StatCounter

lunes, 10 de enero de 2011

Mujeres de Al-Andalus


Aixa


Este artículo trata sobre la reina de Granada. Para el artículo sobre la esposa predilecta
Aïsha bin Muhammad ibn al-Ahmar, reina de Granada, llamada Aïsha al-Hurra (La Honesta) y conocida en la tradición española como Aixa; los musulmanes también la llamaban Fátima la Horra (traducido como "honrada"). Vivió en el siglo XV y fue esposa de Muley Hacén y madre de Boabdil el Chico, a quién ayudó, con el apoyo de los Abencerrajes, a acceder al trono de Granada. Favorecedora de las intrigas palaciegas y rival de Isabel de Solís, fue el alma de la resistencia contra los Reyes Católicos y acompañó en 1493 a su hijo a Fez, al exilio, donde murió al poco tiempo.
La leyenda dice que, cuando iban camino de las Alpujarras, entre las actuales poblaciones de Otura y El Padul, Boabdil volvió la vista atrás llorando para contemplar Granada por última vez y Aixa le dijo: "no llores como una mujer lo que no has sabido defender como hombre". Debido a esto el puerto de montaña recibe el nombre del Suspiro del Moro.
También fue el nombre de la mujer más joven de Mahoma y según dicen, su preferida. Existe un libro que relata su historia "La Joya de Medina" de Sherry Jones, en la que se muestra una cara desconocida del profeta en occidente.

Enlaces externos



http://www.elpais.com/articulo/cultura/Llega/Espana/novela/joya/Medina/objetivo/iras/islamistas/elpepucul/20090209elpepucul_4/Tes


Muhya bint al-Tayyani


Muhya bint al-Tayyani (Córdoba; ?) fue una poetisa andalusí del siglo XI.
Apenas se tienen datos de su biografía: hija de un vendedor de higos conoció a la princesa Wallada, quién la acogió en su casa y la educó. Se convirtió en poetisa, profesión que gozaba de gran reconocimiento en la sociedad andalusí.

Poemas

Por algún motivo desconocido, Muhya dedicó a su maestra feroces sátiras:
Wallada ha parido y no tiene marido;
se ha desvelado el secreto;
se parece a María,
pero la palmera que ella sacude es un pene erecto

Aleja de la aguada de sus labios
a cuantos la desean,
igual que la frontera se defiende de cuantos la asedian,
a una la defienden los sables y las lanzas,
y a aquéllos los protege la magia de sus ojos

Bibliografía

  • Viguera, María Jesús (1989). La mujer en Al-Andalus. Sevilla: Ediciones de la Universidad Autónoma de Madrid y Editoriales Andaluzas Unidas.
  • Garulo, Teresa (1998). Dîwân de las poetisas de Al-Andalus. Madrid: Hiperión.
El contenido de este artículo incorpora material de una entrada de Cordobapedia, publicada en castellano bajo la licencia GFDL y Creative Commons Compartir-Igual.

Isabel de Solís



Torre de la cautiva de la Alhambra.
Isabel de Solís, reina de Granada (siendo previamente una esclava cristiana) con el nombre de Zoraya (Estrella del alba). Vivió en la segunda mitad del siglo XV. Era una doncella hija del comendador de Martos, Sancho Jiménez de Solís y durante una de las luchas entre los cristianos y musulmanes de Granada, fue cautivada por los nazaríes y llevada a la Alhambra. La leyenda cuenta que era una mujer muy bella y que el rey de Granada, Muley Hacén (1464-1482, 1483-1485) se enamoró locamente de ella. Tras profesar la religión islámica y tomar el nombre de Zoraya (Lucero del Alba), contrajo matrimonio con el monarca, que la convirtió en su esposa favorita. Pero su otra esposa Aixa peleaba con Isabel de Solís por Muley Hacén. Esta relación provocó el disgusto de los abencerrajes y los celos de la sultana Aixa, madre de Boabdil, quien alentó una serie de intrigas en la corte y las disputas internas que acabaron con la abdicación del monarca en su hermano, el Zagal, y, posteriormente desencadenaron la toma del reino de Granada por los Reyes Católicos en 1492.
No se tienen más noticias biográficas sobre ella, salvo que partió al exilio con su esposo y sus dos hijos Nasr ben Ali y Saad ben Ali. Según parece, tras la muerte de Muley Hacén se convirtió de nuevo al cristianismo, al igual que sus dos hijos, quienes tomaron los nombres de Juan de Granada y Fernando de Granada, respectivamente.
La historia de esta bella cristiana ha inspirado a escritores de distintas épocas en los siglos posteriores, como Martínez de la Rosa, que en 1837 escribió la novela histórica Doña Isabel de Solís, reina de Granada y Laurence Vidal que en 2000 ha publicado Los amantes de Granada, que rememora la vida de Isabel de Solís.
La torre de la Cautiva de la Alhambra lleva este nombre en su recuerdo.

