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miércoles, 30 de junio de 2010

Boabdil y Moraima



El último rey árabe de España

Jesús Pozo, un notable periodista almeriense, de amplia experiencia en distintos medios españoles, cuenta peripecias de Boabdil tras la pérdida de Granada y analiza en especial la desaparición de su esposa, Morayma, en tierras alpujarreñas.

El último rey del reino árabe de Granada, Boabdil, fue víctima de un triste destino. Tras la pérdida de su reino, perdió en Las Alpujarras a otros seres queridos. Luego marchó rumbo al norte de África.

El dolor de El Rey Chico

La última vez que Boabdil, el último rey nazarita, lloró en tierra granadina no fue en la famosa y mítica escena del Suspiro del Moro tal y como nos ha contado la historia hasta hoy.


Las últimas lágrimas del Rey Chico, como era conocido entre sus súbditos, se vertieron sobre una tumba, en un pequeño pueblo granadino llamado Mondújar. En esa tierra dejó Boabdil los restos mortales de la persona que amó tanto como a Granada, a su esposa Morayma, la mujer que se mantuvo fiel a su lado, que le dio dos hijos y que sufrió en silencio, tanto como él, su vida y reinado desdichado.
Morayma sigue enterrada allí, en algún lugar entre la colina que sostiene las ruinas del importante castillo de Mondújar y las verdes tierras del Valle de Lecrín, a escasos 30 kilómetros de la Alhambra. Sigue en ese lugar desconocido hasta ahora, que, además, debe también albergar los restos de los reyes nazaritas que gobernaron el Reino de Granada, entre ellos el de su suegro Muley Hacen.
Lo más asombroso es que nadie ha decidido investigar con interés en los últimos 500 años donde está sepultada buena parte de la historia de Al Andalus, ya que sí existen documentos que relatan cómo Boabdil trasladó desde la Alhambra a Mondújar el Cementerio Real Nazarí cuando, vencido, tuvo que dejar a Isabel y Fernando la majestuosa fortaleza gobernada por sus antepasados.
Pero también hay que deshacer otro entuerto que ha permanecido durante años escondido entre los estudios, más o menos afortunados, de historiadores y escritores aficionados a desentrañar una de las etapas más noveladas de la historia de España: Morayma no murió en ese pueblo.
Hasta allí llegó trasladada por su esposo desde Laujar de Andarax, importante localidad de la alpujarra almeriense distante unos cien kilómetros, en el que con toda certeza murió y en donde la pareja se había instalado con su corte después de firmar las capitulaciones con los Reyes Católicos.
Las lágrimas de Boabdil tuvieron que ser densas y dolorosas, porque también podemos suponer que junto a Morayma fue sepultado uno de los dos hijos habidos en el matrimonio.
Pero comencemos por el principio.

Morayma

Morayma, nacida en Loja, era hija de Aliatar, aliado y socio de Boabdil en las diferentes luchas que se sucedieron en los turbulentos primeros años de la última década del siglo XV.
El Rey Chiquito luchaba por igual contra su padre (Muley Hacen), contra su tío (El Zagal) y también contra los cristianos. Con los Reyes Católicos, de vez en cuando pactaba o se humillaba, según los acontecimientos lo necesitaran.
Boabdil estaba siempre alentado en sus correrías por su madre, Aixa, mujer abandonada por Muley Hacen que prefirió el amor de una cristiana llamada Zoraida o Isabel de Solís, según quien hable de ella. A su amante, el suegro de Morayma llegó a construirle un palacio a los pies mismos de la Alhambra, en pleno Albaicín y al que todavía hoy se le conoce como el Palacio de Dalahorra.
Así era la vida de la esposa del Rey Chico, entre las ausencias de su marido en las batallas y la permanente presencia de su suegra, mujer despechada y resentida, que incitaba permanentemente a su hijo contra su padre.
Poco podemos conocer de esta mujer, la última reina mora de Granada que siempre vivió y murió a la sombra del Rey y que, además, tuvo que vivir varios años sin la presencia de sus dos hijos, secuestrados por los Reyes Católicos y mantenidos como rehenes hasta que Boabdil firmó las capitulaciones definitivas.
La referencia más exacta sobre la personalidad de Morayma la escribió el Conde de Benalúa y Duque de San Pedro de Galatino, empresario emprendedor y político de reconocido prestigio durante los primeros años de este siglo, a lo largo de su libro titulado Boabdil.
Describe varias situaciones que nos presentan a una mujer siempre abandonada por las continuas batallas de su esposo y cuyo único momento de verdadera felicidad fue cuando conoció y casó con Muley Abu-Abdalla-Babdali: Allí (en Loja) conoció Boabdil a Morayma, la hija de Aliatar. Cuando volvía de la batalla, que a diario ocurría, sus ojos se encontraban y sus almas se juntaron para siempre.
Al volver el Rey a Granada triunfante y lleno de vida, eligió a Morayma por Sultana, verificándose las bodas reales con pompa y alegría, único momento en su existencia de respiro y felicidad.
El amor que Boabdil sintió por su esposa debió ser tan profundo que tomó la decisión definitiva de abandonar su refugio almeriense de Laujar cuando ella murió. También se sabe que, tras sepultarla en Mondújar, nunca más volvió a contraer matrimonio instalado ya en Marruecos, aunque sí volvió a batallar en estas tierras.


Soledad y desdicha

La desdichada vida en soledad de esta mujer fue constante. Relata el Conde de Benalúa varios de estos momentos, como el de la partida de su marido hacia otra batalla: Aquella noche, Morayma, inundada en lágrimas, despedía a su amante esposo con recelo al verle partir para la guerra. La Reina Aixa, espíritu siempre varonil, alentaba a la hija de Aliatar, y Boabdil trató de calmar la melancolía y la pena de la separación.... En otro párrafo, el Conde de Banalúa insiste: Es tradición que Morayma, anegada en lágrimas, viole partir desde el alto de un torreón, inmóvil, como la imagen del dolor, y no apartó su vista de aquel ejército hasta que los torbellinos de polvo desaparecieron en el horizonte de la vega.
También nos cuenta el mismo autor el sufrimiento de esta mujer como madre, mientras relata las negociaciones para las capitulaciones: Para mayor aflicción, entonces recibieron Morayma y Boabdil carta que el Rey Católico, con su sagacidad, hizo escribir al Príncipe moro (su hijo) que conservaba en rehenes. En esta carta, primero les pintaba las bondades que con él tenían Sus Altezas y su magnanimidad, y luego les decía que conocía su triste situación porque sabía que no querían aceptar los grandes beneficios y amistad con que les brindaban los Reyes de Castilla.
Morayma, asolada en llanto, abrazada al cuello de Boabdil -éste sólo repetía- ¡Por qué la muerte no ha querido ni quiere de mí nunca¡.
Aterrada Morayma, mandó llamar a un famoso sabio astrólogo, que se llamaba Ben-Maj-Kulmut y consultó con él en gran secreto el horóscopo del rey Boabdil. Contestole el anciano: Dicen las estrellas que el último Rey Nazar vivirá mucho para padecer mucho.


Esta reunión de Morayma con el viejo astrólogo (figura muy respetada entre los nazaritas) puede ser la última referencia a esta mujer que existe en la historia documentada, salvo las que hablan de su muerte y de su testamento.
Con esta profecía, que evidentemente la obviaba a ella, llegan las capitulaciones de Santa Fe y la salida de la familia real y sus súbditos hacia tierras almerienses.
Los Reyes Católicos habían cedido a Boabdil para él y sus descendientes un feudo en el Reino de Granada que se componía de las tahas de Berja, Dalías, Boloduy, Andarax, (actual provincia de Almería) Marchena, Juviles, Láchar y Ugíjar (actual provincia de Granada), además de otras pertenencias.
La familia real nazarita debió partir hacia la alpujarra almeriense algún día de la primera semana del año 1492. La marcha se hizo con todo un tesoro material, aunque sin el que más le importaba a Morayma, sus hijos, Yusuf y Ahmed, que permanecieron retenidos por los Reyes Católicos en previsión de un nuevo alzamiento de los partidarios de Boabdil. Así pues, una nueva tristeza para la madre que llegó a Andarax (hoy Laujar de Andarax) sin sus dos retoños.


Antes de partir, el Rey Chico dio orden de levantar el Cementerio Real de la Alhambra, conocido como La Rauda, para que sus ascendientes no quedaran en tierra cristiana. Boabdil trasladó los restos de sus antepasados hasta Mondújar, en donde, camino de Laujar, mandó construir un nuevo cementerio real en sitio tan secreto que hasta la fecha tampoco ha sido investigado, y por tanto, encontrado.
Poco podía imaginar que, sólo un año después aproximadamente, volvería a estar sobre estas tumbas enterrando los restos de su querida Morayma.
La muerte de Morayma, su entierro y la partida de Boabdil queda perfectamente descrita en varios documentos. Uno de ellos es una carta de Fernando de Zafra a los Reyes Católicos fechada el 28 de agosto de 1493 en la que dice: La Reina mujer deste Muley Boabdilí, murió, y creo que aprovechó su muerte para el servicio a Vuestras Altezas, porque su dolencia daba algún embarazo a la partida del Rey: agora queda más libre para lo que ha de hacer.
En otro documento, que pertenece al Archivo de la Alhambra, legajo 129 que data de 1549, un tal Juan Jusepe de Herrera, vecino de Béznar, declara sobre la conveniencia de reparar y dotar al alcaide la fortaleza de Mondújar.
El texto recogido por Manuel Gómez-Moreno afirma: Dixo que la dicha fortaleza de mondújar es muy ymportante para la guarda y seguridad de todas las alpuxarras y val de lecrín porque está en parte de donde puede amparar a el dicho val de lecrín y defender la dicha alpuxarra; como cosa tan ymportante están trasladados al pie de la dicha fortaleza, en una haça que se llama la rrauda, todos los cuerpos de los rreyes de moros que fueron de granada al tiempo que fue de moros y después la rreyna horra mora se truxo desde andarax, después de entregada la çibdad a los señores rreyes católicos, de gloriosa memoria, a enterrar a la dicha rauda, lo cual es cosa muy notoria e çierta, y la causa del trasladarse allí los dichos cuerpos fue pretender el rrey moro que se dezía el chiquito que se le diese la dicha fortaleza para su morada y aposento, etc.
El propio Gómez-Moreno deja claro en 1942 este asunto de la muerte de Morayma, de su entierro y de la partida de Boabdil, aunque marca dudas sobre quién era en realidad la reina mora en un artículo editado por la revista Al Andalus, publicación de las entonces Escuelas de Estudios Árabes de Madrid y Granada: En la correspondencia de Fernando de Zafra con los Reyes Católicos consta que, en efecto, la mujer del Rey Chiquito falleció en Andarax poco antes del 28 de agosto de 1493, facilitándose con ello la decisión impuesta de pasar a Berbería toda la familia, que el pobre rey venía dilatando desde febrero y que llegó a realizarse en octubre, dentro aún del plazo convenido. La tal reina dice que se llamaba Moraima y que era hija del alcaide Alatar, de Loja, el que enseñó a tomar en serio la guerra al Rey Católico .En contra, Hernando de Baeza pensaba si sería hija de aquel otro rey a quién dió muerte Abulhacen, padre del Chiquito.
A la primera filiación quizá falte autoridad en que apoyarla. La segunda hipótesis resulta menoscabada con afirmar reiteradamente el mismo Baeza que fue Abulhacen quien se casó con la hija del usurpador. Ahora bien, como las crónicas árabes atestiguan que no lo fue de este, sino de su padre Mohamad (VIII) el Zurdo, queda como posible que la hija del usurpador y prima del Rey Chiquito se casase con éste, haciendo buena la presunción de Baeza


Días felices

Pero antes, entre febrero de 1492 y agosto de 1493, las tierras almerienses de Andarax, Berja y Dalías fueron testigos mudos del, quizá, único año de felicidad de Boabdil y su esposa tras conseguir que los Reyes Católicos les devolvieran a sus hijos.

Una de las constancias documentadas del secuestro de los príncipes moros lo cuenta Martínez de la Rosa en su Hernán Pérez del Pulgar, relatando la causa porque al rey de Granada y a sus tierras daba favor y ayuda el rey y la reyna. Este hecho se desarrolla, según los mismos documentos, en abril del año 1483 y dice textualmente Martínez de la Rosa: En este sumario conviene dar razón la causa porque el rey y la reyna favorecían a Muley Baudelí rey de Granada, que por otro nombre llamaban el rey Chiquito, y dieron seguro a la ciudad de Granada y a las otras ciudades y villas de su reyno que estaban por él, y la estada de sus dos hijos en rehén en poder de Martín de Alarcón en la villa de Porcuna.
El secuestro de los Infantes es relatado también por el Conde de Benalúa. Afirma, según la Minuta de peticiones hecha a los monarcas castellanos por el Alcaide Bexir (representante del rey moro), lo siguiente: Item Suplica a Sus Altezas que, despachado lo de Granada, mande enviar a los Infantes para que estén con él en Andarax o que los mande pasar allende. Traslado de lo que pide el Alcaide Bexir en nombre del Señor Rey Muley Audili, fijo del Rey Sidizad (sic). - V Salvá y Sainz de Baranda, col. de doc.. inéd para la Historia de España, tomo VIII. Pág. 437. Hay un decreto al margen que dice: Que se pongan en libertad.
Por tanto y ateniéndonos a estos documentos, podemos deducir que Morayma estuvo sin sus hijos nueve largos años.


El tesoro de Morayma

Morayma debió ser una mujer relativamente rodeada de comodidades, tanto para su vida diaria como para su defensa. Boabdil la tuvo que colmar de joyas y vestidos preciosos a tenor de lo descrito en Almaccari (Analectes, tomo 11, 2ª parte, página 798) al relatar las pertenencias con las que la familia real partió desde Granada para Laujar de Andarax.

El tesoro de la casa o palacio Nazarita era copioso en toda suerte de preciosos rubíes, perlas de gran tamaño, zomordas singularísimas, turquesas de gran valor, toda suerte de adargas preservativas, equipos militares defensivos, instrumentos primorosos, utensilios peregrinos, collares de perlas en pedazos, sartales de aljófares para los cabellos, arracadas que aventajaban a las alcordes o pendientes de María (la Copta, concubina de Mahoma) en claridad, brillantez y hermosura, corazas holgadas de vestir, adornadas de oro, casco con orlas doradas, incrustadas de perlas intercaladas de esmeraldas con rubíes en el centro; cinturones plateados, anchos de formas y esmaltados en su superficie; adargas de ante, sólidas, sin poros, dulces al tacto y renombradas por su impermeabilidad; almimbares de abalorio; atailores de Damasco, cuentas de cristal, zafas de la China, copas grandes del Irac, vasos de Tabaxis y otras

De Laujar a Fez

Entre febrero de 1492 y el día 8 de julio de 1493 la vida del matrimonio tuvo que ser más llevadera. Esta última fecha es importante, ya que marca la decisión de Boabdil de aceptar las definitivas capitulaciones con los Reyes Católicos, y, por tanto también, su decisión de abandonar Laujar de Andarax y encaminarse hacia el exilio en Marruecos, según consta en la última carta autógrafa de Boabdil conservada en el Archivo de Simancas, fechada ese día 8 de julio de 1493.

