Jamás deben emplearse textos referentes a situaciones aisladas para tratar casos en la normalidad. Por ello al estudiar un versículo (Aya), deben observarse escrupulosamente los siguientes puntos:
La posición del versículo lingüísticamente: significado de los vocablos (no sólo literalmente). Debe tenerse en cuenta además el significado que en su época se daban a determinadas palabras o expresiones, distinto al empleado en la actualidad, como sucede en todas las lenguas.
-Cuándo fue revelada: en qué contexto se halla, dentro de qué situación.
-Dónde fue revelada.
-Y por qué razones fue revelada.
Todo esto puede decir muchísimo sobre el Versículo y resolver muchas dudas, confusiones y malentendidos
El concepto de la “Yihad” en el Islam
A causa de los actos de determinados elementos extremistas, el mundo occidental tiene un concepto equivocado de la “Yihad” (o Guerra Santa). La palabra “Yihad” evoca la imagen de una banda de fanáticos religiosos, con largas barbas y mirada fiera, con las espadas desenvainadas y dispuestos a atacar a los infieles. Un imagen que Hollywood y los medios de comunicación han estado difundiendo durante muchos años y que nada tiene que ver con el Islam.
“Yihad” en la terminología islámica significa realizar un esfuerzo, comprometerse y perseverar por una causa noble.
La “Yihad” se divide en dos categorías. La primera y mas importante es la denominada “Yihad-el-Akbar”= "Yihad Mayor". Es ésta la “Yihad” contra el propio ego, el esfuerzo frente a las malas inclinaciones y tentaciones: es la lucha por la purificación del alma. Esta es la “Yihad” más difícil y, por tanto, en términos de recompensa y bendiciones espirituales se corresponde con la categoría más elevada de “Yihad”.
La segunda se denomina “Yihad-e- Asgar” = "Yihad Menor ". Esta es la “Yihad” de la espada. Se trata de una “Yihad” comunitaria y presupone determinadas condiciones específicas. El Corán habla única y exclusivamente de la lucha justa contra aquellos que tomaron antes la iniciativa de atacar a los musulmanes, sólo en defensa propia. Esta es la condición establecida en los otros versículos del Santo Corán que tratan de este tema. El así llamadoversículo de la espada en la escritura islámica, es frecuentemente citado fuera de contexto pretendiendo afirmar que inculca una masacre indiscriminada de los no creyentes. Las palabras coránicas "matadlos dondequiera que los encontréis" se aplican únicamente a los casos en los que el enemigo fue el primero en atacar a los musulmanes y se refiere a aquellos no creyentes y adversarios que rompieron sus firmes pactos y juramentos previamente establecidos con los musulmanes. No son aplicables en ningún caso a las guerras y batallas no provocadas. La interpretación de estos versículos de cualquier otra manera supone hacer una parodia de los elevados ideales del Islam. No existe un sólo ejemplo en la vida del Profeta del Islam en el que ofreciera a nadie la alternativa entre el Islam o la espada.
Los medios de comunicación occidentales y los productores de Hollywood ignoran por completo la distinción entre estos dos aspectos de la “Yihad”. Debe recordarse que el Santo Corán NO hace de la “Yihad”o la “guerra santa” un artículo de fe. Las tradiciones y declaraciones del Santo Profeta la convierten en una fórmula para el esfuerzo personal activo que de manera incorrecta tiende hacia una expresión militante. El terrorismo actual es totalmente contrario al espíritu auténtico de la “Yihad” islámica.
Por lo tanto, la presentación del Islam como una religión bárbara y cruel que se da a si misma el derecho a causar destrucción material y sufrimiento humano injustificado con el pretexto de la autoridad divina, no tiene nada que ver con la esencia del Islam que encontramos fundamentada en el Sagrado Corán y en los preceptos originales del Profeta Mohammad (s.a.s).
Todo propósito y actividad que atenta contra la paz es severamente condenado por el Islam. Hay mandamientos específicos a este respecto en el Sagrado Corán:
7:55 "No sembréis la corrupción en la tierra después de haber sido puesta en orden"
11:85 "Completad [siempre] la medida y el peso, con equidad, y no despojéis a la gente de lo que es justamente suyo, ni obréis mal en la tierra sembrando la corrupción"
29:36 "¡Adorad [sólo] a Dios, y vivid pendientes del Último Día, y no obréis con maldad en la tierra sembrando la corrupción!"
Las actitudes perversas y perjudiciales hacia los demás son condenadas en muchos otros versículos y se ordena repetidamente a los musulmanes a trabajar por la paz con plena dedicación.