Muhya bint Ibn Abd ar-Razzaq


Muhŷa bint Ibn 'Abd ar-Razzāq al-Garnātiyya, fue una poetisa andalusí, originaria de Cástaras (Granada), que vivió en la Granada musulmana de los siglos XI o XII.
Su producción poética es desconocida, aunque al-Maqqari dice que algunos autores le atribuían versos considerados por otros obra de Hamda bint Ziyād. Sólo se conoce de ella que era casta o que vivía con recato en Granada y que pertenecía a la misma generación de la poetisa satírica Nazhūn bint al-Qalā'iyya.[1]
Este último dato permite deducir, por comparación, que Muhya vivió en el siglo XI, si aceptamos esta data que hacen as-Suyuti y al-Maqqari para Nazhun, o en el siglo XII si atendemos a que todas las anécdotas conocidas de Nazhun están en relación con personajes de mediados de esa centuria.[2] No obstante hay autores que sitúan la existencia de Muhya directamente en el siglo XII.[3]
Ibn al-Abbar, en su obra Takmila aporta estos escasos datos, los mas antiguos y completos existentes sobre Muhŷa, obtenidos a través de un pariente del amir Muhammad ibn Mardanis que vivió algún tiempo en Granada, seguramente en 1162, cuando la ciudad fue ocupada por este rey de la segunda taifa murciana.[4]
Teresa Garulo sugiere que Muhya podría ser descendiente de Abd ar-Rahin bint Abd ar-Razzaq, ministro de Abd’Allah ben Buluggin, último rey de la taifa de Granada.[5]

Referencias

  1. GARULO, Teresa (1986). Dīwān de las poetisas de al-Andalus. Madrid: Hiperión. pp. 22, 29 y 104.
  2. ↑ Ibídem, p. 110.
  3. ÁVILA, María Luisa (1989). «Las mujeres «sabias» de al-Andalus». La mujer en al-Andalus. Reflejos históricos de su actividad y categorías sociales. Madrid: Seminario de Estudios de la Mujer, Universidad Autónoma de Madrid. p. 167.
  4. ↑ GARULO, Teresa: Op. cit., p. 104.
  5. ↑ Ibídem.

Bibliografía

  • GARULO, Teresa (1986). Dīwān de las poetisas de al-Andalus. Madrid: Hiperión.
  • RAMÓN GUERRERO, Amelina (1984). Ibn Al-Haddád (S. XI) y otros poetas árabes de Guadix (S. XII). Granada: Editorial Universidad de Granada.
  • VIGUERA MOLINS, María Jesús (ed.) (1989). La mujer en al-Andalus. Reflejos históricos de su actividad y categorías sociales. Actas de las V jornadas de investigación interdisciplinaria I. Al-Andalus. Madrid: Seminario de Estudios de la Mujer, Universidad Autónoma de Madrid.
  • CORREA RAMÓN, Amelina (2002). Plumas femeninas en la literatura de Granada (siglos VIII-XX): diccionario-antología. Granada: Editorial Universidad de Granada.

Enlaces externos

  • «Recuerdos de Cástaras :: Castareños :: Hace novecientos años». Página con información sobre Muhŷa bint Ibn 'Abd ar-Razzāq al-Garnātiyya.