También, siguiendo estas fechas, es posible deducir que Morayma falleciera en julio y no en agosto.
Si este orden de fechas es correcto, también podemos suponer que Morayma tuvo que ser enterrada primero en Laujar de Andarax y posteriormente desenterrada para trasladar sus restos hasta Mondújar, cuyo castillo había sido propiedad de su madre y de ella misma.


Así pues, Boabdil pudo salir de Laujar de Andarax camino de Fez con los restos de su mujer, hacer una parada en el Castillo de Mondújar para sepultarla junto al resto de los reyes nazaritas, y seguir camino hacia el puerto por el que tenían que embarcar.
La tristeza del Rey Chico tuvo que ser aún mayor, ya que tuvo que recorrer más de cien kilómetros de intrincada Alpujarra con los restos de Morayma. Hasta este día de julio, Boabdil y su familia dedicaban el tiempo a disfrutar de las Alpujarras y de los divertimentos que le podían ofrecer la caza con galgos y halcones en las tierras de Berja y Dalías.
El hecho de que la familia real nazarita se instalara en las tierras de la alpujarra almeriense pudo deberse a varias circunstancias. Una de ellas bien pudo ser el interés de los Reyes Católicos de alejar a Boabdil y sus seguidores de las zonas más cercanas a la costa para evitar una posible rebelión y entrada de aliados por el mar. Otra razón para instalarse en Laujar de Andarax pudo deberse a que esta taha era una de las más pobladas en aquellos años.
Así lo certifica la profesora de la Universidad de Granada Carmen Trillo San José, al señalar en su estudio La Alpujarra antes y después de la conquista castellana que la Corona podría querer impedir que los moriscos se concentraran en las proximidades del mar como modo de evitar el peligro que suponía la cercanía de las costas africanas. También explica la importancia de Andarax dejando a un lado el Valle de Lecrín (donde se sitúa Mondújar), la taha con mayor número de habitantes en 1490 es Jubiles, seguida muy de cerca de Andarax en donde los habitantes son el 15,38%, sobre una población total de unos 50.000, lo que hace suponer que Boabdil convivía en Andarax con unos 7.000 habitantes.
En este mismo estudio tenemos la referencia de la marcha de Boabdil hacia Marruecos, una vez enterrada su mujer en Mondújar. Coincidiendo con la marcha de Boabdil en octubre de 1493 se embarcaron un total de 6.320 personas, de las cuales, según el secretario de los Reyes, 1.700 eran de la capital, 230 de algún lugar que no entraba en la capitulación, pues pagaban derechos, y el resto, es decir, 4.350, de la Alpujarra. Parece que la gran mayoría partieron hacia Fez, unos pocos hacia Bujía y sólo 270 salieron de Almuñécar en dirección a Turquía.
Sobre el puerto en el que Boabdil embarca hacia Marruecos hay dos versiones. Una de ellas, defendida por el catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Granada, Cristóbal Torres Delgado, asegura que el Rey Chico se despidió de su reino desde el puerto de Adra (actual provincia de Almería). La otra teoría fue enunciada por el Conde de Banalúa, quien afirmó que Boabdil marchó a Fez desde el mismo puerto por el que entrara siglos atrás Abderramán I, esto es Almuñécar (provincia de Granada).

Mondújar

La importancia que Mondújar tenía tanto para Boabdil como para Morayma (el Valle de Lecrín tenía censados en 1490 unos 10.000 habitantes) venía determinada porque, según afirma el catedrático Antonio Malpica en su libro Poblamientos y castillos en Granada, la madre de Boabdil tenía propiedades en esta alquería.
Malpica Cuello describe el Castillo de Mondújar con una planta que forma un polígono irregular adaptándose a las condiciones del terreno. La entrada se hace por una abertura que hay en su muro sureste, en recodo, pero no podemos precisar si ésta era la original. Tiene un gran aljibe situado en la parte exterior del recinto. Es de planta rectangular y conserva restos que permiten pensar que es abovedado. También se conservan huellas de enlucido rojo. El aljibe comunica mediante un arquillo de medio punto apuntado de tosca factura y a través de una rampa con el interior del castillo, posiblemente para la conducción de aguas. El catedrático de la Universidad de Granada también determina que es obra de mampostería, dentro del modelo nazarí de mediado del siglo XV. Se sabe por las fuentes escritas que estaba construido a finales de la época nazarí.

Actualmente, del castillo sólo quedan algunas ruinas y es difícil de ver al estar sobre una colina a 900 metros de altitud por encima del pueblo, a unos dos kilómetros de éste.

El entierro de Morayma

Cuando murió Morayma, según la costumbre musulmana, sus sirvientes lavaron su cuerpo y lo perfumaron con almizcle, alcanfor y otras sustancias aromáticas. Inmediatamente después, el cadáver fue envuelto en un sudario de color blanco sin coser ni en la cabeza ni en los pies. Tras este rito, Morayma fue colocada sobre unas parihuelas, cubierta con su hhaik (vestido). Un grupo de cuatro o cinco hombres, los de más confianza de Boabdil, portaron el cadáver junto a otro numeroso grupo de personas. Los últimos fieles del Rey Chiquito participaron de una ceremonia rodeada de tristeza. Había Muerto Morayma, una mujer discreta, amante y amada por el rey más desagraciado de los nazaritas. Todos los fieles estaban allí, se trataba del entierro de la reina, la última reina de Granada y hasta ese día única reina de la Alpujarra.
La triste comitiva se dirigió hacia la puerta de la mezquita a la hora de la oración del mediodía. Terminada ésta, el imán anunció que había un muerto en la puerta y todos los asistentes se levantaron para orar brevemente en común por el reposo del alma del fiel creyente..., pero el cadáver no entró en la mezquita.
Acabada la oración volvió el cortejo a ponerse en marcha y a caminar con pasos precipitados. Según la tradición musulmana, los ángeles de la muerte, Munkar y Nankir, estaban aguardando a Morayma en el sepulcro para interrogarla sobre sus actos en vida y pronunciar el fallo que decide su suerte. Pero antes de llegar a la que sería su última morada y aún hoy perdida, a cada instante los portadores se intercambian, porque todos deseaban participar en aquella obra de misericordia. Todos querían llevar sobre sus cuerpos el fallecido de la reina. Mientras duró el camino, la comitiva no dejó de cantar versículos del Corán.
Llegados al cementerio y después de una breve oración, el cadáver fue colocado en la huesa sin ataúd. La inhumación de Morayma se realizó en una fosa estrecha donde el cadáver se colocó sobre la tierra mirando hacia La Meca. De esta forma, quedaba cumplido el deseo de Morayma de ser enterrada en Mondújar y con un estricto rito musulmán, ya que en vida y en su testamento dejó clara su profunda religiosidad.
Una vez depositado el cuerpo en su tumba, se colocó una laja de piedra y se construyó un túmulo de tierra formada por gradas de mortero o sillares de arenisca sobre la que reposaba una lápida o una mqabriya de mármol. Terminado esto, la comitiva volvió a la casa de la difunta para saludar a Boabdil y al resto de la familia

Testamento de la reina de La Alpujarra

La única documentación que existe sobre el testamento de Morayma está recogida en un el proceso de un pleito entre cristianos, el último promovido por la Inquisición de Llerena en 1509 contra la viuda e hijos de Pedro de Zafra por heredar las posesiones de Morayma en Mondújar. Todo esto fue descrito por Manuel Gómez Moreno en la revista Al Andalus, volumen VII, publicado en el año 1942, quizá el último en el que alguien habló de Morayma. Es como si el destino quisiera que esta mujer quedara permanentemente unida a la combinación caprichosa de estos números.

Informan de la esposa de Boabdil un pasaje de Hernán Pérez del Pulgar, editado en Sevilla en 1527 y del que se conserva un único ejemplar en la Real Academia Española, y tres expedientes judiciales.
Uno de los testigos propuesto por la defensa de la viuda de Pedro de Zafra, doña Guiomar, declaró el 5 de diciembre de 1516 sobre los bienes de la iglesia de Mondújar. Fernando Auldulbirí declaró en este juicio en calidad de alguacil de Mondújar. Su testimonio, por tanto, tenía su importancia y sus palabras ser ciertas y verdaderas. El alguacil dejó claro ante el tribunal que las tierras que pretendía la viuda de Pedro de Zafra habían pertenecido a Morayma, que a su vez las heredó de su madre, la mujer de Aliatar. Fernando Auldulbirí lo dejó dicho y escrito muy claro. Estaban preguntándole por la hazienda de la rreyna mora, muger del rrey chiquito.
Pero el alguacil de Mondújar no dejó ahí su testimonio. Quería dejar claro que era amigo y conocía bien a los demandantes. Ferrando Audulbirí, alguazil y vecino de la dicha alcaria de mondújar, que ha comido y bevido muchas veces en casa de pedro de Çafra e su muger y ellos en casa del testigo muchas veces
El testimonio de Auldubirí tenía mucha más importancia de lo que pueda parecer en un principio. No obstante, el mismo reconoció en su declaración ser hijo de uno de los mayordomos de Morayma. Por tanto, encontramos un personaje que conoció y vivió junto a la última reina de Granada. Y así lo describe el escribano durante el juicio: Que sabe que todos ellos (los bienes) fueron de la madre de la dicha rreyna, y que después de fallesÇida...los ovo y heredó della la dicha rreyna su fija (lo cual sabe porque el padre del testigo fue mayordomo de la dicha reina)- (Que el testigo) las vido tener e poseer a la dicha rreyna mas de treynta años antes de que muriese e que sabe que murió en andarax.
Durante su declaración aparece una nueva referencia del conocimiento que el alguacil tenía de la muerte y del enterramiento de Morayma. Testificó que está enterrada en esta dicha alcaria de mondújar, y que si es necesario es que mostrará la sepultura dó está enterrada.
Pero Ferrando Audulbirí sigue abriéndonos los ojos quinientos años después. Tras conocer su relato con pelos y señales, sabemos cómo fue el testamento de Morayma y también un dato que podría esclarecer a los investigadores y a los historiadores sobre el lugar en donde pueden encontrarse los restos de Morayma. El alguacil deja claramente dicho al relatar el testamento de la reina que la mitad de toda la hacienda era para la iglesia de Mondújar que entonces era mesquita. Desgraciadamente no hemos podido encontrar documentación que pueda acreditar que la actual iglesia de Mondújar está construida sobre los restos de aquella mezquita a la que Morayma cedió gran parte de sus posesiones terrenales.
Así, textualmente, lo contaba el escribano recogiendo las palabras de Fernando Audulbirí durante el juicio: Que la dicha hazienda y bienes y heredades quando la dicha rreyna murió dexo mandado que fuese partida en tres partes en esta manera: la meytad de toda esta dicha hazienda para la iglesia que agora es en mondújar, que entonces era mesquita, y la otra meytad se partiese en dos partes, la una quarta parte para el alfaquí de la dicha mesquita porque touiese cargo de yr a rezar la Çala sobre la sepultura do está enterrada la dicha rreyna, el qual avía de yr a rrezar a la dicha sepultura dos veces cada semana para siempre jamás.

Pero esta declaración nos describe aún más la personalidad de esta mujer. Morayma dejó parte de sus tierras a Hamet Aziguy, Helil Açogayar y Mahomat Almeyres para que la cuidaran y labraran. También dejó dicho que la mitad de lo obtenido por el cultivo de las tierras lo entregaran a la mezquita, al alfaquí y a sus mayordomos. Queda claro, pues, que la reina quería que las personas más allegadas disfrutaran de sus posesiones y se repartieran equitativamente los productos y las rentas que de ellas se podían obtener. De hecho, según este mismo relato, el testigo, Fernando Audulbirí era uno de los beneficiarios de la herencia de Morayma ya que según él mismo dijo al principio de su declaración, su padre fue mayordomo de Morayma. Por tanto, el que testificaba, al mismo tiempo era heredero.
Así de lo contó textualmente el alguacil: La otra quarta parte que fuese para uno que se desía hamet aziguy e para otro que se desía helil aÇogayar y para otro que se desía mahomat almeyres, a los cuales dexó mandado que touiese cargo de curar todas las dichas heredades y de las labrar y acudir con la meytad de los frutos e rrentas de la dicha hazienda a la dicha mezquita, y la otra meytad partiese de por medio con el alfaquí de la dicha mezquita, y la otra meytad para los mayordomos.
Una lectura más reposada de este testamento puede hacer creer que Morayma redactó este documento cuando no pensaba en partir hacia Marruecos, ya que estaba convencida de que su sepultura iba a permanecer por muchos años y que, por muchos más, los responsables de la mezquita iban a cumplir su deseo de rezar sobre ella dos veces en semana. También pudo ser posible que la última reina mora de Granada pensara en terminar sus días en esta fortaleza que construyera su suegro Muley Hacen.
La importancia de Mondújar para Morayma parece que está clara si creemos a Mármol cuando la describe como una fortaleza con jardines y huerta para su recreo en la que se refugió y murió Muley Hacen cuando su hijo Boabdil se sublevó contra él. También pudo ser importante Mondújar para Morayma, si consideramos las hipótesis que hablan de ella como una tenencia o residencia de su padre, el famoso Alatar de Loja.
Sea como fuese, lo que sí parece quedar clara es la intención de Morayma de permanecer para siempre sepultada bajo estas tierras y su gran devoción a la mezquita y lo que ello representaba. También parece importante resaltar que, según los encargos que hizo en su última voluntad, nunca pensó que la cultura y religión musulmana pudieran desaparecer del Reino de Granada.
Hay otras declaraciones que apoyan esta primera de Ferrando Audulbirí. Así, por ejemplo, una mujer llamada Isabel Nihiriza, además de confirmar el testimonio anterior, señala que Morayma está enterrada junto a otros reyes granadinos que fueron traídos hasta Mondújar desde Granada. Isabel Nihiriza no hace con este testimonio nada más que confirmar que los cuerpos de los enterrados en la Rauda de la Alhambra están también, junto con Morayma, en algún lugar del Mondújar.
Así lo cuenta esta mujer: Puede haver xx años, poco más o menos tiempo, que vido traer a esta alcaria a la dicha rreyna mora muerta en vn arca o en vn ataud e la vido enterrar en un haÇa adonde estavan enterrados otros rreyes moros que los avian enterrado en Granada y después los troxeron a enterrar allí do la dicha rreyna se enterró después.
Otro testimonio aporta, sin embargo, un dato más interesante sobre el particular. Se trata del único documento de los encontrados que nos puede hacer creer que Boabdil trasladó hasta Mondújar a su mujer recién fallecida, la enterró, ejecutó el testamento y se volvió a la alpujarra almeriense. Este dato daría a entender que Boabdil no pudo enterrar a Morayma en Laujar y meses después trasladarla hasta Mondújar.
Así por lo menos se puede entender de este testimonio que depuso:....que después que la dicha rreyna mora dispuso de la dicha hazienda y bienes y falleçió desta presente vida, que el dicho rrey su marido en el mismo año se fue luego a andarax e después de ido, en el mimso año que el dicho rrey chiquito se pasó allende, luego vino el dicho pedro de çafra...y se...apoderó de todas las dichas heredades...


