Malik Tariq Mahmood Misionero de la comunidad Ahmadía Intl. del Islam en España
Creo que podemos establecer la paz si hay paz entre las religiones y los religiosos.
Pues, presento cinco propuestas que pueden ser beneficiosas.
1)Todas las religiones del mundo, tanto si creen en el Islam como si no lo hacen, deben
aceptar el principio islámico de no permitir el uso de la fuerza y la coacción en manera
alguna, como instrumento para resolver las contiendas inter-sectarias e inter-
religiosas. Debe protegerse, de manera absoluta, la libertad de religión y la libertad de
profesarla, propagar-la, practicarla y ejercerla, o el de abandonarla, dejar de creer o
cambiar la propia creencia.
2) Incluso si otras religiones no pueden estar de acuerdo con el concepto islámico de la
universalidad de la verdad y piensan como el judaísmo, cristianismo, budismo,
confucionismo o zoroastrianismo etc., que las demás religiones son falsas y no tienen
nada que ver con Dios; sin embargo, a pesar de esta negación de la verdad universal,
todas las religiones de-ben aceptar el principio islámico de respeto y reverencia hacia
los Fundadores y personajes religiosos de otras fes. En esta aplicación no
comprometerían sus principios. Se trata de un asunto de derechos humanos
fundamentales: el derecho de cada ser humano a que no se violen u ofendan sus
sensibilidades religiosas y sentimientos ha de ser reconocido.
3) Debe recordarse que el principio anterior no puede ser ejecutado por ninguna ley
nacional o internacional. Debe ser entendido junto con el principio de que la blasfemia
no con-lleva un castigo humano sino que debe ser desalentada y re-probada,
favoreciendo que la opinión pública condene estos actos como indecentes,
imprudentes y aborrecibles.
4) Deben promoverse Conferencias Interreligiosas frecuentes según el patrón
introducido por la Comunidad Musulmana Ahmadía en la primera parte de este siglo.
El espíritu de tales conferencias puede sintetizarse en las siguientes características:
a) Todos los conferenciantes deben destacar los puntos positivos y atractivos de los
distintos aspectos de sus fes, sin atacar a las demás creencias.
b) Los oradores pertenecientes a una fe deben tratar genuinamente de descubrir los
aspectos positivos de las otras creencias, hablando sobre ellas y explicando por qué les
resultan atractivas.
c) Los oradores que pertenezcan a otras fes deberían rendir homenaje a la nobleza y
carácter de los líderes de las demás religiones. Por ejemplo, el orador judío podría
hablar de los aspectos destacados del Santo Profeta Mohammadsa, que pueden ser
apreciados por todos los seres huma-nos, sin comprometer sus dogmas religiosos. De
forma similar, un orador musulmán podría hablar de Krishna(as), un orador hindú
sobre Jesucristo, un budista sobre Moisés (la paz y bendiciones de Dios sea con todos
ellos) etc. Durante la tercera década de este siglo, este tipo de Conferencias,
promovidas por la Comunidad Ahmadía, tuvieron lugar en la India con el fin de mejorar
las relaciones hindú-musulmanas, con gran éxito y creciente popularidad.
d) Sin perjuicio de lo expuesto en (c), debe ser preservada la santidad del diálogo
religioso entre sectas y fes. El intercambio de puntos de vista inter-religiosos no debe
ser condenado como intento de sabotear la paz religiosa. Es la forma de dialogar la
que, si no es adecuada, debe ser conde-nada, y no el diálogo en sí mismo. El libre flujo
de ideas es el más importante de los derechos humanos fundamentales, y es esencial
para la supervivencia del más apto. No debe ser comprometido a ningún costo.
e) Para aminorar las áreas de divergencia e incrementar la posibilidad de acuerdos, es
esencial que todas las religiones acepten el principio de limitar los debates con los
seguidores de otras fes a las fuentes de sus religiones respectivas. La declaración
coránica de que todas las religiones fueron iguales en su origen no debe tomarse a la
ligera. Encierra una gran sabiduría que debe ser estudiada y examinada por todas las
religiones para su propio provecho y para el de la humanidad en conjunto.
5) Debe promoverse la cooperación en todos los planes y programas para beneficio
mutuo de la humanidad. Por ejemplo, podrían emprenderse proyectos filantrópicos de
forma conjunta entre cristianos y musulmanes, hindúes y judíos etc.
Sólo entonces podríamos albergar la esperanza de hacer realidad el sueño utópico de
todas las épocas, de unir al hombre bajo una bandera en todos los ámbitos de la
actividad humana, tanto en el campo religioso como en el social, económico, político y
en todo lo que es importante.
Assalamu 3aleikum.
ResponderEliminarEsto es un sincero consejo de un musulmán a otro musulmán.
Invito al autor del blog a investigar sobre la secta ahmadiya, la cual afirma que hay un profeta despues de Muhammad (saws).