Al-Rakuniyya


Hafsa bint al-Hajj, más conocida como al-Rakuniyya (Granada, 1135 - Marrakesh, 1191) fue una de las poetisas más célebres de al-Ándalus.
Nace en Granada alrededor del 1135 y muere en Marrakesh en el 1191. Hija de un noble de origen bereber, rico e influyente. Pasa su infancia y su juventud en Granada, en una época de agitación política intensa, que marcará la caída de la dinastía Almorávide y la instauración del califato de los Almohades.
Por su talento y su cultura, así como por su belleza, pronto ocupó un lugar importante en la corte de los almohades de Granada, desarrollando una actividad literaria y educativa intensa y adquiriendo una reputación que llegó a traspasar los límites de Granada, llegando a ser enviada a Rabat en el año 1158, con un grupo de poetas y nobles granadinos ante el califa Abd al-Mumin. Fue éste quien le puso el sobrenombre de al-Rakuniyya (derivado de Rakuna, un tipo de salón literario).
Es en este ambiente de la Corte y de la poesía granadina es donde conoció al poeta granadino Abu Yafar Ibn Saíd, perteneciente a la familia de los Banu Saíd, con el cual estableció una relación afectiva y pública hacia el año 1154. Esta relación dio lugar a un intenso intercambio de poemas amorosos entre los dos amantes, lo cuales se han conservado hasta nuestros días. Así mismo, sus amoríos fueron cantados por los poetas de su entorno.
Su situación se complica en el año 1156, en que llega a Granada Abu Saíd Utman, gobernador almohade, hijo del califa Abd al-Mumin, quien cae perdidamente enamorado de la poetisa. Oficialmente, Hafsa no cedió ante los sentimientos del gobernador, pero dejó morir su amor por Abu Yafar, quizás cansada de las veleidades afectuosas de este último o por las presiones del príncipe o de su familia. Esta situación será el origen de una triángulo amoroso muy conflictivo. Abu Yafar, quien había sido amigo y secretario del príncipe Abu Saíd, tomó a éste como objeto de sus poemas satíricos, y terminó tomando parte en una rebelión política contra el gobernador, dando lugar a su encarcelamiento y, finalmente, a su crucifixión en el año 1163, en Málaga.
Hafsa lloró la prisión y la muerte de su amante, reflejándolo en unos versos punzantes y llegando hasta el extremo de vestir el hábito de viuda por él, a pesar de las amenazas del gobernador. Sumida en su tristeza, se retira de la Corte, abandonando la poesía y consangrándose en exclusiva a la enseñanza.
Así vivió durante gran parte de su vida, hasta que en el año 1184, acepta la invitación del califa Abu Yusuf Yaqub al-Mansur quien la propone dirigir la educación de los príncipes almohades en Marrakesh, donde permaneció hasta el año de su muerte, en 1191.
Hafsa es la poetisa andalusí de la cual conservamos más obras, gracias, sobre todo, al interés de sus biógrafos y de la familia Banu Saíd. En total, han llegado hasta nosotros 17 de sus poemas, de gran calidad litereria. Heredera de la tradición poética árabe, por otra parte, es capaz de expresar, con gran belleza, sus verdaderos sentimientos en un lenguage espontáneo. La mayoría de sus versos amorosos se dirigían a Abu Jafar, a pesar de que existen algunas sátiras y elogios a Abu Saíd. Su inspiración llega a un cúlmen en aquellos versos en los que expresa su pesar y su dolor por el encarcelamiento y la muerte de su amante.
Ejemplo de mujer independiente y culta de la época de mayor esplendor de al-Ándalus, Hafsa ha sido muy respetada, a pesar de su libertad aparente, en su época y por los biógrafos posteriores. Ibn al-Khatib ha dicho de ella: « La granadina ha sido única en su tiempo por su belleza, su elegancia y su cultura literaria.»

Bibliografía

  • Garulo, T.: Diwán de las poetisas de al-Ándalus. Madrid: Hiperión, 1986 ISBN 84-7517-168-0
  • Rubiera Mata, M.ª Jesús: Literatura hispanoárabe (1992) Mapfre ISBN 84-7100-219-1 (en especial el capitulo V. La poesía árabe clásica en al-Andalus III: el dorado crepúsculo (Siglos XII-XIII) La voz femenina)


Sara la Goda


Sara, conocida como la Goda (siglo VIII). Era nieta del rey visigodo Witiza, y pertenecía a una importante familia andalusí.
Sara era hija de Alamundo, uno de los tres hijos del rey Witiza. Su figura, tras la conquista de Hispania (al-Ándalus) por el poder musulmán, ha sido tomada como uno de los ejemplos más importantes de la islamización de la antigua nobleza visigoda.
La historia de Sara y de su familia, establecida en Sevilla, fue recogida por su propio tataranieto, Ibn al-Qutiyya, un importante cronista andalusí.
Según cuenta Ibn al-Qutiyya, de acuerdo con los pactos que se dieron en al-Andalus en ese momento, la familia de Alamundo había conseguido tierras en la parte más occidental del valle del Guadalquivir. A la muerte de Alamundo, su hermano, Artobas, establecido en la zona de Córdoba, arrebató a sus sobrinos, aún niños, la herencia paterna. Ante esta la situación, Sara y sus hermanos acudieron a Damasco para plantear su caso al califa Hisham. Allí, éste medió para que se cumpliera el pacto establecido y dio a Sara como marido a 'Isa ibn Muzahim, quien fue con ellos a al-Andalus. En Damasco, Sara conoció a un miembro de la familia omeya, 'Abd al-Rahman ibn Mu'awiya. A lo largo de los años éste acabaría en al-Andalus, convirtiéndose en el primer emir independiente; aquel hecho sería recordado en favor de Sara, pues pudo tener acceso a palacio.
Del matrimonio entre Sara e 'Isa ibn Muzahim nacerían dos hijos. De uno de ellos descendería el cronista Ibn al-Qutiyya. Tras enviudar, Sara, ahora por mediación del ya emir 'Abd al-Rahman ibn Mu'awiya, casó con 'Umayr ibn Sa'id al-Lajmi, miembro del ejército (jund) sirio. De esta nueva unión nació Habib ibn 'Umayr, de quien descenderían las importantes familias sevillanas de los Banu Hayyay y los Banu Maslama, entre otras.