Otro detalle importante es la presencia de un solo hijo en los funerales de Morayma, por lo que también podemos suponer que el otro murió durante su secuestro por los Reyes Católicos o en Laujar de Andarax cuando ya vivía con sus padres. Esto lo explica otro testigo que declara que el rey la trajo muerta dende andarax a la dicha alcaria de mondújar, donde la enterró él y otros cavalleros moros criados suyos y de la dicha rreyna, que allí se hallaron, donde primeramente avían sido enterrados y sepultados otros rreyes moros predeçesores y parientes de la dicha rreyna..., y que... luego a la sazón el dicho rrey su marido, en presencia del pequení y otros cadís, alfaquís y moros viejos y honrrados que allí se hallaron, el dicho rey abavdil y... fizo partición de la dicha hacienda...
Esta última declaración también nos cuenta quiénes asistieron al entierro. Allí estuvieron el Rey y su hijo, alcaldes y jueces de Mondújar y otras poblaciones, y sabios y médicos importantes de la corte de Boabdil. Así debemos entenderlo si consideramos a los cadís como alcaldes o jueces y a los alfaquís como sabios y médicos. Este último testimonio vuelve a describir que Morayma fue enterrada donde primeramente habían sido enterrados y sepultados otros reyes moros predecesores y parientes de la dicha reina. Es decir, otro testimonio que afirma claramente que los anteriores gobernantes de la Alhambra y su propio padre Aliatar están enterrados en Mondújar.

¿Donde descansa Morayma?

Entrando en el terreno de la hipótesis y de la ficción, pero acogiéndonos a los datos recogidos a los largo de este reportaje, podríamos aventurarnos a decir que Morayma y los otros reyes que, como hemos visto, Boabdil trasladó desde Granada hasta Mondújar, podrían estar muy cerca de la actual iglesia de Mondújar y de la carretera nacional Granada-Motril.
Tenemos varios datos para aventurar esta hipótesis. En primer lugar, los estudiosos del Castillo de Mondújar nunca han encontrado restos de un cementerio en sus alrededores (al menos nada de esto está documentado). Sabemos que el cementerio Real de la Alhambra estaba situado junto a la mezquita, cuyo edificio todavía hoy se conserva. Además, tenemos la documentación de dos mezquitas dentro del cementerio islámico de Yabal Faruh en Málaga (Fernández, 1993: 339-341). Con estos datos, y con el permiso de los expertos, podríamos ubicar estas tumbas cerca de la actual iglesia, si nos atenemos al testimonio antes descrito de Ferrando Albaudirí, que aseguraba: La iglesia que agora es en mondújar, que entonces era mesquita.
Morayma sigue sepultada en algún lugar del Valle de Lecrín. Junto a sus restos están los de Muley Hacen, Aliatar, Yusuf y puede que, también, los de uno de sus hijos.
En Mondújar hay una iglesia (que antes pudo ser mezquita) justo a un lado de la carretera nacional que llega hasta Motril. Al otro lado, sobre un cerro, están los restos de un castillo que hace 500 años fue la primera residencia veraniega de la familia real de Granada.
Puede ser, incluso, que los últimos reyes de Al-Andalus estén bajo el asfalto que diariamente recorren miles de conductores desconociendo que su propia historia está allí perdida y enterrada.

Creemos que el antiguo cementerio de Talará es la rauda donde se encuentran enterrados los Reyes de Granada. Para justificar esto nos basamos en los siguientes datos:

.En el lugar donde está la iglesia se encontraba la mezquita musulmana. En el pórtico de la iglesia hay dos columnas procedentes de la antigua mezquita, que se incorporarían a dicho pórtico en 1857, cuando fue construido. Fue el cura de entonces don Francisco de Paula Villa-Real y Valdivia quien lo realizó

.En algún momento se tuvo que trasladar el cementerio de dentro de la iglesia, como ocurría en los primeros tiempos al lugar ya tapiado que se encontraba a unos 50-100 metros y que era apropiado para ello. (El cementerio antiguo o rauda real nazarí)

.Sobre los 60 del S. XX este cementerio antiguo pasó al actual, al otro lado de la autovía

.Varios testimonios antiguos, reseñados más arriba, también justifican que la iglesia ocupaba el lugar de la antigua mezquita

.Según el libro de Apeo (S. XVI) de Mondújar en el folio 27-vuelta, cuando describe los diferentes hábices o propiedades de la iglesia dice: "un pedazo de macáber cercado de tapias de un tercio de marjal poco mas o menos donde dicen que están enterrados los reyes moros de Granada"Esta descripción concuerda totalmente con el cementerio antiguo y no da lugar a dudas al analizar sus paredes, puerta de entrada y localización al lado de la antigua mezquita.El lugar estaba protegido, por paredes como era normal ante tumbas tan importantes. El antiguo cementerio de Mondújar deja ver con facilidad dos niveles de construcción, tanto en las paredes como en el nivel de la puerta. El más bajo de origen musulmán y el superior bastante más reciente.

Nosotros pues, pensamos que el Antiguo cementerio de Mondújar está ubicado encima de la Rauda Real nazarí. Los lugareños en un momento determinado, cuando pasaron bastantes años de la conquista y sin saber que era la antigua rauda real de los reyes nazarís, decidieron convertirlo en su cementerio. Por lo que debajo deben estar las tumbas de los antiguos reyes de Granada.
El que Mondújar sea el lugar de destino de la Rauda donde se encuentran las tumbas de los antiguos reyes granadinos, lo consideramos un privilegio. Privilegio que a veces son capaces de valorar más desde fuera que nosotros mismos. Este trabajo es todo un ejemplo de un estudio basado en una serie de documentos donde se demuestra que en Mondújar descansa parte de la antigua realeza granadina


Poemas de Boabdil a Moraima


Requiem por Granada
Réquiem por Granada (1990) fue una serie de televisión coproducida por España e Italia (Televisión Española - RAI), ASPA, Midega Films y Taurus de ocho episodios de duración. Fue dirigida por el director español Vicente Escrivá y entre sus protagonistas destacaron Horst Buchholz, Manuel Bandera y Delia Boccardo. El guión fue obra del propio Vicente Escrivá en colaboración con Manolo Matji.
La serie fue una de las producciones más ambiciosas de la televisión pública española de aquel entonces.
Argumento
En un campamento beduino, y a través de un flashback, Muhammad XII (Boabdil para los cristianos) último rey del Reino de Granada cuenta desde su infancia hasta la derrota contra los Reyes Católicos. A través de personajes como Isabel de Solís, su abuelo Ismai´l, su tío El Zagal o, ante todo, su padre Muley Hacén explica cómo perdió el último reducto musulmán en Al-Ándalus frente a la pujante cultura cristiana que en el mismo año (1492) iba a comenzar la conquista del continente americano.
Novela de Boabdil

El manuscrito carmesí de Antonio Gala:

En los papeles carmesíes que empleó la Cancillería de la Alhambra, Boabdil —el último sultán— da testimonio de su vida a la vez que la goza o la sufre. La luminosidad de sus recuerdos infantiles se oscurecerá pronto, al desplomársele sobre los hombros la responsabilidad de un reino desahuciado. Su formación de príncipe refinado y culto no le servirá para las tareas de gobierno; su actitud lírica la aniquilará fatídicamente una épica llamada a la derrota. Desde las rencillas de sus padres al afecto profundo de Moraima o Farax; desde la pasión por Jalib a la ambigua ternura por Amín y Amina; desde el abandono de los amigos de su niñez a la desconfianza en sus asesores políticos; desde la veneración por su tío el Zagal o Gonzalo Fernández de Córdoba al aborrecimiento de los Reyes Católicos, una larga galería de personajes dibuja el escenario en que se mueve a tientas Boabdil el Zogoibi, el Desventuradillo. La evidencia de estar viviendo una crisis perdida de antemano lo transforma en un campo de contradicción. Siempre simplificadora, la Historia acumuló sobre él acusaciones que se muestran injustas a lo largo de su relato, sincero y reflexivo. La culminación de la reconquista —con sus fanatismos, crueldades, sus traiciones y sus injusticias— sacude como un viento destructor la crónica, cuyo lenguaje es íntimo y apeado: el de un padre que se explica ante sus hijos, o el de un hombre a la deriva que habla consigo mismo hasta encontrar —desprovisto, pero sereno— su último refugio. La sabiduría, la esperanza, el amor y la religión sólo a ráfagas le asisten en el camino de la soledad. Y es ese desvalimiento ante el destino lo que lo erige en símbolo válido para el hombre de hoy. Esta novela obtuvo el Premio Planeta 1990.





Requiem por GranadA

Sufismo:Camino del amor


"Cuando abro mis ojos al mundo exterior, me siento como una gota de agua en el océano; pero cuando cierro mis ojos y miro interiormente, veo el universo completo como una burbuja levantándose en el océano de mi corazón."Hazrat Inayat Khan "La Sinfonía Divina"

El Sufismo o Tasawwuf ha sido definido como el Camino del Amor o del Corazón. A la palabra 'Sufi" se le han atribuido varios orígenes, entre ellos palabras que significan ' pureza' y ' sabiduría'. El sufi, entonces es alguien que ha descartado todo lo que no pertenece a su esencia más íntima, y que ha cultivado el jardín del corazón, ya que no hay otro lugar para que la sabiduría crezca. Un sufi es un hombre con los pies en la tierra y la cabeza en el cielo.
Pudiese decirse que sufismo es un acercamiento amoroso a la realidad. Es un modo de experimentar la vida y el universo como un todo respondiendo a un plan Único, de acuerdo a unas Leyes Universales o Fundamentales. Es una escuela viva o forma de vida que busca ante todo hacer un llamado hacia la Unidad de toda la existencia y a que cada ser humano alcance su verdadero estado de plenitud y bienestar e integre en si mismo la trascendentalidad o espiritualidad, es decir lo más significativo y fundamental que existe en cada uno de nosotros. Dentro del sufismo se busca liberar al ser humano de las cadenas de la ignorancia para que pueda comprender la esencia inmutable del Ser.

"Conocí el bien y el mal, pecado y virtud, justicia e infamia; juzgué y fui juzgado, pasé por el nacimiento y la muerte, por la alegría y el dolor, el cielo y el infierno; y al fin reconocí que yo estoy en todo y todo está en mi".Hazrat Inayat Khan

La palabra sufi implica pureza. Puro quiere decir no mezclado con otro elemento, o en otras palabras aquello que existe en su propio elemento, puro y sin manchas. Dentro del sufismo se busca honrar y respetar todas las diferencias, y buscar un mutuo entendimiento, respetando y valorando todos los puntos de vista de los demás. Pudiese decirse que es una escuela de autoconocimiento y perfección del ser humano; un estudio de la Unidad y pulimiento de la propia personalidad para refinar sus aristas y hacer la mayor obra de arte a la que todo ser humano está llamado: el arte de la personalidad . Sin embargo todo este trabajo de pulimento y limpieza del cristal del corazón del sufi no es para su beneficio propio, sino para que pueda reflejar la Luz Divina.

"La vela no está allí para iluminarse a sí misma"Nawab Jan-Fishan Khan

Si hay una verdad central que el sufismo distingue, es la Unidad de Ser, el hecho de que estamos integrados con lo Divino. Somos Uno: una comunidad, una ecología, un universo, un Ser. Si es que hay una verdad digna de ese nombre, es que formamos un todo con la Verdad, que no estamos separados de ella. La comprensión de esta verdad tiene efectos en nuestro sentido de quienes somos, en nuestra relación con los demás y con todos los aspectos de la vida. El sufismo tiene que ver con la comprensión de la corriente de amor que corre a través de toda forma de vida, con la unidad detrás de todas las formas conocidas y desconocidas por la humanidad
Ven, ven, quien quiera que seas:Trotamundos, fiel, amante del amor: ¿Qué importa?Nuestro camino no es de desesperanza.Ven, aun si has roto tus promesascientos de veces:Vuelve, ven de nuevo, ven.Jelaluddin Rumi

Para los sufis toda la humanidad es Una sola, no existe ningún tipo de división ni horizontal ni vertical y no existen seres diferenciados. No existen cosas diferenciadas o separadas salvo en apariencia y a un nivel de superficie. En su núcleo, en su nivel más fundamental solamente existe una sola cosa: La Unidad, o la Realidad Absoluta, El Uno. Aquello que toma muchos nombres y que algunos designan como Dios, Allah, El Universo, la Vida, La Información Central del Universo, El Vacío, La Nada, El Todo, etc. El nombre que se le asigne a esta Realidad no tiene relevancia pues todos estos conceptos apuntan hacia una misma y única dirección.
La práctica del sufismo lleva a la reducción del nafs (parte más densa del ego o falsa personalidad) a su mínima expresión, y por lo tanto a la manifestación plena de nuestra esencia o Ser Real, lo cual facilita el acceso directo a percepciones reales de la Verdad, que surgen en la experiencia personal de cada quién. En este sendero se va refinando el ego, deshaciéndonos de sus limitaciones y enalteciendo nuestros talentos Cuando en sufismo se habla de la reducción
del ego hay que entender que sin un ego no podemos interactuar en este plano material. Es necesario para nuestra supervivencia. De lo que se trata es de ponerlo a nuestro servicio y no seguir siendo su sirviente.El sufismo está basado en la Armonía, la Belleza y el Amor. Para estar unidos con el Uno, con Dios y Su Creación, que son una misma e indefinible cosa, nos ocupamos entonces de limpiar nuestro corazón de todo lo que signifique ego o autoengaño.
Los sufis no tienen jerarquía distinta al crecimiento espiritual o desarrollo de consciencia. No tienen dogmas ni doctrinas. Para ellos el camino se hace en el mundo, entre los hombres, y nada hay más valioso que las relaciones, especialmente las complejas. No tiene mucho mérito ser imperturbable si a tu lado no hay nadie que perturbe. Cuando se reúnen varios sufis, el más avanzado enseña si esa es su misión, y él sabe perfectamente si lo es o no. Los demás también. Brota así, espontáneamente, la función del maestro, a quien se acata, se respeta, pero ante todo se ama porque nos muestra un ideal. No se da pues en el sufi la condición de maestro sin la capacidad de enseñar, y con ésta viene aparejada la de amar, que da al maestro la agudeza perceptiva de los sentidos físicos, afinados en grado sumo, y el desarrollo de otros sentidos superiores latentes en cualquier hombre.
Los ejercicios espirituales sufis, las prácticas, son de una variedad amplísima y dependen siempre de las condiciones de tiempo, modo y lugar, pero aún más de la capacidad actual del discípulo o aprendiz y/o su estado de desarrollo de consciencia. Pueden consistir en prácticas como ciertas respiraciones, mantras o wazifas (hablados o cantados), danzas, música y muchos cuentos o historias.