El siguiente versículo del Corán, es muy divulgador y puede resumir la razón por la que Dios Altísimo nos concede el derecho para luchar:
22:(39) LES ESTÁ PERMITIDO [combatir] a aquellos que son víctimas de una agresión injusta- -y, ciertamente, Dios tiene en verdad poder para auxiliarles-- : aquellos que han sido expulsados de sus hogares, contra todo derecho, sólo por haber dicho: "¡Nuestro Sustentador es Dios!" Pues, si Dios no hubiera permitido que la gente se defendiera a sí misma unos contra otros, todos los monasterios, iglesias, sinagogas y mezquitas --en todos los cuales se menciona el nombre de Dios en abundancia-- habrían sido ya destruidos.
Hemos realizado la recapitulación de la totalidad de los versículos del Corán que hablan de la Guerra, con la explicación correspondiente y el contexto en qué fueron reveladas.
Caso 1:
-- 2:(190) Y COMBATID por la causa de Dios a aquellos que os combatan, pero no cometáis agresiónpues, ciertamente, Dios no ama a los agresores.167 (191) Matadles dondequiera que los encontréis yexpulsadles de donde os hayan expulsado --pues la opresión es aún peor que matar.168 Y no luchéis con ellos junto a la Casa Inviolable de Adoración si ellos no os combaten antes allí;169 pero si os combaten, matadles: esta es la recompensa de los que niegan la verdad. (192) Pero si cesan --ciertamente, Dios es indulgente, dispensador de gracia. (193) Por tanto, combatidles hasta que cese la opresión y la adoración esté consagrada por entero a Dios;170 pero si cesan, deben acabar todas las hostilidades, salvo contra aquellos que [deliberadamente] hacen el mal.
(194) Combatid en los meses sagrados si sois atacados:171 porque la violación de lo sagrado está [sujeta a la ley de] la justa retribución. Si alguien comete una agresión contra vosotros, atacadle como os ha atacado --y manteneos conscientes de Dios, y sabed que Dios está con los que son conscientes de Él.172
(195) Y gastad [de buen grado] en la causa de Dios, y que vuestras manos no os arrojen a ladestrucción;173 y perseverad en hacer el bien: ciertamente, Dios ama a quienes hacen el bien.
Explicación:
Este versículo y los siguientes establecen de forma inequívoca que sólo la autodefensa (en su sentido más amplio) hace permisible la guerra para los musulmanes. La mayoría de los comentaristas están de acuerdo en que la expresión la taatadu significa, en este contexto, "no cometáis agresión"; mientras que al-muatadin designa a "quienes cometen agresión". Así mismo, el carácter defensivo del combate "por la
causa de Dios" --es decir, por la causa de los principios éticos ordenados por Dios-- resulta evidente por la alusión a "aquellos que os combatan", y es clarificado aún más en 22:39 --"les está permitido [luchar] a aquellos que son combatidos injustamente"-- que es, según todas las tradiciones de que disponemos, la primera (y por tanto la fundamental) alusión coránica a la cuestión del yihad, o guerra santa (véase Tabari e Ibn Kazir en sus comentarios a 22:39). Que este enunciado inicial del principio fundamental de autodefensa como única justificación de la guerra, ha sido mantenido en todo el Qur’an, resulta evidente por 60:8, y por la frase final de 4:91, ambos pertenecientes a un período posterior al versículo antedicho.
Teniendo en cuenta la ordenanza anterior, la orden de "matadles dondequiera que los encontréis" es válida sólo para hostilidades ya en curso (Rasi), entendiendo que "los que os combatan" son los agresores o los opresores (una guerra de liberación se considera como guerra "por la causa de Dios"). La traducción de fitna, en este contexto, por "opresión", se justifica por aplicarse este término a todo abuso que empuje al hombre al extravío o a la pérdida de su fe en los valores espirituales (cf. Lisán al-Aarab). Esta alusión al combate en los alrededores de Mecca se debe al hecho de que, cuando se reveló este versículo, la Ciudad Santa estaba aún en manos de los Quraish paganos, enemigos de los musulmanes. No obstante --como ocurre con todas las alusiones históricas en el Qur’an-- esta orden tiene carácter general y es, por lo tanto, válida para todos los tiempos y circunstancias.
170 Lit., "y la religión pertenezca [sólo) a Dios" --o sea, hasta que se pueda adorar a Dios sin miedo a la persecución y ningún ser humano esté obligado a humillarse ante otro por temor. (Véase también 22:40.) El término din se traduce más adecuadamente, en este contexto, por "adoración", ya que comprende aquí tanto los aspectos doctrinales de la religión, como los morales: es decir, tanto la fe como las obligaciones derivadas de esa fe.