Subh



El llamado Bote de Zamora es un presente que tuvo Subh (Aurora), según indica la inscripción, por el nacimiento del hijo mayor del Califa Alhakén.
Subh umm Walad (Subh es aurora, amanecer u oración de antes de la salida del sol; umm Walad es la madre de los hijos del señor) fue esclava, luego favorita del segundo Califa cordobés Alhakén II y madre del tercer Califa Hixem II. Nació probablemente en la década de 940 y murió hacia 999.[1] En el reino más poderoso de la época fue la mujer más influyente en los últimos años del siglo X. De origen vasconavarro, fue traída al Califato en su infancia y elevada a favorita por el Califa haciéndola la sayida del alcázar o señora y dotándola de un gran patrimonio.
A la muerte de Abderramán III, heredó su hijo Alhakén II que no tenía descendencia y posteriormente Aurora le dio dos hijos varones: Abd al-Rahman (nacido en 961 y fallecido en 970) e Hixem (nacido en 965) que reinará como tercer califa bajo el nombre de Hixem II entre 976-1009 y 1010-1013.
Como integrante del harén, Aurora tenía su vida muy restringida como era habitual en el Califato de Córdoba, pero por tolerancia del Califa como recompensa por haberle dado dos hijos, le permitía deambular fuera de Medina Azahara en ocasiones vestida de varón, usando el nombre masculino que le dio Alhakén II de Chafar, y la colma de regalos y atenciones.[2]
Aurora maniobró a la muerte de Alhakén II en 976 para que su hijo Hixem II de 11 años reinase en el califato, pues el hijo mayor había fallecido. La sayida se alió con el visir Yafar al-Mushafi y con Almanzor, que ejercía como administrador del patrimonio del heredero y, según las fuentes locales, era posiblemente amante de Aurora. Con una gran profusión de dádivas atrajo hacia el partido de Hixem II a los miembros más importantes de la familia y aristocracia califal. El asesinato del rival de Hixem II, que era Al Muguira, hermano del fallecido Alhakén II, allanó el camino de aquél hacia el trono.
Aurora protegió la vida y el reinado de su hijo controlando internamente las rencillas que ocurrían en Córdoba para destronarle. Para ello se valió de su protegido y aliado Almanzor, al que contribuyó a aupar al mando superior del califato. Consolidada la persona de Almanzor por las victorias militares, éste dejó al joven Califa como un monarca de poder no efectivo, sólo nominal, dedicado a la oración y el retiro. Aurora montó otra alianza hacia 997 para desplazar a Almanzor y recuperar el poder para su hijo, pero falló su estratagema y Almanzor salió reforzado.

Referencias

  1. ↑ Cronología de Subh en una recopilación de biografías andaluzas: [1]
  2. ↑ El bote de Zamora es una labrada cajita de marfil con que un alto funcionario obsequió a la madre del hijo de Califa con ocasión de su primer hijo; se conservó en la Catedral de Zamora, hoy en el Museo Arqueológico Nacional, de Madrid, véase fotografía, inscripción y características: [2]

Bibliografía

Laura Bariani. Almanzor. Editorial Nerea. 2003. ISBN 84-89569-85-1
Reinhart Dozy (1820 1883) Historia de los Musulmanes de España, dos tomos. Ediciones Turner, 2004.



Wallada


Wallada bint al-Mustakfi, en árabe ولادة بنت المستكفي (Córdoba, 994 - íd. 26 de marzo de 1091), poetisa andalusí, hija de Muhammad al-Mustakfi, uno de los efímeros califas de Córdoba y de la esclava cristiana Amin´am.