"Sufi es alguien quien AMA y RESPETA toda la creación del universo. Y Sufismo es la Luz Brillante que resplandece en el Corazón de aquellos quienes AMAN y RESPETAN."Ananda






Ceremonia sufi


Practica de los derviches


Cuento Sufi

lunes, 28 de junio de 2010

El velo intergral





El Nicab

El nicab (en árabe نقاب, niqab), a veces llamado velo integral, es un pañuelo con el que algunas mujeres musulmanas, especialmente las de los países del golfo Pérsico, llevan en la cabeza para cubrirse el pelo, el cuello y la cara, excepto los ojos. [1] Como el hijab, es un pañuelo o velo (pañuelo en la cabeza) islámico. Pero el hiyab cubre sólo el pelo y el cuello, dejando libre toda la cara, y puede ser de cualquier tejido, y estar ligado con diversos abalorios. El nicab por el contrario suele ser liso y oscuro, habitualmente negro, y sólo deja abierta una rendija a la altura de los ojos, para poder ver. Tampoco debe confundirse con la burka, que cubre todo el cuerpo y suele ser de un color más luminoso, típicamente azul eléctrico. El chador es una prenda de vestir para el cuerpo entero, que en principio deja libre la cara. El nicab utiliza el golfo Pérsico, y en menor medida en el Magreb, el Sudeste asiático y el subcontinente indio. En las comunidades donde es tradicional su uso, se aconseja que las chicas lo lleven desde la pubertad para descubrir sólo en casa ante la familia más directa. Por su carácter extremo, centra las polémicas sobre la ropa adecuada y el control sobre la mujer: Ha sido prohibido en varios lugares [cita requerida] por considerarse denigrante, mientras que en otros es sinónimo de modestia y mal olor.



Origen

Esta costumbre de cubrirse el rostro con un velo es originario en parte de la tradición vestimenta de las mujeres de ciertas clases sociales de la Persia preislámica, la cultura musulmana adoptarlo durante la conquista árabe de Oriente Medio. Por otro lado, los textos religiosos del islam, el Corán y los hadit, hacen referencia a que las mujeres deben utilizar un velo o un fular para ser respetadas, pero el uso de los términos resto a veces enigmático, ya que se pueden interpretar de forma literal o simbólica. El uso del nicab decayó durante la época colonial y aún más a partir de la independencia de los diversos países musulmanes, ya que la mayoría de los nuevos gobiernos eran laicos, sólo ha vuelto a extenderse a partir de los años ochenta y noventa, bajo la influencia del integrismo islámico. Legalmente, las cuatro escuelas tradicionales de jurisprudencia islámica, o màdhhabs, preconizan con diferentes matices el uso del velo por las mujeres, pero ninguno considera obligatorio el uso del nicab. En 2009, el clérigo y académico islámico egipcio Muhammad Sayyid Tantawi, gran imán de la mezquita Al-Azhar de El Cairo, que incluye una de las universidades más prestigiosas del mundo musulmán, se declaró contra el uso del nicab [2] y lo prohibió en sus aulas diciendo que "el nicab no es más que una tradición, no tiene ninguna relación con la religión, ni de cerca ni de lejos" y alegando que en un aula es necesario ver la cara (el cabello, por ejemplo, no es necesario) de los alumnos para poder interaccionar con ellos y saber si entienden lo que explica. En Lleida, Barcelona, Tarragona y El Vendrell están prohibidos tanto el nicab como la burka en las instalaciones municipales

El Chador Irani
Un chador (en persa: چادر châdor) es una prenda de calle femenina típicamente iraní, consistente en una simple pieza de tela semicircular abierta por delante que se coloca sobre la cabeza, cubriendo todo el cuerpo salvo la cara.
El color más corriente de los chadores es hoy en día el negro, si bien se observan aún también otros, en particular en el medio rural, entre las zoroastrianas y en lugares de peregrinación o ámbitos domésticos, donde son corrientes los colores claros con estampados de flores.
El chador, que remonta en su forma actual cuando menos al siglo XVIII, se generalizó en Irán como prenda de calle común en la época Qayar (1794-1925). El monarca Reza Shah lo prohibió en 1936 dentro del marco de su política general de occidentalización forzosa del país. La prohibición se relajó bajo el reinado de su hijo, el shah Mohammad Reza Pahlaví. A partir de los años 70, el islamismo revolucionario iraní ve en el chador, autóctono y conforme al código vestimentario islámico (hiyab), una seña de identidad nacional e instrumento de salvaguarda de la identidad nacional y religiosa frente a la occidentalización y, así, la república islámica de Irán promociona el uso del chador y en ciertos ámbitos (edificios estatales, mezquitas o lugares de peregrinación) lo impone.
Obtenido de "

Hijab
El hiyab es un código de vestimenta femenina islámica que establece que debe cubrirse la mayor parte del cuerpo y que en la práctica se manifiesta con distintos tipos de prendas, según zonas y épocas. En sentido restringido, suele usarse para designar una prenda específica moderna, llamada también velo islámico. Hiyab, en español, es una palabra de género masculino.[1]

Para mas informacion sobre el hijab entrontrareis un texto mas abajo refente al hijab.

El Burca

El o la burka (del árabe برقع burkas 'o burqa') es una vestimenta tradicional que llevan algunas mujeres de ciertos países musulmanes (en especial en Afganistán y en zonas de Pakistán y de Irán) basándose en una interpretación estricta del código islámico del vestido o hijab, según la cual la mujer tendría que cubrirse completamente en público. Hay varios modelos, de los cuales se pueden destacar dos:El primero, usado en el sur de Irán, es un tipo de velo que se ata en la cabeza y que cubre la cara a excepción de una raja en los ojos para que la mujer pueda ver.El otro es el llamado txadri y conocido como "burka completa" o "burka afgana", ropa de una sola pieza que cubre el cuerpo de pies a cabeza y que suele ser de color azul. Aquí, para ver, hay un velo verja que permite que la mujer mire pero que evita que la gente le vea los ojos.En Occidente, la palabra "burka" se suele asimilar actualmente en txadri o burka completa afgana. Tampoco se debe confundir con el nicab, un tipo de velo que cubre la cabeza y la cara, pero no el cuerpo, y que suele ser negro. A veces, se habla de "velo integral" al hablar de velos que cubren la cara, como la burka o el nicab en contraposición a los velos que no lo hacen, como el chador o más ampliamente el hiyab.



Contexto historico

La introducción del txadri se produjo en Afganistán a principios del siglo XX, durante el mandato de Habibul instaló (1901-1919), que impuso su uso a las mujeres que componían su numeroso harén para evitar que fueran vistas para los demás hombres. A partir de aquí, la burka se convirtió en una vestimenta utilizada por la clase alta, que de este modo se aislaba del pueblo evitando su mirada. En la década de los 50 su uso se generalizó en la mayoría de la población en un acto de imitación de las clases acomodadas, ya que se consideraba un símbolo de estatus social. Aplicando una comprensión fanática de las leyes religiosas y tribales, el régimen de los talibanes impuso el uso de la burka para todas las mujeres de Afganistán.



Polemica en Occidente sobre el velo intergral



Últimamente se ha abierto una polémica en la mayoría de los países europeos sobre la conveniencia o no de prohibir el uso en público de los velos integrales. Los partidarios de la prohibición argumentan que se trata de un tipo de opresión de la mujer, que en una democracia todo el mundo debe poder ser reconocido y que en ciertos lugares los símbolos religiosos no se pueden aceptar (argumento utilizado por ejemplo en Francia en nombre de la laicidad constitucional del país) o que estas vestimentas, que disimulan completamente el individuo, pueden ser utilizadas con fines terroristas.Los que son contrarios se refieren al derecho a la libertad individual y de culto, a que la prohibición estigmatiza en especial los musulmanes o que, a nivel de liberar a las mujeres de ciertas tradiciones machistas podría ser contraproducente, ya que algunas corren el riesgo de no salir más de casa si se les prohíbe vestirse según sus creencias y tradiciones. También alegan que lo que no se debería permitir, en todo caso, es el hecho de obligar o prohibir una mujer, o qualsevor otra persona, a llevar una prenda, no el hecho de llevar o no .




Controversia en Europa Occidental


El burka se encuentra en el debate público y es denunciado como un "símbolo de la opresión de la mujer" por parte del Islam, al igual que una serie de prácticas, tales como la "mutilación genital femenina", los "asesinatos de honor" y los "matrimonios forzados".
Si bien es un tema cultural no proveniente de las enseñanzas islámicas, los rostros cubiertos de las mujeres están vinculados a los seguidores del Islam. La prenda de vestir que cubre la cara se ha convertido en un tema político controvertido en la Europa Occidental, donde muchos intelectuales y grupos políticos abogan por su prohibición por diversas razones.


Italia


En la lucha contra el terrorismo, la legislación italiana, que data de 1970, prohíbe el uso de las prendas que cubren la cara. El alcalde de Drezzo, una pequeña ciudad del norte de Italia, prohibió el uso del burka en las calles de su ciudad, basándose, entre otras cosas, en un decreto real de 1931. El partido político italiano Liga Norte propuso sancionar con multas de 2.000 euros y penas de dos años de cárcel a las mujeres que vistan burka o niqab.
El 27 de enero de 2010, la Ministra de Igualdad de Oportunidades, Mara Carfagna, anunció que presentará una ley que impedirá cubrirse el rostro completamente en Italia, uniéndose así a Francia en la prohibición del uso del burka, señalando que "El velo integral no es una libre decisión de las mujeres, sino un signo de clara opresión", añadiendo que "vetar el burka es un modo de ayudar a las jóvenes inmigrantes a salir del gueto en el que quieren confinarlas.


Reino Unido


Si bien su uso no está prohibido, este tipo de vestimenta que cubre el rostro de las mujeres está causando controversia en el Reino Unido. El Ministro Jack Straw consultó a las mujeres musulmanas acerca de la eliminación de los velos que cubrían sus rostros en un "cara a cara" con él. Explicó a los medios de comunicación que se trataba de una petición, no una demanda, y que se aseguró de que un miembro del personal femenino permaneciera en la sala durante la reunión. Algunos grupos musulmanes entendieron sus preocupaciones, en tanto que otros las rechazaron


Francia


En Francia, el uso del burka en lugares públicos no está prohibido. Desde 2004 el uso del burka se ha prohibido en las escuelas públicas francesas, como resultado de una ley que prohíbe a los estudiantes usar los símbolos religiosos visibles. En un discurso en el Congreso de Versalles, el 22 de junio de 2009, el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, afirmó que el burka "no es bienvenido en el territorio de la República Francesa", agregando que «"En nuestro país, no podemos aceptar que las mujeres estén presas detrás de una pantalla, aisladas de toda vida social, privadas de toda identidad"». Agregando "No es un signo religioso. Es un signo de sometimiento de las mujeres. Por eso, no es bienvenido en el territorio de la República".
El 8 de julio de 2009, la Asamblea Nacional de Francia nombró a 32 legisladores y a los partidos políticos para que en un período de seis meses realicen una investigación a fin de buscar formas de limitar su uso.
Tras seis meses de debate y más de doscientas audiciones, la comisión parlamentaria encargada de examinar la posibilidad de regular en Francia el uso del velo integral, esencialmente el niqab y el burka, entregó sus conclusiones el 26 de enero de 2010. A falta de un consenso para dictar su "prohibición total", que incluiría su uso en la calle, los diputados de la comisión recomendaron que la prenda no se tolere en los servicios públicos, esencialmente las administraciones, los hospitales, las escuelas y el transporte público.
El 2 de febrero de 2010, el Ministro de Inmigración de Francia, Eric Besson, refrendó y transmitió al gobierno un decreto por el cual se negará la ciudadanía francesa a todo hombre que obligue a su esposa francesa a llevar el burka. Señaló que "impedir a una esposa que vaya con el rostro al descubierto sería el equivalente a rechazar los principios del secularismo y la igualdad entre hombres y mujeres.


Belgica


En muchos municipios belgas, el uso del burka en lugares públicos está prohibido por los reglamentos de Policía local. El proyecto fue presentado el 21 de febrero de 2005 en la Cámara de Representantes por Sir François-Xavier de Donnéa.


Luxemburgo


En Luxemburgo, al igual que en Bélgica, el reglamento general de la policía local, que entra en la jurisdicción municipal, indica que la prohibición general debe aplicarse para el uso del burka o el niqab, por ejemplo: "Fuera de la época de carnaval está prohibido para cualquier persona aparecer enmascarados en las calles, plazas y lugares públicos, salvo que esté autorizado por el alcalde.


Paises Bajos


El gobierno holandés anunció el 17 de noviembre de 2006 la aprobación de una ley que prohíbe en los lugares públicos el uso del burka y otras formas de velo islámico que esconde los rostros "debido a problemas de orden público, seguridad y protección de las personas". Este anuncio se produjo tras la aprobación en diciembre de 2005 de una propuesta de Geert Wilders, un político crítico con el islam, para prohibir el uso del velo completo. Mientras que la legislación ya restringe en Holanda llevar burka y otros velos escondiendo la cara entera en el transporte público y las escuelas en el país.


