Masramba para aprender más del sistema legal islámico. Él, por su propio ejemplo, persuadió a la nobleza y los jefes a limitar el número de sus esposas a sólo cuatro.
La islamización de Borno data de la época de Mai Idris Alooma (1570-1602). Hemos llegado a saber de él a través de su cronista, Ahmad bin Fartuwa. En el noveno año de su reinado, hizo el peregrinaje a La Meca y construyó un albergue para los peregrinos de Borno. Revivió las prácticas islámicas e hizo que todos y cada uno las siguieran. También creó los tribunales Qadhis para introducir leyes islámicas en lugar del sistema tradicional de derecho consuetudinario. Construyó un gran número de mezquitas de ladrillo para reemplazar las existentes, construidas con cañas.
En 1810, durante el período de Mai Ahmad, la gloria del Imperio de Borno llegó a su fin, pero su importancia como centro de aprendizaje islámico, continúa.
Islam en las tierras de los Hausa y los Fulani
Existe una leyenda Hausa muy conocida respecto al origen del estado Hausa, atribuida a Bayajida (Bayazid), quien vino de Begh para establecerse en Kanem-Borno. El gobernante Mai de Borno de aquellos tiempos (no tenemos información sobre la época) le dio la bienvenida a Bayajida y le entregó a su hija en matrimonio, pero al mismo tiempo le robó sus numerosos seguidores. Él huyó de Mai con su esposa y fue a Gaya Mai Kano, y pidió al orfebre de Kano que le hiciera una espada. La historia cuenta que Bayajida ayudó a la gente de Kano matando a una serpiente sobrenatural que les había impedido sacar agua de un pozo. Se dice que la reina, llamada Daura, se casó con él en recompensa por su servicio a la gente. Bayajida tuvo con Daura un hijo llamado Bawo. Bawo, a su vez, tuvo siete hijos: Biran, Dcura, Katsina, Zaria, Kano, Rano y Gebir, quienes se convirtieron en los fundadores de los estados Hausa. Cualquiera que sea el mérito de esta historia, trata de explicar cómo el lenguaje y la cultura Hausa se difundieron a través de los estados norteños de Nigeria.
El Islam llegó a las tierras Hausa a comienzos del siglo XIV. Se dice que alrededor de 40 alumnos de Wangarawa trajeron el Islam con ellos durante el reinado de ‘Ali Yaji quien gobernó Kano durante los años 1349-1385. Se construyó una mezquita, un almuecín (quien hace el llamado a la oración) fue nombrado para hacer el adán (llamado a la oración), y se nombró un juez para tomar decisiones religiosas. Durante el reinado de un gobernante llamado Yaqub (1452-1463), un Fulani emigró a Kano e introdujo libros de jurisprudencia islámica. Para la época en que Muhammad Rumfa subió al poder (1453-1499), el Islam estaba fuertemente arraigado en Kano. En este reinado, eruditos musulmanes llegaron a Kano, algunos venidos de Tombuctú, para enseñar y predicar el Islam.
Muhammad Rumfa consultó con eruditos musulmanes sobre asuntos del gobierno. Fue él quien había pedido al famoso teólogo musulmán Al-Maghilli que escribiera un libro sobre gobierno islámico durante su última visita a Kano en el siglo XV. El libro es una obra maestra renombrada y se llama La Obligación de los Príncipes. Al-Maghilli fue después a Katsina, que se había convertido en centro de enseñanza en el siglo XV. Muchos de los peregrinos de La Meca irían a Katsina. Los eruditos de la Universidad Sankore de Tombuctú también visitaron la ciudad y trajeron con ellos libros sobre teología y etimología. En el siglo XIII, Katsina produjo eruditos nativos como Muhammadu Dan Marina y Muhammadu Dan Masina (m. 1667) cuyas obras aún están disponibles hoy día.
La literatura de Shehu ‘Uzman Dan Fodio, su hermano Abdullahi, y su hijo Muhammad Bello, habla de las prácticas sincréticas de los Hausa Fulanis a finales del siglo XVIII. El movimiento de ‘Uzman Dan Fodio en 1904 fue introducido como un movimiento renovador del Islam para remover las prácticas sincréticas, y lo que Shehu llamó Bid’at Ash-Shaitania o innovaciones demoníacas.
La propagación del Islam en África se debe a muchos factores históricos, geográficos y psicológicos, y es también resultado de la distribución de las comunidades musulmanas, algunas de las cuales hemos tratado de esbozar. Desde su primera aparición en África, el Islam ha continuado creciendo. Sus eruditos fueron africanos desde el momento mismo de su difusión. El Islam se ha convertido en una religión africana y ha influenciado a su gente de diversas maneras.
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