Biografía

Hija de Muhammad III al-Mustakfí, de sangre omeya y uno de los últimos califas cordobeses, que llegó al poder el 11 de enero de 1024 asesinando al anterior califa Abderramán V y fue a su vez asesinado a los dos años en Uclés. Su infancia coincidió con el esplendor de la carrera política de Almanzor. Su adolescencia transcurre en las guerras civiles que marcan la agonía del Califato, en medio de todo tipo de intrigas palaciegas desencadenadas tras la muerte del hijo de Almanzor, al-Muzzaar.
Como el califa no tuvo descendencia masculina, heredó los bienes de su padre y abrió un palacio donde se dedicó a educar a chicas de buena familia y al que acudían también los poetas y literatos de su tiempo. Era una belleza para los cánones de la época: rubia, de piel clara y con los ojos azules, además de inteligente, culta y orgullosa. Bordaba sus versos en sus trajes y tuvo el atrevimiento de participar en las competiciones masculinas de completar poemas inacabados mostrando libremente su rostro, conducta que la hizo ser llamada "perversa" y ser criticada muy duramente por los integristas, aunque también tuvo numerosos defensores de su honestidad, como el escritor Ibn Hazm, autor de El collar de la paloma, y el visir Ibn Abdus, su eterno enamorado que, al parecer, permaneció a su lado y la protegió hasta su muerte, cuando ya era octogenaria.
La gran pasión de su vida fue el poeta Abenzaidún o Ibn Zaydún, con el que mantuvo una relación secreta, dada la vinculación del poeta con los Banu Yahwar, linaje rival de los Omeyas al que ella pertenecía y que le hacía andarse con cuidado por Córdoba. Sobre esta relación giran ocho de los nueve poemas que de ella se conservan. La relación se rompió por la relación de Ibn Zaydún con una esclava negra de Wallada, lo que puede ser cierto, pero también responde a un tópico de la poesía de la época.
Entre estos poemas, que tuvieron la misión de ser cartas entre los amantes, dos expresan los celos, la añoranza y los deseos de encontrarse; otro, la decepción, el dolor y el reproche; cinco son duras sátiras contra su amante, al que reprocha entre otras cosas tener amantes masculinos, y el último alude a su libertad e independencia.
Entre sus alumnas destacó Muhya bint al-Tayyani, una joven de condición muy humilde (hija de un vendedor de higos) a la que acogió en su casa y que terminó denigrándola en crueles sátiras.
Wallada murió el 26 de marzo de 1091 el mismo día que los almorávides entraron en Córdoba.

Biografías y curiosidades

En el 2000 se publica su primera biografía Wallada, la última luna, de Matilde Cabello. La biografía de Mujeres Andaluzas que se expone aquí, también está firmada por Matilde Cabello.
En el Festival de la Guitarra de Córdoba el 15 de Julio de 2.004 se estrena "Wallada(El sueño de un poeta cordobés)", Musical de Rock Sinfónico Andaluz.
En febrero de 2008 el grupo musical Saurom lanza una canción dedicada a la historia de Wallada, titulada "Wallada la Omeya", incluida en su álbum "Once Romances desde Al-Andalus". La banda también dedica un vídeo musical a esta canción.

Bibliografía

  • DOZY, R. P. Historia de los musulmanes en España . Madrid, Turner, 1988.
  • GARULO, T. Diwan de las poetisas andaluzas de Al-Andalus. Madrid, Ediciones Hiperión, 1985.
  • LÓPEZ DE LA PLAZA, G. Al-Andalus: Mujeres, sociedad y religió. Málaga, Universidad de Málaga, 1992.
  • SOBH, M. Poetisas arábigo-andaluzas. Granada, Diputación Provincial, 1994.

Enlaces externos

  • Biografías de Wallada



Zaida



Miniatura medieval que representa a Alfonso VI el Bravo, rey de Castilla y León.
Zaida (1063 - 1101) fue una princesa musulmana de al-Ándalus, nuera de al-Mu'tamid y concubina de Alfonso VI con quien tuvo a Sancho Alfónsez muerto en la Batalla de Uclés (1108).
La biografía de la princesa Zaida no sólo está llena de amplias lagunas -como por ejemplo fecha y lugar de nacimiento, padres y fecha concreta de fallecimiento- sino que además antiguos historiadores manipularon de forma interesada pasajes importantes de su vida, rebatidos posteriormente por otros estudiosos, basándose en diversas pruebas escritas inexploradas hasta entonces.