España


A pesar de que en España no es habitual ver burkas en lugares públicos, se planteó un conflicto en septiembre de 2009, cuando una mujer de origen marroquí, llamada Fátima Hssini, hermana de dos presuntos miembros de Al Qaeda, se negó a quitárselo para declarar como testigo ante la Audiencia Nacional en un juicio que se celebraba contra nueve presuntos terroristas acusados de formar una red internacional yihadista vinculada a Al Qaeda. En estos casos, para valorar los testimonios y su credibilidad es imprescindible ver el rostro de los declarantes. Finalmente accedió a descubrirse frente a los jueces si no había público.
Aparte de este caso, los conflictos que se han planteado en España tenían que ver con el pañuelo o hiyab, prenda menos conflictiva que deja visible la cara de quien lo lleva.
Lérida ha sido el primer municipio en prohibir por ley el uso del burka o hiyab en los edificios públicos . A esta iniciativa se sumaron otros municipios como Barcelona o Tarragona en junio de 2010









Uso en el Pais Catalan



En Cataluña, según el Consejo islámico de Cataluña, en el 2010 habría como mucho seis mujeres con burka por siete millones y medio de habitantes.  Algunas organizaciones de derechas se muestran contra su uso, alegando que estas mujeres se ven obligadas a hacerlo, en lugar de promover cambios en la normativa que sancionen la imposición del velo integral, no su uso. Pocas mujeres, de diferentes religiones y culturas, se muestran a favor de imponer por ley normas vestimentas. En general los partidos y organizaciones de izquierdas también. Los grupos feministas entienden que las prohibiciones o imposiciones de este tipo son machistas. Entidades como el Centro UNESCO de Cataluña cuestionan algunos partidos políticos por utilizar la religión como arma con fines electoralistas.  En particular, la Unesco de Cataluña considera que es un gran error centrar el debate público en tan sólo en el hecho de prohibir o no prohibir una prenda. Menos aún sin consultar previamente la Asamblea de las Religiones, que tiene funciones consultivas y asesoras en todas aquellas materias relacionadas con los asuntos de las diferentes tradiciones religiosas, ni sin hablar con las mujeres a las que la normativa supuestamente afectaría, aunque sean una minoría.  En la Unión Europea existe una Convención Europea para los Derechos Humanos, los artículos 8 y 9 de la que incluyen explícitamente la libertad de religión y creencia, y se manifiestan contra la prohibición de prácticas y símbolos religiosos.







miércoles, 23 de junio de 2010

Historia de Al-Andalus

Historia de Al-Andalus


Al-Ándalus



Corán del siglo XII utilizado en al-Ándalus
Se conoce como al-Ándalus (árabe الأندلس) al territorio de la Península Ibérica y de la Septimania bajo poder musulmán durante la Edad Media, entre los años 711 y 1492.
Tras la invasión musulmana de la península, al-Ándalus se integró inicialmente en la provincia norteafricana del Califato Omeya, para más tarde convertirse en un emirato y posteriormente en un califato independiente del poder abasí. Con la disolución del Califato de Córdoba en 1031, el territorio se dividió en los primeros reinos de taifas, periodo al que sucedió la invasión de los almorávides, los segundos reinos de taifas, la invasión de los almohades y los terceros reinos de taifas. Con el avance de la Reconquista iniciada por los cristianos de las montañas del norte peninsular, el nombre de al-Ándalus se fue adecuando al menguante territorio bajo dominación musulmana, cuyas fronteras fueron progresivamente empujadas hacia el sur, hasta la toma de Granada por los Reyes Católicos en 1492, que puso fin al poder islámico en la península Ibérica, aunque aún quedaban musulmanes viviendo en la Península .

Topónimo


Grafía árabe de al-Ándalus
El nombre "al-Ándalus" referido a la Península Ibérica, aparece documentado por primera vez en una moneda conservada en el Museo Arqueológico Nacional de España y datada en el año 716, pocos años después de la invasión musulmana de Hispania. En esa moneda aparece el término latino "Span", que correspondería a "Spania" junto con el término árabe "al-Ándalus". Teniendo en cuenta los múltiples testimonios del bilingüismo que existió en al-Ándalus a lo largo de casi toda su historia entre el romance vernáculo y árabe dialectal, no es de extrañar que en ésta y en otras monedas se usaran el alfabeto latino y el árabe para escribir los términos equivalentes en cada lengua. Sin embargo, a pesar de estar claro que el topónimo al-Ándalus se usó como sinónimo de la Hispania musulmana, el origen del término no está claro, y se han formulado varias teorías al respecto.

Tesis vándala

Esta histórica y discutida tesis defiende que los vándalos, pueblo germánico que ocupó la Bética romana entre el 409 y el 429 y que desde allí pasó al norte de África, dieron origen al nombre de al-Ándalus. La tesis de los vándalos ya se esgrimía en el mundo hispánico durante la Edad Media, aunque fue a partir del siglo XVI cuando empezó a ser más difundida, apareciendo en la obra de múltiples anticuarios del ámbito cultural español. El arabista holandés del siglo XIX Reinhart Dozy fue el primero en argumentarla según la filología moderna. En esta misma línea le siguieron Christian Friedrich Seybold (1859-1921) y Évariste Lévi-Provençal (1894-1956). Este supuesto se ha argumentado a lo largo de la historia de diferentes formas.
Uno de los razonamientos sostenía que el nombre de Andalucía provenía de "Vandalicia", que significaría "la tierra de los vándalos". Los puntos débiles de esta tesis son que el topónimo "Andalucía", en su forma primigenia "el Andalucía", es una castellanización documentada del árabe "al-andalusiya", adjetivo árabe relativo al sustantivo "al-Ándalus" y que no es lógico desde el punto de vista cronológico justificar el nombre de "al-Ándalus" a través del nombre "Andalucía", que es posterior. Además no hay constancia documental de que la región alguna vez se denominara "Vandalicia". Sin embargo esta ha sido una etimología muy popular y un auténtico tópico histórico muy repetido. Siguiendo esta falsa etimología, se llegó a usar el topónimo latino "Vandalia", a modo de neologismo para referirse a Andalucía en textos modernos escritos en latín, como por ejemplo el lema que aparece en el escudo de la ciudad de Carmona: "Sicvt Lvcifer lvcet in Aurora, ita in Vandalia Carmona" (Como el Lucero brilla en la Aurora, así en Vandalicia brilla Carmona).
A finales del siglo XX, siguiendo la misma idea que relaciona el nombre de "al-Ándalus" con los vándalos, se ha propuesto otra hipótesis. Ésta mantiene que el término árabe "al-Ándalus" puede tener origen en la expresión bereber o amazigh "tamort uandalos", que significaría la "tierra de los vándalos". Según esta hipótesis, los habitantes del norte de África, viendo llegar a los vándalos del otro lado del Estrecho de Gibraltar, llamaron a las tierras del otro lado "tierra de los vándalos". El razonamiento es que el genitivo en lengua bereber se construye añadiendo la partícula "u" al principio de la palabra, fenómeno que se conoce como "forma constructa". Por ello, teniendo en cuenta que el nombre latino del pueblo vándalo era "vandalus" (pronunciado "uándalus"), la expresión bereber "tamort uandalos", que significaría la "tierra de los vándalos", pudo ser confundida por los árabes con la expresión homófona bereber "tamort u-andalos" o tierra de los ándalos, lo que habría derivado en el vocablo árabe Andalus, con pérdida de la "v" (pronunciada u) por confusión con la citada "forma constructa" bereber y precedida por el artículo antepuesto "al-". El punto flaco de esta hipótesis es que sus partidarios tampoco han podido aportar ninguna fuente histórica documental ni epigráfica que demuestre que la Bética o Hispania fueran llamadas alguna vez "Vandalicia" o "tamort u-andalos".

Tesis visigoda

Heinz Halm propone que "al-Ándalus" es la arabización de la expresión goda "Landa-hlauts", sustantivo compuesto por los término "landa" (tierra) y "hlauts" (sorteo) y que significa "tierras de sorteo".Según Halm los visigodos se repartían las tierras conquistadas mediante "sorteos" con el objetivo de repoblarlas y llamaban a las tierras repartidas "Sortes Gothica". De este modo Halm mantiene que "Landa-hlauts" era el nombre godo de la antigua provincia Bética, y que de él pudo derivar el vocablo árabe al-Andalus. Sin embargo en las fuentes históricas sólo se ha documentado la expresión latina "Gothica sors" referida al reino visigodo y no se ha hallado la expresión "Landa-hlauts" o similar en fuente histórica alguna.
La tesis visigoda ha sido revisada en 2004 por el historiador Rafael Sabio González, en un trabajo en el que se acentúa el carácter político de la raíz "land". Así, ésta vendría a aludir al concepto de nación más que a un reparto de tierras, siguiendo una extendida tradición entre las lenguas germánicas (Deutschland, England, Scotland y Switzerland son algunos ejemplos) y refiriéndose por tanto al conjunto de los territorios ocupados por los visigodos en la Península Ibérica, y no sólo a la Bética. En oposición a al-Ándalus, el concepto Spania (derivado tardío de Hispania) habría sido apropiado por los bizantinos en sus intentos por recuperar la parte occidental del Imperio. Una vez los musulmanes penetraron en la Península Ibérica, substituyendo a la élite gubernamental visigoda, tomarían la expresión al-Ándalus para referirse a sus dominios, ya exenta de comprensión etimológica pero manteniendo su significación política. De este modo se explicaría el que, a medida que se fuera retrotrayendo el espacio controlado por los musulmanes, también lo hiciera la extensión geográfica así denominada. Es interesante resaltar que el actual macrotopónimo al-Ándalus podría ser más bien fruto de la fosilización del vocablo llevada a cabo por Castilla, ya fuese de un modo casual (ante la fijación temporal de su frontera frente a los dominios almohades) o intencionado (ante las primeras explicaciones etimológicas del término y el surgimiento de la creencia de que procede de los vándalos).

Tesis atlántica

La tesis atlántica es la que hace derivar el nombre de "al-Ándalus" del griego Atlantis o del latín Atlanticum. El primer estudioso moderno que apuntó esta posibilidad fue Juan Fernández Amador de los Ríos, basándose en las propias crónicas andalusíes. Más recientemente el filólogo Joaquín Vallvé Bermejo, en su obra La división territorial de la España musulmana, afirmó que el nombre "al-Ándalus" tiene su origen en la locución árabe "Jazirat al-Andalus", que significa la ínsula o la península del Atlántico o la Atlántida, y que aludiría a la Península Ibérica. Según este catedrático, la leyenda de la Atlántida de Platón fue transmitida al mundo árabe antes de que naciera el Islam en el siglo VII, como revela la poesía preislámica que ya hace referencia a un al-Ándalus. Actualmente es la teoría que se considera más correcta. Para explicar el paso del greco-latino Atlántida al árabe al-Andalus se apela a la transcripción fonética: Atlanta pronunciado al.landa, (como de atleta se dice al.leta) sustituyendo la “te” por “l” geminada.

Historia


Conquista


Entre los años 711 y 715, los musulmanes ocuparon una parte de la Península Ibérica, aunque sin ningún tipo de dominio efectivo al norte del Sistema Central. La invasión y ulterior ocupación del sur peninsular se sostuvo manu militari. La parte mediterránea y la más meridional sufrieron un desbordamiento demográfico de las poblaciones locales, que se adaptaron a la nueva situación.
La entrada de los musulmanes en la península se produjo con el desembarco en Gibraltar (Yebel Tárik), el 27 de abril de 711, de Táriq Ibn Ziyad lugarteniente del gobernador de Tánger (Musa ibn Nusair), lideró un ejército de 9.000 hombres. Poco después, el 19 de julio, los visigodos fueron derrotados y su rey Rodrigo murió en la Batalla de Guadalete. La ocupación del sur peninsular con la implantación masiva de poblaciones norteafricanas se produjo rápidamente. La presencia de los invasores musulmanes al norte del Sistema Central era sin embargo prácticamente anecdótica, limitándose a guarniciones desde las que profundizar sus incursiones militares o razzias.

Emirato de Córdoba


En el año 756 Abd al-Rahmán I llegó a Córdoba y estableció una dinastía que gobernó al-Ándalus hasta 1031. En el 773 Abd al-Rahmán I creó el Emirato de Córdoba, independizándose política y administrativamente del Califato de Damasco, aunque mantuvo con el mismo una unidad cultural, espiritual y moral. Pese a todo, el verdadero organizador del emirato independiente fue Abd al-Rahmán II, que delegó los poderes en manos de los visires. La islamización fue muy rápida y el número de mozárabes (cristianos en territorio musulmán) se redujo considerablemente.
En el año 912, ascendió al trono Abd al-Rahmán III, cuando ya la decadencia política del emirato era un hecho. Intentando acabar con las sublevaciones y conflictos, se proclamó califa en 929, dando paso al califato de Córdoba.















Califato de Córdoba


El Califato de Córdoba hacia el año 1000

En el año 929, Abd al-Rahmán III estableció el Califato de Córdoba, declarando la independencia religiosa de Bagdad, capital del Califato Abasí. Esta proclamación del califato contenía un propósito doble: En el interior, los Omeyas querían consolidar su posición. En el exterior, consolidar las rutas marítimas para el comercio en el Mediterráneo, garantizando las relaciones económicas con Bizancio y asegurando la subadministración del oro.
Tras la ocupación de Melilla en 927, a mediados del siglo X, los omeyas cordobeses controlaban el triángulo formado por Argelia, Siyilmasa y el océano Atlántico. El poder del califato se extendía asimismo hacia el norte y en 950 el Sacro Imperio Romano-Germánico intercambiaba embajadores con Córdoba. En el año 939 un ejército cristiano liderado por Ramiro II de León derrotó a las huestes árabes enviadas por Abderramán III en una de sus operaciones de castigo (razias) contra el norte. El resultado de la batalla disuadió a los Omeyas de su intención de instalar poblaciones árabes en las inmediaciones del Duero y sus áreas despobladas.
La de los Omeyas es la etapa política más importante de la presencia islámica en la península, aunque de corta duración pues en la práctica terminó en el 1010 con la fitna o guerra civil que se desencadenó por el trono entre los partidarios del último califa legítimo Hisham II, y los sucesores de su primer ministro o hayib Almanzor. En el trasfondo se hallaban también problemas como la agobiante presión fiscal necesaria para financiar el coste de los esfuerzos bélicos en sucesivas campañas contra el norte cada vez más gravosas. Oficialmente, el Califato de Córdoba siguió existiendo hasta el año 1031, en que fue abolido dando lugar a la fragmentación del estado omeya en multitud de reinos conocidos como Reinos de Taifas.







Primeros reinos de taifas


Las taifas fueron hasta 39 pequeños reinos en que se dividió el califato como consecuencia de la fitna o guerra civil. Cuando el último califa Hisham III es depuesto y proclamada en Córdoba la república, todas las coras de al-Ándalus que aún no se habían independizado se autoproclaman independientes. Cada taifa se identificó al principio con una familia, clan o dinastía. Así surgen la taifa de los amiríes (descendientes de Almanzor) en Valencia; la de los tuyibíes en Zaragoza; la de los aftasíes en Badajoz; la de los birzalíes en Carmona; la de los ziríes en Granada; la de los hamudíes en Algeciras y Málaga; y la de los abadíes en Sevilla. Con el paso de los años, las taifas de Sevilla, Badajoz, Toledo y Zaragoza, constituían las comunidades islámicas peninsulares.

