La mezquita fue la primera institución que estableció el Profeta Muhammad, sallallahu a’laihi wa sallam, tras su Hégira (emigración de Meca a Medina), un mensaje claro para todos los musulmanes, en todas la épocas, sobre el papel fundamental y central que tiene la mezquita en sus vidas; y que no es un lugar de oración nada más, sino que también es el sitio desde el que se manejan todos los asuntos que tienen que ver con las personas y se da solución a los problemas por los que atraviesan en su cotidianidad. En cuanto a la juventud, su rol es aún mayor, porque los educa, desarrolla su identidad social, les proporciona la posibilidad de encontrar buenos amigos y compañías, ocupa su tiempo libre, aprovecha su energía, capacidades y aptitudes, sin mencionar un sinnúmero de aspectos que, lastimosamente, en la actualidad son ajenos a nuestras mezquitas; porque, de ser el centro alrededor del cual gira nuestra vida, se han convertido solamente en lugares donde se practica la oración y nada más.
Respecto al rol social que juega la mezquita en la juventud, la doctora Nai’mah Ibrahim, experta en sociología, realizó un estudio en el que aclara que la mezquita es una de las instituciones educativas fundamentales que influencia directamente la vida y el comportamiento del individuo musulmán, principalmente por ser el centro donde se adquiere el conocimiento y entendimiento del Islam, y se fundamentan las escalas de valores de la religión. Es un lugar donde quien conoce del Islam tiene la posibilidad de acercase a los demás en un ambiente de amabilidad y hermandad. En la mezquita los musulmanes sienten lo que es la igualdad en realidad, porque todos somos iguales cuando estamos frente a Al-lah, además de experimentar el significado y valor del grupo, su fuerza y unidad.
Los psicólogos y sociólogos confirman que la adolescencia y la juventud son las etapas de la vida en las que la religión es muy importante, porque representa para los jóvenes y adolecentes el único medio real en el que encuentran seguridad, se libran de las presiones psicológicas y los problemas que le alteran. La mezquita, desde el tiempo del Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, es un lugar que se centra especialmente en la vida de los jóvenes. En este ambiente espiritual se educó uno de los más grandes de los Sahabah, Usamah Ibn Zaid, que Al-lah Esté complacido con él, un joven que dirigió el ejército en el que se encontraban bajo su mando Sahabah de la talla de Abu Baker y ‘Umar, que Al-lah Esté complacido con ellos, y su edad era de 18 años. En la mezquita, los jóvenes de entre los Sahabah, que Al-lah Esté complacido con todos ellos, pasaban la noche orando, leyendo y aprendiendo el Corán, y durante el día eran caballeros al servicio de su religión. En el pasado la mezquita era un lugar donde se discutía los problemas relacionados con los jóvenes, en especial el cómo aprovechar el tiempo libre invirtiéndolo en todo asunto aprobado por la Sharia’h; por ello, el Profeta Muhammad, sallallahu ‘alaihi wa sallam, nunca recrimino a aquellos que jugaban en la mezquita.
La doctora Nai’mah, en su estudio, resalta que el rol de la mezquita en la vida de los musulmanes se ha limitado en la actualidad a la forma de adoración y nada más, y que hay algunas causas que la han colocado en este lugar, dentro de las que se puede mencionar:
· La poca preparación intelectual que tienen los Du’at (personas que hacen Da’wah), la falta de importancia que se le da a su labor, por lo que no se tiene en cuenta sus puntos de vista y se les relega a un lugar en la sociedad en la que no tienen una influencia como la que tenían en el paso.
· Algunas mezquitas no cuentan con la capacidad económica necesaria para desarrollar sus labores y programas, pues dependen directamente de donaciones que, en ocasiones, solo alcanzan para suplir sus necesidades básicas de mantenimiento.
· Mucha gente no entiende que la mezquita tiene una importancia fundamental en la vida social, política y cultural, y solo ven este lugar como un sitio donde se realizan cultos religiosos y nada más.
· Las personas que dirigen las mezquitas, por lo general, no tienen la preparación suficiente para planificar y ofrecer programas variados que materialicen la labor que debe desarrollar la mezquita.
· La guerra cultural que pretende borrar de raíz la identidad islámica, irrespeta la Sharia’h y pretende mostrar el Islam como una religión intolerante y represiva, esparciendo ideas erróneas y distorsionadas sobre sus principios y esencia.
En la presentación del estudio que realizó la doctora Nai’mah en una conferencia dictada en uno de los encuentros de la Organización Mundial de Jóvenes Musulmanes, destacó que pese a las dificultades por las que está pasando la mezquita en el cumplimiento de su misión en la actualidad, se está dando un interesante cambio en la proyección de esta institución ante la sociedad, incorporando a esta institución otras de tipo social, cultural y educativo (como hospitales, colegios y centros sociales) en el mismo complejo en el que está edificada la mezquita; lo que permite que la gente, además de orar y cumplir con sus deberes religiosos, tenga la posibilidad de desarrollar otras actividades en su beneficio y en el mismo lugar. Esto no significa que ya todo está hecho, se debe trabajar intensamente y hacer las reformas necesarias para que pueda cumplir con su misión acorde a las necesidades de la sociedad moderna. Para que esto pueda ser posible, se debe restituir su función educadora, restaurando la unidad que siempre ha tenido la religión con la ciencia, el entendimiento, la lógica y la razón, devolviendo la función mediadora en la solución de los problemas de la sociedad, su reincorporación en los asuntos políticos y culturales, e interesándose por hacer que los jóvenes vean en la mezquita el lugar donde siempre quieren estar. Las acciones que se deben tomar para darle la posición que le corresponde en la educación de los jóvenes, pueden ser la apertura de salones de clases donde se dé refuerzo a los estudiantes en las materias esenciales del colegio, se asista a los analfabetos y a los estudiante universitarios, teniendo en cuenta la importancia de incorporar la tecnología. También, la Jutbah (sermón) del viernes debe estar dirigida a tratar temas en los que se toquen los puntos anteriormente mencionados y sean constructivos. Se recomienda, así mismo, la disposición de salas de juego dentro de la mezquita, para que los jóvenes puedan pasar más tiempo en sus alrededores; de esta forma se le estaría devolviendo el lugar que le corresponde dentro de la sociedad.
La mezquita cumple con la función de alejar y proteger a los jóvenes de las malas costumbres y del extremismo, esto cuando en ella se hacen actividades como encuentros abiertos en los que se aclaran los errores de las ideas que tienen sobre diversos temas. Sus puertas deben estar abiertas tanto a los jóvenes como a los demás en tiempos que no sean solamente los de la oración, y se debe contar con personas preparadas que tengan la capacidad de influenciar positivamente a los demás, que planeen y colaboren en actividades diversas preparadas principalmente para los jóvenes en el tiempo libre que tengan, especialmente en sus vacaciones. Al final de cada oración se debe fortalecer la hermandad, colaboración e igualdad entre todos, como medio de establecer un correcto comportamiento basado en los valores islámicos.
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