Primeros datos

Su nacimiento debió de producirse hacia 1063 en Al-Ándalus.
Las primeras informaciones sobre la vida de Zaida nos la proporciona la crónica árabe Al-Bayan al-mugrip de Ibn Idari, traducida por E. Levi-Provençal, para decirnos que se casó con Abu Nasr Al'Fath al-Ma'mun, rey de la taifa Córdoba, hijo del rey sevillano Muhammad ibn 'Abbad al-Mu'tamid (1040-1095). Por lo tanto fue nuera y no hija del rey 'Abbad al-Mu'tamid.
El Cronicón de Cardeña dice, que era sobrina de d´Auenalfage, personaje al que Menéndez Pidal, en La España del Cid, identifica con Alhayib, rey de Lérida y Denia (1081-1090).

La toma de Toledo y la venida de los almorávides

Alfonso VI (1040-1109) toma en 1085 Toledo, alarmando a los andalusíes que ven peligrar su futuro, forzándoles a tomar la decisión, no sin grandes reparos, de llamar en auxilio a unos curtidos guerreros, nómadas bereberes -sobre todo lamtunas- del otro lado del estrecho llamados almorávides.
El rey sevillano al-Mutamid le pide ayuda en estos términos:
Él [Alfonso VI] ha venido pidiéndonos púlpitos, minaretes, mihrabs y mezquitas para levantar en ellas cruces y que sean regidos por sus monjes [...] Dios os ha concedido un reino en premio a vuestra Guerra Santa y a la defensa de Sus derechos, por vuestra labor [...] y ahora contáis con muchos soldados de Dios que, luchando, ganarán en vida el paraíso. (Citado por al-Tud, Banu Abbad, de Ibn al-Jakib, al-Hulal, pg. 29-30).
Yusuf cruza cinco veces el estrecho. La primera vez derrota a Alfonso VI en Sagrajas (1086), la segunda vez tuvo lugar el cerco del castillo de Aledo (1088), en la tercera venida (1090) traía la firme decisión de destituir a todos los reyes de taifas y proclamarse emir de todo el Al-Ándalus. Caen Málaga, Granada y viendo el giro que habían tomado los acontecimientos, el rey al-Mu'tamid le pide a su hijo al-Ma'mun, que dejó al cargo de Córdoba, que mantuviese a todo trance la posición de la ciudad, pues sería impensable que tras la caída de esta fortaleza se pudiera mantener la de Sevilla. Los almorávides se acercan a Córdoba y al-Ma'mun, previendo un fatal desenlace, pone a salvo a su esposa, Zaida, y a sus hijos enviándolos con setenta caballeros, familiares incluidos, al castillo de Almodóvar del Río que anteriormente había fortificado y abastecido.
La dispersión de los barrios cordobeses y la connivencia de sus moradores influyeron decisivamente para que el 26 de marzo de 1091 cayera la capital según lo cuenta Abbad, T.I, pp 54-55, en su obra Cartás y Abd-al-Wahid: "Fath al-Ma'mun intentó abrirse camino con su espada a través de los enemigos y de los traidores pero sucumbió al número. Se le cortó la cabeza, que la pusieron en la punta de una pica y pasearon en triunfo".
En verano de 1091 Alfonso VI de León, que recibía las parias de la taifa de Sevilla, intentó cumplir con sus obligaciones de protector enviando, al mando de Álvar Fáñez, un ejército de socorro a Almodóvar del Río. Tras una dura batalla a campo abierto contra los almorávides en la que ambas partes sufrieron numerosas bajas, el magnate de Alfonso VI fue derrotado, pero Zaida fue acogida en la hueste cristiana y llegó a la corte de Toledo de Alfonso VI, con quien casó tras convertirse esta al cristianismo y adoptar el nombre de Isabel.[1]

Nacimiento de Sancho

Mucho se ha debatido sobre el nacimiento de Sancho, pues las crónicas son contradictorias, lo más probable es que naciera en el segundo semestre de 1093 o en el primero de 1094.
El rey castellano era de edad madura y tras cinco matrimonios y dos concubinatos no tuvo ningún hijo varón que le sucediera. Desde el mismo momento que nació Sancho Alfónsez, el rey lo reconoció como su directo descendiente llamado a gobernar León, Castilla, Galicia con Portugal y el resto de condados. En El quirógrafo de la moneda se da la noticia de que su padre lo había nombrado en 1107 gobernador de Toledo.
No queda claro en las fuentes si Zaida llegó a casarse o no. En la crónica De rebus Hispaniae, del arzobispo de Toledo Rodrigo Jiménez de Rada, se cuenta entre las esposas de Alfonso VI. Pero la Crónica najerense y el Chronicon mundi indican que Zaida fue concubina y no esposa de Alfonso VI. [2]
Otras fuentes dicen que Zaida se acomodó en la corte leonesa, renunció al islam, y se bautizó en Burgos con el nombre de Isabel. No solo conservó todas sus costumbres sino que las difundió e introdujo nuevos y frescos aires culturales de la sociedad musulmana. El arabista González Palencia escribe en su Historia de la España Musulmana que la corte de Alfonso VI, casado con Zaida (sic), parecía una corte musulmana: «sabios y literatos muslimes andaban al lado del rey, la moneda se acuñaba en tipos semejantes a los árabes, los cristianos vestían a usanza mora y hasta los clérigos mozárabes de Toledo hablaban familiarmente el árabe y conocían muy poco el latín, a juzgar por las anotaciones marginales de muchos de sus breviarios».