Imperio Almorávide

La disgregación del califato en múltiples taifas hizo evidente que sólo un poder político centralizado y unificado podía resistir el avance de los reinos cristianos del norte. Así, la conquista de Toledo en 1085 por parte de Alfonso VI anunciaba la amenaza cristiana de acabar con los reinos musulmanes de la península. Ante tal situación, los reyes de las taifas pidieron ayuda al sultán almorávide del norte de África, Yusuf ibn Tasufin, el cual pasó el estrecho y no sólo derrotó al rey castellanoleonés en la batalla de Zalaca (1086), sino que conquistó progresivamente todas las taifas. Pero su brutal ocupación militar termina en fracaso al resistir los castellanoleoneses la toma de la emblemática capital visigoda de Toledo.
Los primeros indicios del malestar andalusí contra los Almorávides, se produjeron en Córdoba en 1121, cuando la población se rebeló contra los almorávides, sólo la intervención de los fakih pudo evitar un baño de sangre. Otras rebeliones se produjeron en distintas ciudades y a partir de 1140 el poder almorávide empieza a decaer en el norte de África por la presión almohade. A la península llegan esas noticias. En 1144 un sufí, Ibn Quasi empieza un movimiento anti almorávide y empiezan a surgir los llamados Segundos reinos de Taifas.
















Imperio Almohade

Los almohades desembarcaron desde 1145 en la Península Ibérica, y trataron de unificar las taifas utilizando como elemento de propaganda su agresión a los reinos cristianos y la defensa de la pureza islámica. En poco más de treinta años los almohades lograron forjar un poderoso imperio que se extendía desde Santarém (Centro de Portugal) hasta Trípoli (Libia) y consiguieron parar el avance cristiano cuando derrotaron a las tropas castellanas en 1195 en la batalla de Alarcos.
A pesar de los esfuerzos de los gobernantes, la dinastía almohade tuvo problemas desde un principio para dominar todo el territorio de al-Ándalus, en especial Granada y Levante. Por otro lado, algunas de sus posturas más radicales fueron mal recibidas por la población musulmana de al-Ándalus, ajena a muchas tradiciones bereberes. La victoria cristiana en la batalla de Las Navas de Tolosa (1212) marca el comienzo del fin de la dinastía almohade, no sólo por el resultado del encuentro en sí mismo sino por la subsiguiente muerte del califa al-Nasir y las luchas sucesorias que se produjeron y que hundieron el califato en el caos político dando lugar a los Terceros reinos de Taifas.

La capitulación de Granada, por Francisco Pradilla y Ortiz.







Terceros reinos de taifas

Reino nazarí de Granada
A mediados del siglo XIII al-Ándalus quedó reducido al reino nazarí de Granada. En el año 1238, entra en Granada Muhammed I ibn Nasr conocido, asimismo, como Al-Ahmar, "el Rojo" .Es el creador de la dinastía Nazarí (que tuvo 20 sultanes granadinos) y fue el fundador del Reino de Granada que, si bien al principio, confraternizó con los reyes castellanos, tuvo que convertirse, pasado el tiempo, en tributario de los mismos a fin de mantener su independencia.
En las últimas décadas de la dinastía nazarí de Granada estuvo dividida por una guerra civil interna que enfrentó Al-Zagal, Muley Hacen hermano de Al-Zagal, y su hijo Boabdil.
El último rey de la dinastía nazarí fue Boabdil (Abu 'Abd-Allāh). Su derrota en 1492 por los Reyes Católicos puso fin a la Reconquista, proceso que comenzó en el siglo VIII con Don Pelayo y la batalla de Covadonga. El Reino de Granada fue anexionado a la Corona de Castilla.













Organización territorial


En la época del Emirato y, sobre todo, del Califato, el territorio se organizó en seis grandes regiones (nabiya), tres interiores y tres fronterizas, todas con sus respectivas coras. Las demarcaciones o regiones interiores eran: Al-Gharb, que abarcaba la actual provincia de Huelva y el sur de Portugal; Al-Mawsat o tierras del centro, que se extendía por los valles del Guadalquivir y del Genil, más las zonas montañosas de Andalucía y el sur de la meseta; es decir, la antigua Bética;[9] y Al-Sharq o tierra de oriente, que abarcaba el arco mediterráneo, desde la actual provincia de Murcia hasta Tortosa. Entre estas demarcaciones y los reinos cristianos se situaban las tres Marcas: al-Tagr al-Ala o Marca Superior (Zaragoza); al-Tagr al-Awsat o Marca Media (Toledo); y la al-Tagr al-Adna o Marca Inferior (Mérida). Estas Marcas se mantuvieron hasta la aparición de los Reinos de Taifas.
Cada Cora tenía atribuido un territorio con una capital, en la que residía un walí o gobernador, que habitaba en la parte fortificada de la ciudad, o alcazaba. En cada Cora había también un cadí o juez. Las "Marcas" o "thugur" (plural de thagr), en cambio, tenían a su frente un jefe militar llamado qa’id, cuya autoridad se superponía a las autoridades de las coras incluidas en la marca.
Algunos autores consideran que las coras son herederas de las anteriores demarcaciones béticas.[10] La demarcación suponía el ejercicio de determinados poderes políticos, administrativos, militares, económicos y judiciales. La Cora, como demarcación base, se usó prácticamente durante toda la existencia de al-Ándalus, aunque sólo se dispone de información completa en la época del Califato de Córdoba.[11] Algunos autores cifran en 40 el número total de coras que llegó a haber en al-Ándalus,[12] y otras fuentes establecen que su número (excluidas las pertenecientes a alguna de las Marcas) rondaría las 21-23 demarcaciones.[13]
Las Coras, a su vez, estaban divididas en demarcaciones menores, llamadas iqlim, que eran unidades de carácter económico-administrativo, cada una de ellas con un pueblo o castillo como cabecera. En los primeros tiempos de la colonización musulmana, dentro de cada Cora se establecieron los poblados en torno a castillos, denominados "hisn" ("husûn", en plural), que actuaban como centros organizativos y defensores de un cierto ámbito territorial, denominado "Yûz" ("Ayzâ", en plural).[14] Esta estructura administrativa se mantiene invariable hasta el siglo X, en que los distritos se modifican, aumentando mucho su tamaño, denominándose "aqâlîm" ("iqlîm", en singular).
En otros momentos históricos, la organización en Coras se sustituyó por otro tipo de demarcaciones, como la Taha, propia del Reino Nazarí de Granada.

Economía

La llegada de la civilización islámica a la península Ibérica provocó importantes transformaciones económicas. De una economía esencialmente rural se pasó para una economía marcadamente urbana.
Uno de los lugares más importantes de la ciudad musulmana es el suq (zoco) o mercado. Los mercados conocieron un renacimiento en la península durante el periodo islámico. En ellos se realizaba el comercio de productos diversos, principalmente de los productos de metal y de otros productos de artesanía así como sedas, algodón o tejidos de lana. Algunos artículos de lujo producidos en al-Ándalus se exportaban a la Europa cristiana, al Magreb y hasta el Oriente. Los talleres y tiendas donde se producían esos trabajos eran propiedad del Estado.
En Al-Ándalus también se recurrió con frecuencia a la esclavitud como fuente de mano de obra. A los esclavos se les solía apreciar diferentemente según su raza ya que a cada una se le atribuía una cualidad diferente para el trabajo. [15]

Agricultura

En las zonas secas surgió el cultivo del trigo y la cebada. Se siembran también habas y granos, que eran la base de la alimentación de la población. En períodos de baja producción se recurría a la importación de cereales del norte de África. Fue durante esta época que el cultivo del arroz se introdujo en la península, así como el de la berenjena, la alcachofa y la caña de azúcar. Los frutales ocupaban una área agrícola importante; Sintra era famosa por sus peras y manzanas. El actual Algarve se destacaba por la producción de higos y uvas. También destacaba la producción de la miel y aunque su consumo estaba prohibido por el islam, el vino se producía y consumía en grandes cantidades, por lo menos hasta la llegada de los almohades.[16]

Ganadería

Menor papel económico tendría la ganadería, destaca su importancia en la alimentación, el transporte y menor en las labores agrícolas. La cría de ganado era también una práctica común, en particular de ganado bovino y caprino. Asimismo, los conejos y las gallinas eran muy apreciados en la alimentación. Los musulmanes cruzaron los sistemas hidráulicos de los Romanos con los de los Visigodos y con las técnicas que trajeron del Oriente. A lo largo de los ríos construyeron molinos de agua y para sacar agua de los pozos introdujeron la noria y la picota.

Minería

No contó con un nivel técnico demasiado elevado, durante este periodo continúa la explotación de los yacimientos mineros de la península, como se hacía desde los tiempos de los romanos. El oro se extraía de algunos ríos, como el Segre, Guadalquivir o en la desembocadura del Tajo. La plata se encontraba en Murcia, Beja y Córdoba, el hierro de Huelva y Constantina. El gran yacimiento de cinabrio era Almadén, el cobre de Toledo y Granada, el plomo de Cabra y el estaño del Algarve
Canteras de mármol se citan las de Sierra Morena, aunque seguía siendo deficitario al-Ándalus en materiales de construcción suntuario y había que importarlos.

Otras actividades

La abundante madera de los bosques se usaba para la fabricación de piezas de mobiliário y para la construcción naval y como combustible. En Alcácer do Sal esta actividad era intensa debido a la existencia de bosques en las proximidades. Citar también la recolección de plantas medicinales y aromáticas y frutos dedicados a la alimentación (castañas avellanas...) o productos como el corcho
La pesca y la extracción del sal eran propiciadas por la existencia de una larga línea costera. En cuanto a la pesca, se daba tanto pesca marítima como fluvial. Aunque el pescado no debió de tener un papel importante en la dieta. Las especies más capturadas eran la sardina y el atún, utilizándose para la captura de este último un tipo de red propia, denominada almadraba.
En cuanto a la sal se obtenía tanto de minas de sal gema en la región de Zaragoza como de salinas (lo más habitual) en las regiones de Alicante, Almería y Cádiz. Gracias a la sal se pudo desarrollar una importante industria de salazón que constituyo uno de los objetos de exportación.
La caza podía aportar también tanto carnes (conejos, perdices...), dedicado a abastecer los mercados urbanos, como pieles destinados a la industria peletera (zorro, nutria...) en zonas escasamente habitadas, situadas en la frontera septentrional. Aunque parece destacar mas la caza a modo de diversión, Se caza con aves de presa, siendo importante los tratados sobre el cuidado y adiestramiento de estas aves.

Sociedad y cultura



Antigua mezquita de Mértola, en el sur de Portugal, hoy iglesia
La población de al-Ándalus era muy heterogénea. Desde el punto de vista étnico estaba constituida principalmente por hispanogodos; seguidos por los bereberes, que conformaban la práctica totalidad de los ejércitos invasores y los muy inferiores en número líderes locales árabes. Desde el punto de vista religioso la población era o musulmana o dhimmi (cristianos y judíos). Se conoce como muladíes a los hispanogodos cristianos de al-Ándalus que se habían convertido al Islam, mientras que se llama mozárabes a los que conservaron la religión cristiana. Tanto unos como otros adoptaron costumbres y formas de vida musulmanas. La clase dominante estaba formada por árabes, beréberes y muladíes y la clase dominada lo estaba por cristianos y judíos.
La estructura social andalusí estaba condicionada por el origen étnico de cada grupo y por la clase social. Aunque el islam sólo reconoce un tipo de sociedad, la umma o comunidad de creyentes, los juristas islámicos fundaron el estatuto social sobre la condición de hombres libres y esclavos. La estructuración interna de cada grupo respondía al siguiente esquema: nobleza (jassa), notables (ayan) y masa (amma).
Los mozárabes y los judíos gozaban de libertad de culto, pero a cambio estaban obligados al pago de dos tributos: el impuesto personal (yizya) y el impuesto predial sobre el ingreso de las tierras (jaray). Estos dos grupos tenían autoridades propias, gozaban de libertad de circulación y podían ser juzgados de acuerdo con su derecho. Sin embargo, también estaban sujetos a las siguientes restricciones:
  • no podían ejercer cargos políticos;
  • los hombres no podían casarse con una musulmana;
  • no podían tener criados musulmanes o enterrar sus muertos con ostentación;
  • debían habitar en barrios separados de los musulmanes;
  • estaban obligados a dar hospitalidad al musulmán que la necesitara, sin recibir remuneración.
Ciudades como Toledo, Mérida, Coimbra y Lisboa eran importantes centros mozárabes. La convivencia no siempre estuvo libre de conflictos. En Toledo los mozárabes llegaron a encabezar una revuelta contra el dominio árabe. Algunos mozárabes emigraron a los reinos cristianos del norte, difundiendo con ellos elementos arquitectónicos, onomásticos y toponímicos de la cultura mozárabe. Los judíos se dedicaban al comercio y a la recolección de impuestos. Fueron también médicos, embajadores y tesoreros. El judío Hasdai Ibn Shaprut (915-970), llegó a ser uno de los hombres de confianza del califa Abderraman III. En cuanto a su número, se calcula que a finales del siglo XV había unos 50.000 judíos en Granada y unos 100.000 en toda la Iberia islámica.[17]

Partida de ajedrez, del Libro de Alfonso X
Es muy difícil calcular la población del al-Ándalus durante el periodo de mayor extensión del dominio islámico (siglo X), pero se ha sugerido una cifra próxima a los 10 millones de habitantes. Los árabes se establecieron en las tierras más fértiles; el valle del Guadalquivir, levante y el valle del Ebro. Los bereberes, ocuparon las áreas montañosas, como las sierras de la Meseta Cental y la Serranía de Ronda, siendo también numerosos en Algarve (un bereber, Said ibn Harun, daría su nombre a Faro), si bien, después de la revuelta bereber de 740, muchos regresaron al norte de África. En 741 llegaron a al-Ándalus un gran número de sirios con el objetivo de ayudar en la represión de la revuelta berber, que acabarían por asentarse en el este y sur peninsular. Hay igualmente fuentes que apuntan hacia la presencia de familias yemeníes en ciudades como Silves. Cabe aún destacar la presencia de dos grupos étnicos minoritarios, los negros y los eslavos.
Los negros llegaron a al-Ándalus como esclavos o como mercenarios. Desempeñaron funciones como miembros de la guardia personal de los soberanos, mientras que otros trabajaban como mensajeros. Las mujeres negras fueron concubinas o criadas. Los eslavos fueron inicialmente esclavos, pero muchos consiguieron progresivamente comprar su libertad. Algunos alcanzaron importantes cargos en la administración y durante el periodo de los primeros reinos de taifas (siglo XI) algunos eslavos formarían sus propios reinos.
Las casas de las clases más acomodadas se caracterizaban por su confort y belleza, gracias a la presencia de divanes, alfombras, almohadas y tapices que cubrían las paredes. En estas casas las noches se animaban con la presencia de poetas, músicos y bailarines.
En las zonas rurales y urbanas existían baños públicos (hammam), que funcionaban no sólo como espacios para la higiene, sino también de convivencia. Los baños árabes presentaban una estructura heredada de los baños romanos, con varias salas con piscinas de agua fría, tibia y caliente. En ellos trabajaban masajistas, barberos, responsables de guardarropa, maquilladores, etc. La mañana estaba reservada a los hombres y la tarde a la mujeres. Con la Reconquista cristiana muchos de estos baños se cerraron al entenderse que eran locales propicios a la conspiraciones políticas, así como a la práctica de relaciones sexuales.
El pan era la base de la alimentación del al-Ándalus, consumiéndose también carne, pescado, legumbres y frutas. Los alimentos eran cocinados con hierbas aromáticas, como el orégano, y especias (genjibre, pimienta, comino...). La grasa usada era el aceite (al-zait), siendo famoso el producido en la región de Coimbra. Los dulces eran también apreciados, como las queijadas (qayyata), el arroz dulce con canela y diversos pasteles hechos con frutos secos y miel, que son aún hoy característicos de la gastronomía de ciertas regiones de la península.

