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jueves, 24 de abril de 2014

Al Haddâdiyyah ('Abdu Llâh Al Haddâd)



Al Imâm Al Habîb 'Abdu Llâh Ibn Al 'Alawî Al Haddâd (que Allâh le haga misericordia) dijo :

« La alabanza no pertenece sino a Allâh Único. Que Allâh bendiga Sayyidunâ Muhammad, su familia, sus compañeros, y que les acorde la paz a todos. Sabemos, asentimos, creemos y confesamos con certitud, y atestiguamos que no hay divinidad fuera de Allâh, Único y sin asociado. Es un Dios Poderoso, un Rey Inmenso. No hay señor salvo Él,y no adoramos nadie fuera de Él. Es sin comienzo y Pre-Existente, Eternal y Perpetuo [Inmortal]. Su primacía no tiene comienzo, y Su posterioridad no tiene fin. El es Único, Subsistente por Si mismo, no engendra y no es engendrado, sin igual, sin asociado ni par. No hay nada como Él; Él es el que oye y el que ve (Sûrah 42 - Âyah 11).

Y confesamos que Su Santidad (exaltado sea) Le devuelve exento del tiempo y del espacio, encima de asemejarse a lo que sea en la existencia, de tal manera que no puede ser comprendido en ninguna de las direcciones, así como no puede ser propenso a acontecimientos contingentes [accidentes]. Y Él está «asentado» encima de Su trono de la manera que describió y según el sentido que quiso [dar a esta expresión], un asentamiento que conviene a la potencia de Su Majestad, y a la exaltación de Su Gloria y de Su Magnificencia. Y está cerca de todo en la existencia, más cerca de él que su propia vena yugular (Sûrah 50 – Âyah 16). Está Atento y Clarividente sobre toda cosa. Es el Viviente, el Sustentador, ni la somnolencia ni el sueño Le afectan (Sûrah 2 – Âyah 255). Aquel que dio principio a los cielos y a la tierra. Cuando decreta algo, le basta con decir: ¡Sé! Y es (Sûrah 2 – Âyah 117), Allah es el Creador de todas las cosas y el Protector de todo ello (Sûrah 39 – Âyah 62).

Y que El (exaltado sea) es Poderoso sobre toda cosa y Sabio de toda cosa; A tu Señor no le pasa desapercibido en la tierra y en el cielo ni el peso de una partícula de polvo, ni algo aún más pequeño o mayor que eso (Sûrah 10 – Âyah 61). Conoce lo que entra en el seno de la tierra y lo que sale de ella lo que cae del cielo y lo que a él asciende. Y está con vosotros dondequiera que estéis. Allah ve lo que hacéis (Sûrah 57 – Âyah 4). Él conoce lo secreto y aún más que eso (Sûrah 20 – Âyah 7). Sabe lo que hay en la tierra y en el mar. No cae una sóla hoja sin que Él no lo sepa, ni hay semilla en la profundidad de la tierra, ni nada húmedo o seco que no esté en un libro claro (Sûrah 6 – Âyah 59).

Y que Su (exaltado sea) Voluntad da existencia a las cosas y dirige los acontecimientos. Y que nada no puede existir, bueno o malo, beneficioso o dañino, excepto por Su Decreto y Su Voluntad. Todo lo que quiere que sea es, y lo que no quiere que sea no es. Si toda la creación se unía con la intención de mover un solo átomo en el universo, sin Su Voluntad, no lo lograría.

Y que El (exaltado sea) es El Oyente, El Veyente, El Hablante de una Palabra increada y que no se asemeje a las palabras de las creaturas. Y que el Sagrado Coran es Su Palabra pre-eternal, Su Libro que reveló a Su Mensajero  Muhammad (que Allâh le acorde Paz y Bendición).

Y que El (exaltado sea) es El Creador de toda cosa y El Proveedor, dispone de estas como quiere; no tiene ningún rival ni adversario en Su reino. Da a quien quiere y priva quien quiere. A Él no se le pedirán explicaciones de lo que hace, pero ellos sí serán preguntados (Sûrah 21 – Âyah 23).

Y que El (exaltado sea) es Sabio en Sus Actos, Justo en Sus Decretos, y que ninguna injusticia ni tiranía no podría ser imaginable de Su parte, y que nadie tiene ni siquiera el menor derecho sobre El. Si destruía todas Sus creaturas de una sola vez, no sería ni injusto ni tiránico hacia ellas, pues son Su reino y Sus esclavas. Tiene el derecho de hacer lo que quiere de Su reino, tu Señor no es injusto con los siervos (Sûrah 41 – Âyah 46). Recompensa Sus servidores por haberle obedecido de parte de Su Gracia y Su Generosidad, y les castiga cuando se rebelan de parte de Su Sabiduría y de Su Justicia.