Fruto de su relación con Alfonso VI el Bravo, rey de Castilla y León, nacieron tres hijos:
  • Sancho Alfónsez (1093–1108), su único hijo varón y heredero del trono, falleció en la batalla de Uclés.
  • Elvira (1100–1135), contrajo matrimonio en 1117 con Rogelio II de Sicilia, rey de Sicilia.
  • Sancha (1101–c. 1125), primera esposa de Rodrigo González de Lara, conde de Liébana con quien tuvo a Elvira Rodríguez de Lara, mujer del conde Ermengol VI de Urgel.[3]

Sepultura de Zaida

El rey Alfonso VI quiso que los restos mortales de Zaida descansaran en el mismo lugar que había destinado para él mismo, sus reinas e hijos, y por ello, ciertas fuentes señalan que fue sepultada en el Monasterio de San Benito de Sahagún, exactamente en el coro bajo, antes de llegar al atril. Quadrado, en sus Recuerdos y bellezas de España, dice que en "Sahagún descansa en túmulo alto el rey y debajo de una sencilla lápida Isabel y el joven Sancho, su hijo". En la lápida que cubría los restos de Zaida aparecía esculpida la siguiente inscripción:
UNA LUCE PRIUS SEPTEMBRIS QUUM FORET IDUS SANCIA TRANSIVIT FERIA II HORA TERTIA ZAYDA REGINA DOLENS PEPERIT[4]
No obstante, en el Panteón de Reyes de San Isidoro de León se conserva una lápida, cuyo epitafio, redactado en términos latinos, dice así:
H. R. REGINA DOMNA ELISABETH, UXOR REGIS ALFONSI, FILIA BENAUET REGIS SIVILIAE, QUAE PRIUS ZAIDA FUIT VOCATA.
El sepulcro que contenía los restos de Alfonso VI fue destruido en 1810, durante el incendio que sufrió el Monasterio de San Benito. Los restos mortales del rey y los de varias de sus esposas, entre ellos los de Zaida, fueron recogidos y conservados en la cámara abacial hasta el año 1821, en que fueron expulsados los religiosos del monasterio, siendo entonces depositados por el abad Ramón Alegrías en una caja, que fue colocada en el muro meridional de la capilla del Crucifijo, hasta que, en enero de 1835, los restos fueron recogidos de nuevo e introducidos en otra caja, siendo llevados al archivo, donde se hallaban en esos momentos los despojos de las esposas del soberano. El propósito era colocar todos los restos reales en un nuevo santuario que se estaba construyendo entonces.[4] No obstante, cuando el monasterio de San Benito fue desamortizado en 1835, los religiosos entregaron las dos cajas con los restos reales a un pariente de un religioso, que las ocultó, hasta que en el año 1902 fueron halladas por el catedrático del Instituto de Zamora Rodrigo Fernández Núñez.[4]
En la actualidad, los restos mortales de Alfonso VI el Bravo reposan en el Monasterio de Benedictinas de Sahagún, a los pies del templo, en un arca de piedra lisa y con cubierta de mármol moderna, y en un sepulcro cercano, igualmente liso, yacen los restos de varias de las esposas del rey, entre ellos los que se atribuyen a Zaida.[5]
Los restos que se conservan de la reina Zaida (la bóveda craneal, la clavícula derecha, el húmero izquierdo y la mitad del distal del radio de ese mismo lado) dictaminan que tenía una estatura de 152,6 cm. Los especialistas que estudiaron sus restos llegaron a la conclusión de que en el momento de su muerte debía tener unos 30 años de lo que se deduce que debió nacer hacia 1063.