Poema de Yusuf, manuscrito aljamiado.
La cultura andalusí alcanzó un alto nivel, hasta el punto de que al-Ándalus se convirtió en referencia para el resto del mundo islámico. El árabe se impuso como idioma culto, aunque gran parte de la población empleaba lenguas romances o hebreo. Esta diversidad lingüística se reflejó en la literatura, concretamente en la moaxaja.
Gracias al uso del papel, que permitía copias económicas, la biblioteca de al-Hakam II en Córdoba (una de las 70 en la ciudad), contenía 400.000 volúmenes, entre ellos, los tesoros de la antigüedad greco-latina y aportaciones originales de pensadores musulmanes como Avempace y Averroes.

Ciencia



Tratado árabe sobre plantas medicinales
A semejanza de lo que sucedió en el dominio artístico, los árabes y berberes que se asentaron en la península Ibérica el siglo VIII comenzaron por recurrir a los saberes legados por la civilización visigoda. Progresivamente, fruto de los contactos con Oriente (en el contexto, por ejemplo, de la peregrinación anual a La Meca) y del deseo de algunos soberanos del al-Ándalus en hacer de sus cortes centros de saber que rivalizasen con las ciudades del Oriente Medio, se desarrolló en al-Ándalus una ciencia que presentó aspectos de gran originalidad. Así, mientras que el resto de Europa permanecía en la Edad Oscura del conocimiento, al-Ándalus florecía.[cita requerida] La ciudad de Córdoba era uno de los centros culturales más importantes del Imperio islámico clásico (y de toda Europa), el otro fue Bagdad.
Todas las disciplinas científicas se impartían en madrasas (del árabe madrasa), en las que el intercambio de estudiantes con el mundo islámico del otro lado del Mediterráneo era importante.
Abderramán II fue uno de los primeros gobernantes que se esforzó por convertir la corte cordobesa en un centro de cultura y sabiduría, reclutando con este objetivo a varios sabios del mundo islámico. Uno de ellos fue Abbás Ibn Firnás, que aunque fue sido contratado para enseñar música en Córdoba, brevemente se interesó por otros campos del saber, como el vuelo; él sería el autor de un aparato volador hecho de madera, con plumas y alas de grandes aves (una especie de ala delta). Decidido a probar su obra, se tiró de un punto alto de la ciudad y según los relatos, consiguió volar durante algún tiempo, pero acabó por despeñarse, sufriendo algunas heridas. En su casa, Ibn Firnas construyó un planetario, en el cual no sólo se reproducía el movimiento de los planetas, sino también fenómenos como la lluvia y el granizo.
En el campo de la astronomía, deben destacarse los trabajos de Al-Zarqali que vivió en Toledo y en Córdoba el siglo XI y que es conocido en Occidente por su nombre en latín, Azarquiel. Se hizo notable por la construcción de instrumentos de observación astronómica, habiendo inventado la azafea, un tipo de astrolabio que fue usado por los navegadores hasta al siglo XVI. Defendió también que la órbita de los planetas no era circular, pero elíptica, anticipándose a Johannes Kepler en este campo.
Al-Zahrawi (936-1013), más conocido como Albucasis, médico de la corte del califa Alhakén, fue un importante cirurjano de al-Ándalus. Es conocido como autor de la enciclopédia Tasrif, en la cual presentó sus procedimientos quirúrgicos (amputaciones, tratamientos dentários, cirugías oculares...). Esta obra sería traducida al latín y usada en Europa en la enseñanza de la medicina durante la Edad Media.
En la botánica y farmacología, Ibn al-Baitar (nacido en Málaga en finales del siglo XIII) estudió las plantas de la península Ibérica, el norte de África y Oriente gracias a los viajes que realizó en estas regiones. Fue autor de la obra Kitab al-Jami fi al-Adwiya al- Mufrada, en la cual listó 1400 plantas con sus respectivos usos medicinales; aunque se basó en los antiguos tratados griegos de botánica, Ibn Baitar presentó el uso medicinal de cerca de 200 plantas hasta entonces desconocidas. Ibn al-‘Awwam, residente en la Sevilla del siglo XII, escribió un tratado agrícola titulado Kitab al-fila-hah, uno de los trabajos medievales más importantes en esta área. En él listaba 585 especies de plantas y 50 de árboles de fruto, indicando cómo debían ser cultivadas.
En el período que se extiende entre el siglo X y el siglo XII surgieron los grandes geógrafos peninsulares, de los cuales destacan Al Bakri, Ibn Yubair y Al Idrisi. al-Bakri trabajó esencialmente con fuentes escritas y orles, sin dejar nunca al-Ándalus. Fue autor del Libro de los Caminos y de los Reinos en el cual listaba todos los países conocidos en la época. El libro estaba organizado por entradas, cada una relatando la geografía, historia, clima y pueblo del país en cuestión. Ibn Jubair, secretario del gobernador de Sevilla, realizó en 1183 la peregrinació a La Meca, habiendo aprovechado la ocasión para describir el Mediterráneo oriental, haciendo referencia a los acontecimientos políticos que aquella región del mundo vivía, expresamente las Cruzadas. Al-Idrisi, nacido en Sabtah (Ceuta), recibió su educación en la Córdoba de los Almorávides, pero tuvo que abandonar la ciudad por motivos de persecución política y religiosa, para instalarse en la Sicilia de los Normandos. En esta isla escribió el Libro de Rogelio, (cuyo nombre deriva del nombre del patrono de al-Idrisi, el rey Rogelio II de Sicilia), donde describía el mundo conocido hasta entonces. Las informaciones de la obra serían plasmadas en un planisfério de plata.

Filosofía
Al-Ándalus sirvió de puente entre Oriente y Europa para la difusión de las obras de los filósofos clásicos griegos, en especial Aristóteles, que seguramente se habrían perdido a no ser por las traducciones realizadas en al-Ándalus.
El principal pensador de al-Ándalus fue Ibn Rusd (Averroes) (siglo XII). Entre sus obras cabe señalar los comentarios realizados sobre la obra de Aristóteles, del que fue su traductor, de Platón y una enciclopedia médica. Sus ideas influyeron notablemente en el pensamiento renacentista. En la Universidad de París el pensamiento de Aristóteles, en el siglo XIII, llegará fundamentalmente gracias a Averroes. Los seguidores más radicales de este pensamiento, que revolucionaba las ideas anteriores, seran conocidos como "averroistas latinos", su figura más conocida fue Siger de Brabante. En 1270 y en 1277 las tesis de los "averroistas latinos" fueron condenadas por el obispo de París, y sus seguidores perseguidos. Otros filósofos importantes, además de Ibn Rusd (Averroes) fueron Ibn Bayya (Avempace) e Ibn Tufayl.
Maimónides
Ibn Arabi
Mística
La mística ocupó un lugar clave en la producción intelectual andalusí y gozó de gran prestigio en el mundo islámico, en especial el sufismo, cuyo máximo representante fue Ibn Arabi, que escribió una historia sobre los santones andalusíes, fundamental para conocer el ambiente espiritual y la sociedad de la época.
Abundaron los eremitas y los místicos, con una vida ascética, como Ibn Masarra, fundador de la primera escuela de espiritualidad andalusí, la escuela masarrí, que triunfó entre la aristocracia cordobesa.
Pero la espiritualidad andalusí de los siglos XIII al XV está dominada por la tariqa sadiliya, creada por varios filósofos andalusíes como Ibn Masis, al-Sadilí, al-Ata, Abú-l-Abás o Ibn Abad, que predica la renuncia a los carismas y el amor personal a Alá.
Ibn Jaldún Ibn Gabirol Abenalsid Abenalarif Abraham ben Meir ibn Ezra


Arte

Arte emiral y califal


La mezquita de Córdoba.
Desde el punto de vista artístico, el emirato andalusí emplea un estilo que no difiere en demasía del resto del Califato Omeya. Es decir, la adecuación de fórmulas y elementos de las culturas que les habían precedido, en este caso del mundo romano y visigodo. En ningún momento se produce una repetición literal de motivos y formas; al contrario, su inteligente incorporación y asimilación se traduce en una verdadera eclosión creadora, originándose el momento cúspide del arte califal. En él se funden elementos de la tradición local hispano-romano-visigótica con los elementos orientales, tanto bizantinos, como omeyas o abasidas.
Los edificios artísticos se centran, desde el primer momento, en torno a su capital, Córdoba, en la que se construyó una mezquita congregacional destinada a convertirse en el monumento más importante del occidente islámico. Destacan, entre otras, las obras llevadas a cabo durante el reinado de Abd al-Rahmán II, corte que acogió a numerosos artistas, modas y costumbres orientales; impulsó, entre otras, las construcciones del Alcázar de Mérida así como la del alminar de la iglesia de San Juan en Córdoba e hizo mejorar sus murallas y las de Sevilla. El califa Abderramán III, siguiendo la tradición oriental, (según la cual cada monarca, como signo de prestigio, debía poseer su propia residencia palaciega), decidió fundar la ciudad áulica de Medina Azahara (Medina al-Zahra).
En el resto del territorio peninsular también es patente el florecimiento artístico impulsado por el califato. Entre los de carácter religioso figuran las mezquitas, medersas o madrazas y mausoleos. En la ciudad de Toledo todavía se perciben restos de su fortificación, así como algunos vestigios que definen su alcazaba, medina, arrabales y entorno. De entre ellas destaca la pequeña mezquita del Cristo de la Luz o de Bab al-Mardum. Y obras tan significativas como la rábida de Guardamar del Segura (Alicante), el Castillo de Gormaz (Soria) o la Ciudad de Vascos (Toledo).
El refinamiento imperante en la corte califal propició la creación de toda clase de objetos decorativos que, bajo el patrocinio real, se tradujeron en las más variadas expresiones artísticas. Mención especial merecen los trabajos en marfil, entre los que se encuentran todo tipo de objetos de uso cotidiano minuciosamente tallados: botes y arquetas destinadas a guardar joyas, ungüentos y perfumes; almireces, pebeteros, ataifores, jarras y jofainas de cerámica vidriada etc. En el Museo Arqueológico Nacional, puede contemplarse el Bote de Zamora destinado a la mujer de al-Hakam II. O la Arqueta de Leyre, en el Museo de Navarra.
Los monarcas, igual que en Bagdad y El Cairo, crean su propia fábrica de tejidos o bandas, lo que da lugar al principio de la historia de la producción de tejidos en seda bordada en el al-Ándalus. Los motivos vegetales y figurativos geometrizados se inscriben en medallones que forman bandas tal y como aparecen en el velo o almejí de Hisham II que, a modo de turbante, le cubría la cabeza y le colgaba hasta los brazos.
Asimismo existían los talleres en los que se trabajaba el bronce, tallado con figuras que representaban leones y ciervos con el cuerpo cubierto de círculos tangentes evocando tejidos y que se utilizaban como surtidores en las fuentes. Su paralelismo formal y estilístico con piezas de los fatimis ha conducido a la controversia acerca de la legitimidad de algunas de estas piezas.
La cerámica cuenta con tipos de producción conocida como "verde y manganés". Su decoración a base de motivos epigráficos, geométricos y una destacada presencia de motivos figurativos se consiguen mediante la aplicación del óxido de cobre (verde) y óxido de manganeso (morado).

Arte taifa


Vista nocturna de las estancias de La Aljafería de Zaragoza.

La destrucción de la unidad política llevó a la abolición del califato cordobés en 1031 y a la creación de un mosaico de reinos independientes que fueron denominados taifas (de tawaifs, partidos, facciones). Las rivalidades entre ellos, reivindicando la herencia del prestigio y la autoridad del Califato, constituyeron la tónica dominante del período. Esta situación se tradujo en el terreno artístico en la emulación de modelos cordobeses.
En este contexto se inserta la arquitectura palatina patrocinada por cada uno de los monarcas. Uno de los mejores testimonios es, sin duda, la Aljafería de Zaragoza, emparentada tipológicamente con el palacio omeya de Msatta (Jordania). Cuenta con organización tripartita donde cada uno de los sectores estaba dedicado a funciones diferenciadas. El sector central, de uso protocolario, está dominado por un patio rectangular cuyos lados menores estaban ocupados por albercas, pórticos y estancias alargadas acotadas en los extremos por alcobas. Este esquema deriva, sin duda, de los modelos palatinos cordobeses. A esta misma tradición responde el repertorio de arcos desplegado en el edificio, entre los que encontramos desde arcos lobulados, mixtilíneos, de herradura semicircular y apuntada, a complejas organizaciones de arcos entrecruzados, superpuestos y contrapuestos. Todos ellos están realizados con materiales pobres, pero revestidos de yeserías con motivos vegetales, geométricos y epigráficos, buscando un efecto de fastuosidad y aparente riqueza.
Las viejas alcazabas de los distintos reinos también sufrieron importantes remodelaciones. En la de Málaga se añadió un doble recinto amurallado con torres cuadradas y un palacio al que corresponden los restos de los llamados Cuartos de Granada. La vieja alcazaba de la Granada musulmana, conocida como Qadima (antigua), situada en la colina del Albaicín, se fortificó con torres cuadradas y redondas y se le añadieron algunas puertas en recodo, como la puerta Monaita y la puerta Nueva. Asimismo, la ciudad conserva unos baños conocidos como El Bañuelo, en la carrera del Darro, organizados en tres estancias de las cuales la central o templada adquiere, por razones de uso, unas mayores dimensiones. Baños muy similares se conservan en Toledo, Baza y Palma de Mallorca. La alcazaba de Almería fue fortificada con muros de tapial, construyéndose en su interior un palacio, al-Sumadihiyya, rodeado de jardines. En los casos de Toledo y Sevilla, reinos que pujaron más fuertemente por la herencia cordobesa, se conservan deslumbrantes testimonios de las crónicas árabes sobre sus palacios, así como escasos fragmentos generalmente descontextualizados.
Al igual que la arquitectura, las artes suntuarias siguieron la tradición cordobesa aunque el protagonismo fue adquirido por otros centros. Así la producción de marfil se trasladó al taller de Cuenca mientras que el prestigio en los textiles fue adquirido por el taller de Almería. Por lo que respecta a la cerámica, se consolidó una técnica que había aparecido durante el califato pero que en estos momentos adquirió un gran desarrollo. Se trata de la cerámica de "cuerda seca" cuyas piezas se decoran con líneas de óxido de manganeso formando diferentes motivos que se rellenan con vidrio de diferentes colores.