Caso 2:
8:(60) Así pues, preparad contra ellos todas las fuerzas y caballos de batalla64 que podáis reunir, para desalentar con ello a los enemigos de Dios, que son también enemigos vuestros,65 y a otros aparte de ellos que no conocéis, [pero que] Dios si conoce; y cualquier bien que gastéis66 por la causa de Dios os será devuelto cumplidamente, y no se os hará injusticia. (61) Pero si se inclinan a la paz, inclínate tú también, y confía en Dios: ¡en verdad, sólo Él todo lo oye, todo lo sabe! 67
Explicación:
64 Lit., “guarniciones de caballos” (ribat al-jeil): una expresión que significa “mantener en estado de alerta tropas de caballería en todos aquellos puntos expuestos a una invasión enemiga (zugur)”; lo que equivale, figuradamente, al mantenimiento de un alto nivel de preparación militar.
65 Lit., “al enemigo de Dios y enemigo vuestro” --dando a entender que cualquier “enemigo de Dios” (e.d., todo aquel que deliberadamente se opone a, e intenta socavar, las leyes morales decretadas por Dios) es, eo ipso, un enemigo de los que en Él creen.
66 E.d., en recursos, esfuerzos y sacrificio de la propia vida.
67 Lo cual implica que “aún cuando hicieran un ofrecimiento de paz con la única intención de engañarte, tal [ofrecimiento de] paz debe ser aceptado, porque los juicios [sobre sus intenciones] deben basarse sólo en pruebas evidentes” (Rasi): en otras palabras, las simples sospechas no pueden ser excusa para rechazar un ofrecimiento de paz.
Caso 3:
47:(4) Y CUANDO os enfrentéis [en combate] a los que se empeñan en negar la verdad,4 golpeadles en el cuello hasta derrotarles por completo, y luego apretad sus ligaduras;5 pero después dejadlos en libertad, bien como un gesto de gracia o mediante rescate, hasta que la guerra deponga sus cargas:6 así [deberá ser]. Y [sabed que] si Dios hubiera querido, podría en verdad castigarles [Él mismo]; pero [quiere que luchéis] para probaros a [todos,] unos por medio de otros.7
Explicación:
4 Sc., “y en apartar [a otros] del camino de Dios” –enlazando así con el versículo 1 y estableciendo la condición fundamental que debe darse para justificar una guerra física: a saber, la defensa de la fe y de la libertad (cf. respecto a esto la nota 167 a 2:190). En otras palabras, cuando “los que se empeñan en negar la verdad” intentan privar a los musulmanes de su libertad social y política, haciendo imposible que vivan de acuerdo a los principios de su fe, se hace permisible una guerra justa (yihad), llegando a convertirse
hasta en un deber. Todo este versículo se refiere a hostilidades ya existentes; y no hay duda de que fue reveladodespués de 22:39-40, que es la primera vez que el Corán hace referencia a la guerra física.
5 Lit., “apretad el lazo”. Según casi todos los comentaristas, esta expresión denota la toma de prisioneros de guerra. Además de esto, puede referirse también a sanciones o salvaguardas que hagan improbable que la agresión se repita en un futuro próximo.
6 El término “rescate” incluye también, en este contexto, el intercambio de prisioneros de guerra (Samajshari, citando una opinión del Imam Ash-Shafií.
7 E.d., para que los creyentes demuestren con hechos la profundidad de su fe y su capacidad de abnegación, y para que los agresores comprendan lo equivocados que estaban, y esto los acerque a la verdad.
Caso 4:
4:(88) ¿Cómo, pues, podéis estar indecisos acerca de los hipócritas, cuando Dios les ha repudiado por su conducta culpable? ¿Queréis acaso guiar a quienes Dios ha dejado en el extravío -- siendo así que a quien Dios deja que se extravíe no podrás tú encontrarle camino? (89) Querrían que negarais la verdad como ellos la han negado, para que fuerais iguales. Por tanto, no les toméis por aliados vuestros mientras no abandonen el ámbito del mal por la causa de Dios; y si se vuelven abiertamente hostiles, cogedles y matadles allí donde los encontréis. Y no toméis a ninguno de ellos por aliado o protector, (90) salvo a quienes de ellos sean aliados de gentes a las que os una un pacto, o que vengan a vosotros porque sus corazones rechazan la idea de combatir contra vosotros o contra su propia gente --aunque si Dios hubiera querido hacerles más fuertes que vosotros, ciertamente os habrían combatido. Así pues, si os dejan tranquilos y no os combaten, y os ofrecen la paz, Dios no os permite que les hagáis daño. (91) Hallaréis a otros que desean vivir en paz con vosotros y con su propia gente, [pero que,] cada vez que son tentados de nuevo a la discordia, caen precipitadamente en ella. Así pues, si no os dejan tranquilos y no os ofrecen la paz, y no refrenan sus manos, cogedles y matadles allí donde deis con ellos: porque contra estos sí os hemos dado plena autorización [para combatir].