Y que obedecerle es una obligación que incumbe a Sus súbditos, como lo fue claramente dicho en las palabras de Sus Mensajeros (la Paz sea con ellos). Creemos en todos los Libros revelados por Allâh, y en todos Sus Mensajeros, Sus Ángeles, y en el destino, agradable o desagradable.

Y testimoniamos que Muhammad es Su servidor y Mensajero, que envió a los junûny a la humanidad, a los árabes y a las otras naciones, con la práctica de Adoración verdadera para hacerla prevalecer sobre todas las demás formas de Adoración, aunque les repugne a los incrédulos (Sûrah 9 – Âyah 33). Y que transmitió el Mensaje, fiel en su confianza, aconsejando la nación, aguantando por la faz de Allâh como se Le debe, era confiado y digno de confianza, sostenido por pruebas auténticas y milagros extraordinarios. Y que Allâh devolvió imperativo para Sus súbditos creer en él, obedecerle, seguirle, y que la fe de un hombre no es aceptable, incluso si cree en El, hasta que crea en Muhammad (que Allâh le bendiga así como su familia y les acorde la paz), en todo lo que trajo y lo sobre lo cual nos informó, acerca de los asuntos de este mundo como de los del otro. Esto incluye la fe en las preguntas de los muertos hechas por Munkar y Nakîr a propósito de la religión, del Tawhîd y de la Profecía, y de los placeres en las tumbas de los que obedecieron, y del castigo en las de los rebeldes.

Y que debemos creer en la resurrección después de la muerte, en el agrupamiento de los cuerpos y de los espíritus para comparecer ante Allâh, exaltado sea, y en el Juicio, y que Sus esclavos serán en este momento en diferentes estados: algunos darán cuentas, otros serán exentos de esto, y otros entrarán en el Jardín sin juicio. Debemos creer en las Balanzas en las cuales las buenas y las malas acciones serán pesadas; y en el Sirât, que es un puente extendido encima del abismo del Infierno; y en la Pila (Al Hawd)de nuestro Profeta Muhammad, (que Allâh le bendiga así como su familia y les acorde la Paz) cuya agua es la del Jardín, y cuya beberán los creyentes antes de entrar en el Jardín. Y en la intercesión de los Profetas, seguida por la de los Santos Verídicos (As Siddîqûn), y la de los Sabios (Al 'Ulamâ), de los Virtuosos(As Sâlihûn) y de los otros Creyentes. Y la gran intercesión es la prerrogativa de Muhammad (que Allah le bendiga así como su Familia y les acorde la Paz). Y que la Gente del Tawhîd (Ahl Ut Tawhîd) que habrán entrado en el Fuego serán sacados de este hasta y que nadie de los cuyos corazones contienen aunque fuera el peso de un átomo de fe se quede eternamente en este. Y que la Gente del Politeísmo y de la Incredulidad (Ahl Ush Shirk wal Kufr) Serán inmortales en el Fuego y no se les aliviará el castigo ni se les concederá ningún aplazamiento (Sûrah 2 – Âyah 162). Y que los Creyentes (Al Mûminûn)se quedarán en el Jardín eternamente, sin fin, Allí no les alcanzará ningún tipo de aflicción y no tendrán que salir (Sûrah 15 – Âyah 48). Y que los Creyentes verán su Señor con sus propios ojos, de una forma que conviene a Su Majestad y a la santidad de Su Perfección.

Y que los Compañeros del Mensajero de Allâh (que Allah le bendiga así como su familia y les acorde la Paz) son virtuosos, que sus estatutos respectivos eran de diferentes grados, que todos eran justos, buenos y honestos. No es lícito insultar ni denigrar ninguno de ellos. Y que el sucesor legitimo del Mensajero de Allah (que Allâh le bendiga así como su Familia y les acorde la Paz) era Abû Bakr As Siddîq, y después de él 'Umar Al Farûq, 'Uthmân Ash Shahîd y 'Alî Al Murtadâ, que Allâh este complacido con ellos y con los otros Compañeros, y con todos los que les siguen en la excelencia hasta el Día del Juicio, así como nosotros mismos, por Tu Misericordia, Oh Tu el Más Misericordioso de los Misericordiosos ! »

Fin de citación.

Referencia : An Nasâ°ih Ud Dîniyyah wal Wasâyat Il Imâniyyah del Imâm Al Habîb 'Abdu Llâh Ibn Al 'Alawî Al Haddâd (que Allâh le haga misericordia).

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