Arte almorávide


Las obras realizadas durante el reinado del monarca Yusuf ibn Tasufin, evidenciaban, todavía, la austeridad y falta de ornamentación impuestas por su fervor religioso. Rigor formal que no mantuvo su hijo Alí ibn Yusuf que, deslumbrado por el refinamiento cortesano de las taifas andalusíes, patrocinó la construcción de varios edificios decorados con los más bellos elementos.
El soporte preferido es el pilar, en sustitución de la columna. Adoptan el arco de herradura y lobulado, a los que añaden arcos de herradura o túmidos, lobulados trebolados, mixtilíneos y lambrequines formados, éstos últimos, por pequeñas curvas, ángulos rectos y claves pinjantes. En relación al desarrollo de los arcos aplican, desde el salmer, un motivo en "S" denominado serpentiforme, ya utilizado anteriormente en la Aljafería de Zaragoza. El sistema de tejados preferido es a dos aguas, construyen techos de madera y alcanzan un gran desarrollo en el arte mudéjar, a la vez que realizan extraordinarias cubiertas cupuladas. Unas, representadas por la cúpula del mihrab de la mezquita de Tremecén, seguirán el modelo cordobés: arcos entrecruzados que dejan la clave libre si bien, en este caso, arrancan de trompas angulares de mucarnas y utilizan unos complementos de estuco calado decorados con exuberantes motivos florales. A partir de esta obra, en la que se documenta la introducción en el zagreb de la mucarna o mocárabe, aparecen otros tipos de cúpulas denominadas de mucarnas, como la que puede verse en la mezquita de Qarawiyin en Fez.
Los trabajos artísticos continuaron vinculados a las tradiciones anteriores. El taller textil de Almería alcanzó su cenit realizando los famosos attabi. Estos tejidos se caracterizan por la utilización de colores más suaves con toques de oro formando círculos dobles, tangentes o enlazados, dispuestos en filas, en cuyo interior se bordan parejas de animales. La similitud con los tejidos sicilianos permite que se confundan ambos talleres. Un problema similar plantean los marfiles, que contienen inscripciones ambiguas que no acaban de aclarar a cuál de los dos talleres pertenecen. La cerámica, por su parte, continúa desarrollando la técnica de "cuerda seca parcial" o "total" dependiendo de que la decoración cubra toda la superficie o parte de ella. Al mismo tiempo aparecen dos nuevas técnicas aplicadas a la cerámica no vidriada: el esgrafiado y el estampillado, que se generalizarán en la época almohade.

Arte almohade


Torre del Oro (Sevilla). Arquitectura almohade. Primer tercio del siglo XIII

El retorno a la austeridad más extrema condujo, incluso de forma más rápida que en el caso de sus predecesores, los almorávides, a uno de los momentos artísticos de mayor esplendor, de manera particular en lo que atañe a la arquitectura. El arte almohade continuó la estela almorávide consolidando y profundizando en sus tipologías y motivos ornamentales. Construían con los mismos materiales: azulejos, yeso, argamasa y madera. Y mantuvieron, como soporte, los pilares y los arcos utilizados en el período anterior.
Sus mezquitas siguieron el modelo de la mezquita de Tremecén, con naves perpendiculares al muro de la qibla. La arquitectura palaciega introduce los patios cruzados que ya habían hecho su aparición en Medina al-Zahra, pero que es, en estos momentos, cuando adquieren su mayor protagonismo. Su mejor testimonio se halla representado en el Alcázar de Sevilla. Este esquema será aplicado, asimismo, en los patios nazarís y mudéjares. Otra novedad consiste en la colocación de pequeñas aberturas o ventanas cubiertas con celosías de estuco que dan acceso a una estancia y que permiten, de este modo, su iluminación y ventilación.
La arquitectura militar experimenta un enriquecimiento tipológico y se perfecciona su eficacia defensiva que tendrá gran trascendencia, incluso para el ámbito cristiano. Aparecen complejas puertas con recodos a fin de que los atacantes, al avanzar, dejen uno de sus flancos al descubierto; torres poligonales para desviar el ángulo de tiro; torres albarranas separadas del recinto amurallado pero unidas a él por la parte superior mediante un arco, lo cual permite aumentar su eficacia defensiva respecto a una torre normal, como la Torre del Oro de Sevilla; muros reforzados que discurren perpendiculares al recinto amurallado con objeto de proteger una toma de agua, una puerta, o evitar el cerco completo; barbacanas o antemuros y parapetos almenados.
En el terreno decorativo aplicaron un repertorio caracterizado por la sobriedad, el orden y el racionalismo, lo que se traduce en la aparición de motivos amplios que dejan espacios libres en los que triunfan los entrelazados geométricos, las formas vegetales lisas y lo más novedoso: la sebqa. Otra decoración arquitectónica que aparece en este alminar y en la mezquita de Qutubiyya, es la cerámica, en la que se aplica la técnica del alicatado; es decir piezas recortadas que, combinadas entre sí, componen un motivo decorativo. En otras ocasiones estas manifestaciones artísticas unen el carácter ornamental con el funcional.
Las obras de arte de esta época están peor representadas a causa de la confusión existente entre los diferentes períodos artísticos. Es lo que ocurre, por ejemplo, con los tejidos, que no se distinguen fácilmente de los mudéjares: acusan una práctica ausencia de motivos figurativos en tanto que aumenta la decoración geométrica y epigráfica a base de la repetición insistente de palabras árabes como "bendición" y "felicidad". En cuanto elementos metálicos, destacan los aguamaniles que representan figuras de animales decoradas con incisiones vegetales cinceladas.

Arte nazarí



Patio de los leones en la Alhambra de Granada
El arte nazarí es el estilo surgido en la época tardía de al-Ándalus en el reino nazarí de Granada. Los dos paradigmas del mismo lo constituyen los palacios de la Alhambra y el Generalife.
La arquitectura militar desarrolla los mismos sistemas generados en la época anterior, dotándola de una mayor complejidad. La arquitectura palaciega emplea dos tipos de organización de patios: uno el patio monoaxial, patio de los Arrayanes o de la Alberca, y otro, el patio cruzado, patio de los Leones. Las estancias vinculadas a ellos responden, nuevamente, a dos tipologías: una alargada en cuyos extremos están las alcobas, y otra cuadrada rodeada por las habitaciones, por ejemplo, la Sala de la Barca y la Sala de las Dos Hermanas. Los escasos vestigios de arquitectura religiosa permiten pensar en mezquitas que siguen el modelo almohade, con naves perpendiculares al muro de la qibla. Quizá la única novedad destacable provenga del hecho de la utilización de columnas de mármol cuando el edificio es de cierta relevancia.

Espada nazarí
En cuanto al repertorio ornamental utilizan una profusión decorativa que enmascara la pobreza de los materiales, emplean desde zócalos alicatados y yeserías de estuco, a decoración pintada como la que se conserva en la bóveda de la Sala de los Reyes. Es característica la columna de fuste cilíndrico y el capitel de dos cuerpos, uno cilíndrico decorado con bandas y otro cúbico con ataurique. Los arcos preferidos son los de medio punto peraltado y angrelados. Las techumbres de madera alternan con bóvedas mocárabes realizadas con estuco como los de la Sala de las Dos Hermanas o la de los Abencerrajes. Asimismo, a los motivos ornamentales habituales (geométricos, vegetales y epigráficos), se une el escudo nazarí que será generalizado por Mohamed V.
En las artes suntuarias destacan las cerámicas de reflejos metálicos y los tejidos de seda a los que pueden añadirse los bronces, las taraceas y las armas. La cerámica de lujo, conocida como de "reflejo metálico" o "losa dorada" se caracteriza por someter, la última cocción, a fuego muy bajo "de oxígeno" y menor temperatura. Con este procedimiento la mezcla de sulfuro de oro y cobre empleada en la decoración llega a la oxidación reduciendo el brillo metalizado. Era frecuente, también, añadir óxido de cobalto con lo que se conseguían unos tonos azules y dorados. Los tejidos se caracterizaban por su intenso colorido así como por los motivos, idénticos a los empleados en la decoración arquitectónica.


Literatura
En la poesía destacaron Ibn Hazm, Ibn Khafaja, Al-Mutamid, que además fue rey de la taifa de Sevilla, Wallada (siglo X) y Zaynab (siglo XII )











Musica Andalusi
La música andalusí (también llamada arábigo-andaluza,árabo-andalusí, arabo-andaluza o árabo-andaluza ) es un estilo de música árabe que se da en el África del Norte, aunque también se dio en al-Ándalus entre los siglos IX y XV. Se asocia con Marruecos, en donde recibe el nombre de al-Âla, aunque también se encuentra en la tradición de Argelia (en donde recibe el nombre de Gharnâtî, San'a, Ma'luf. Depende de la ciudad), en Túnez y en Libia (más conocida como Ma'luf). La música popular, como el chaabi y el Hawzi en Argelia, han contribuído al desarrollo de este estilo de música clásica en un ambiente más moderno.



Origenes
Se dice que la música clásica andalusí nació durante el Califato de Córdoba en el siglo IX. El músico iraquí Ziryab, músico de la corte de Abd al-Rahman II en Córdoba, muerto en el año 857, ha sido considerado históricamente como su inventor. Posteriormente, el poeta, compositor y filósofo Ibn Bajjah de Zaragoza (muerto en el año 1139), ha combinado el estilo de Ziryab con la música clásica occidental para producir un estilo totalmente nuevo que se expandió por la Península Ibérica y el África del Norte.
Durante el siglo XI, la España y el Portugal moro se habían convertido en un centro de manufactura de instrumentos. Estos productos se han ido introduciendo gradualmente en Francia, influenciando a los trovadores, y han ido llegando al resto de Europa. Las palabras laúd, rabel, guitarra y órgano derivan del árabe oud, rabab, qitara y urghun.
La música clásica de al-Ándalus alcanzó el África del Norte gracias a siglos de intercambio comercial, a la dinastía Almohade y, más tarde, a la dinastía Benimeriní. La llegada masiva, y los consecuentes reasentamientos, de moriscos y sefardíes procedentes de Córdoba, Sevilla, Valencia y Granada, debido a la Reconquista, dieron una mayor expansión a la música andalusí.

Musica
La nuba andalusí dio lugar a las bases del al-ala. Aunque sus raíces nos llevan a al-Ándalus, la nuba moderna fue creada, casi con toda seguridad, en el África del Norte. Cada nuba estaba regulada por un modo o escala musical. Se dice que existían 24 nubas, cada una relacionada con una hora del día, pero en Argelia sólo han sobrevivido 16 nubas y 11 en Marruecos, las cuales, todas juntas incluyen 25 modos andalusíes. Cada nuba está dividida en cinco partes llamadas mizan, a cada una de las cuales les corresponde un ritmo. Los ritmos en una nuba se suceden de la siguiente manera:
basît (6/4)
qâ'im wa nusf (8/4)
btâyhî (8/4)
darj (4/4)
quddâm (3/4 o 6/8)
Una nuba puede durar entre seis o siete horas aunque, en la actualidad, no se suele tocar la nuba al completo, sino un único mizan.
Cada mizan comienza con un preludio llamado tûshiya, m'shaliya o bughya, seguido por alrededor de veinte canciones (sana'i).
Las orquestas de música clásica andalusí se reparten entre Maghreb, incluyendo ciudades como Argel, Bejaia, Blida, Constantine, Fez, Kairouan, Mostaganem, Nedroma, Orán, Oujda, Rabat, Tetuán, Tlemcen, Túnez, etc.
Instrumentos
Las orquestas de música clásica andalusí usan instrumentos como el laúd (oud), el rabel (rabab), la darbuka , la pandereta (taarija), la cítara (qanún) y el violín (kamenjah). Aunque, recientemente, se han ido añadiendo otros instrumentos
Influencia de la música andalusí
Se cree que un gran número de los instrumentos musicales usados en la música occidental derivan de instrumentos andalusíes: el laúd deriva del al'oud, el rabel del rebab, la guitarra de la qitara, el adufe de al-duff, la alboka de al-buq, el nafir de al-nafir, la ajabeba de al-shabbaba, las castañuelas de kasatan, la dulzaina de al-zurna, entre otros.,todos instrumentos procedentes del al-Ándalus.
La gaita gallega de la ghaita, el arpa y la cítara del qanun, el violín del ghichak, y la tiorba del tarab.
De acuerdo con una famosa teoría acerca de los orígenes de los trovadores, compositores de poesía lírica medieval, éstos deben ser de origen árabe. Ezra Pound, en su obra Canto VIII, declaró que Guillermo de Aquitania "había traído la canción de España, con sus cantantes y sus velos...", refiriéndose a la canción de un trovador. Durante sus estudios, parece ser que Lévi-Provençal ha encontrado cuatro versos árabo-hispánicos completos o casi, recopiado en un manuscrito de Guillermo de Aquitania. De acuerdo con las fuentes históricas, Guillermo VIII de Aquitania, el padre de Guillermo, había hecho traer a Poitiers centenares de prisioneros musulmanes.La tendencia confirmó que los trovadores habían heredado su sensibilidad e, incluso, su temática, de la poesía andalusí. La hipótesis acerca de que la tradición trovadoresca fue creada por los moros tiene su origen, más o menos, en el pensamiento de Guillermo, quien había luchado durante la Reconquista. Ésta sería apoyada también por Ramón Menéndez Pidal a principios del siglo XX, pero su origen se remonta al Cinquecento y a Giammaria Barbieri (muerto en 1575) y Juan Andrés (muerto en 1822). Meg Bogin, traductor inglés de trobairitz, apoya esta hipótesis. En verdad, "un cuerpo de canciones de incomparable intensidad, profanidad y erotismo (existió) en árabe desde la segunda mitad del siglo IX en adelante".
Otra teoría acerca de los orígenes de las notas de solfeo también sugiere su raíz árabe. Se ha dicho que las sílabas del solfeo (do, re, mi, fa, sol, la, si) habrían derivado de las sílabas del sistema árabe de solmización Durr-i-Mufassal ("Perlas separadas") (dal, ra, mim, fa, sad, lam). El origen de esta teoría fue propuesto por Meninski en su Thesaurus Linguarum Orientalum (1680) y más tarde por Alexandre de Laborde en su Essai sur la Musique Ancienne et Moderne (1780). .







Documentales de Al-Andalus