Homenajes

Cuenca ha querido reconocer a la que de una u otra forma ha influido en su historia y así, en el pleno del Ayuntamiento del 16 de febrero de 1959, siendo alcalde Bernardino Moreno Cañadas, se adoptó el acuerdo de otorgar una calle en el Polígono de Los Moralejos, en el Cerro Pinillos, de San Agustín, a la Princesa Zaida.
En Madrid, Zaida también dispone de su calle, desde el 14 de julio de 1950, siendo alcalde el Conde Santamarta de Babio. Discurre desde la de Carlos Daban a la de la Oca en el distrito de Carabanchel.
También hay una calle nombrada por Zaida en Arboleas (Almería), en el barrio de La Perla.

Notas

  1. ↑ Gonzalo Martínez Diez, El Cid histórico, Barcelona, Planeta, 1999, págs. 236-237. ISBN 84-08-03161-9.
  2. ↑ María del Carmen Pallares Méndez y Ermelindo Portela, La Reina Urraca, San Sebastián, Nerea, 2006 (Serie media, 21), págs. 19 y ss. ISBN 9788496431188
  3. ↑ Junto con su marido, el conde Rodrigo, hacen una donación a Santa María de Piasca de su monasterio de San Mamés en abril de 1122, titulándose ella prolis filia regis Adephonsus. El 10 de mayo de 1125, figura el conde Rodrigo con sus hijas qua abuit de mea mulier infante domna Sanchia, filia regi imperatori Adefonsi no confirmando Sancha el documento. El conde Rodrigo ya figura casado con su segunda esposa, Estefanía Ermengol en julio de 1135.
  4. a b c Del Arco y Garay, Ricardo (1954). Sepulcros de la Casa Real de Castilla. Madrid: Instituto Jerónimo Zurita. Consejo Superior de Investigaciones Científicas. pp. 192-196.
  5. ↑ Elorza (1990), p.55

Bibliografía

  • MARTÍNEZ DIEZ (2003). Alfonso VI: señor del Cid, conquistador de Toledo. (Historia). Madrid: Temas de Hoy. ISBN 978-84-8460-251-4.
  • Del Arco y Garay, Ricardo. Instituto Jerónimo Zurita. Consejo Superior de Investigaciones Científicas.. ed. Sepulcros de la Casa Real de Castilla. Madrid.
  • Elorza, Juan C.; Lourdes Vaquero, Belén Castillo, Marta Negro (1990). Junta de Castilla y León. Consejería de Cultura y Bienestar Social. ed. El Panteón Real de las Huelgas de Burgos. Los enterramientos de los reyes de León y de Castilla (2ª edición). Editorial Evergráficas S.A.. ISBN 84-241-9999-5.
  • LARA, María; POVES, Marino; SAIZ, Agrimiro; SALAS, Miguel. La batalla de Uclés (1108) contra los almorávides. Ayuntamiento de Uclés, 2008. Ver el capítulo de Agrimiro Saiz Ordoño: Zaída, madre del infante Sancho, ¿esposa o concubina?
  • ALFONSO X EL SABIO. Crónica General de España.
  • ANÓNIMO Crónica najerense.
  • DE TUY, Lucas. Chronicon mundi.
  • JIMÉNEZ DE RADA, Rodrigo. De rebus Hispaniae.
  • LEVI-PROVENÇAL, Evariste. "La mora Zaida, femme d´Alphonse VI de Castille, et leur fils l´Infant don Sanche, 1934.
  • MONTANER FRUTOS, Alberto. "La mora Zaida, entre la historia y la leyenda", 2005.
  • SÁIZ ORDOÑO, Agrimiro. Zaida, ¿esposa o concubina. Cuenca, 2010. ISBN 978-84-95414-79-3.
  • SALAZAR Y ACHA, Jaime. "De nuevo sobre la mora Zaida" en Hidalguía la revista de Genealogía, nobleza y armas. Madrid, 2007.

Enlace externo

  • IX Centenario de Alfonso VI (1109–2009)
  • Autenticidad de los restos mortales de Alfonso VI y de sus cuatro mujeres. Centro Virtual Cervantes
  • Noticias sobre los restos mortales del monarca Don Alfonso VI. Centro Virtual Cervantes

Véase también

  • Monasterio de San Benito de Sahagún

3 comentarios:

  1. Un estupendo sitio para leer sobre cultura islámica

    ResponderEliminar
  2. muchas gracias, siempre intento que otra gente aprenda cosas nuevas del islam y de su historia y cultura

    ResponderEliminar
  3. Interesantísima recopilación de la historia de unas singulares mujeres hijas del islam.

    ResponderEliminar