Explicación:
"cuando Dios les ha rechazado a causa de lo que se han ganado". Existen diversas conjeturas, casi todas ellas de carácter histórico, acerca de la identidad de estos hipócritas. Algunos comentaristas consideran que este versículo hace referencia a los hipócritas de Medina en los primeros años después de la hégira; otros (p.e., Tabari) prefieren el punto de vista expresado por Ibn Abbas, para quien esto alude a
ciertas gentes de Mecca que, antes de la hégira, aceptaron el Islam externamente pero que en secreto siguieron apoyando a los paganos de Quraish. Es innecesario, a mi parecer, buscar interpretaciones "históricas" a este versículo, cuando puede entenderse fácilmente en términos generales. El versículo anterior habla de Dios, destacando Su unidad y la verdad evidente de Su mensaje revelado, así como la certeza del juicio del Día de la Resurrección. "¿Cómo, pues," prosigue el razonamiento, "podéis estar indecisos acerca de la talla moral de una gente que de dientes para afuera proclama la verdad del mensaje de Dios pero que, sin embargo, no están dispuestos a hacer una elección sincera entre el bien y el mal?"
Caso 5:
8:(39) Y combatidles hasta que cese la opresión y la adoración esté consagrada por entero a Dios. 39 Y si desisten --ciertamente, Dios ve todo lo que hacen.
Explicación:
Una frase idéntica en 2:193, y la nota correspondiente. Ambos pasajes ponen de relieve que la lucha en defensa propia --entendida en el más amplio sentido del término-- es la única justificación para la guerra.
Caso 6:
9: (5) Y entonces, una vez transcurridos los meses sagrados,6 matad a aquellos que atribuyen divinidad a otros junto con Dios dondequiera que los encontréis,7hacedles prisioneros, sitiadles y acechadles desde cualquier lugar que se os ocurra.8 Pero si se arrepienten, establecen la oración y pagan el impuesto de purificación, dejadles en paz: pues, ciertamente, Dios es indulgente, dispensador de gracia.9
Explicación:
6 Según una costumbre anterior al Islam, extendida en Arabia, los meses de Muharram, Rayab, Dul-Qaada y Dul-Hiyya eran considerados “sagrados”, en el sentido de que durante esos meses debían cesar todas los hostilidades tribales. A fin de preservar esos períodos de tregua y de promover la paz entre las tribus, a menudo beligerantes, el Corán no revocó esta costumbre ancestral sino que confirmó su práctica. Véase también 2:194 y 217.
7 Leído juntamente con los dos versículos anteriores, y también con 2:190-194, este versículo se refiere a hostilidades ya en curso con gentes culpables de una violación de las obligaciones de un tratado, y de agresión.
8 E.d., “haced todo lo posible y aconsejable en la guerra”. El término marsad denota “cualquier punto desde el que se puede avistar al enemigo y observar sus movimientos” (Manar X, 199).
9 Como he señalado en más de una ocasión, cada versículo del Corán debe ser leído e interpretado dentro del contexto global del Corán. Este versículo, que habla de una posible conversión al Islam por parte de “aquellos que atribuyen divinidad a otros junto con Dios” con los cuales los creyentes están en guerra, debe, por tanto, ser considerado en conjunción con varios preceptos fundamentales del Corán. Uno de ellos, “No cabe coacción en asuntos de fe” (2:256) prohibe categóricamente cualquier intento de convertir a los no creyentes por la fuerza --lo que excluye la posibilidad de que los musulmanes exijan o esperen que un enemigo vencido acepte el Islam a cambio de inmunidad. En segundo lugar, el Corán ordena, “Combatid por la causa de Dios a aquellos que os combatan, pero no cometáis agresión --pues, ciertamente, Dios no ama a los agresores” (2:190); y, “si no os dejan tranquilos y no os ofrecen la paz, y no refrenan sus manos, cogedles y matadles allí donde los encontréis: porque contra estos sí os hemos dado plena autorización [para combatir]” (4:91). Así pues, la guerra es sólo permisible en defensa propia (véase sura 2, notas 167 y 168), con la condición adicional de que “si cesan --ciertamente, Dios es indulgente, dispensador de gracia” (2:192), y “si cesan, deben acabar todas las hostilidades” (2:193). La conversión del enemigo al Islam --expresada con las palabras, “si se arrepienten, establecen la oración y pagan el impuesto de purificación (sakat)”-- es sólo una forma, pero no la única, de “cesar en las hostilidades”; y la referencia a ella en los versículos 5 y 11 de este sura no implica por supuesto una alternativa entre “conversión o muerte”, como pretenden deducir algunos críticos del Islam. Los versículos 4 y 6 aclaran aún más la actitud que deben adoptar los creyentes hacia aquellos no-creyentes que no sean hostiles a ellos. (Acerca de esto, véase también 60:8-9).
Caso 7:
--60: (8) En cuanto a aquellos [incrédulos] que no os combaten por causa de [vuestra] religión, ni os expulsan de vuestros hogares, Dios no os prohibe que seáis amables y equitativos con ellos: pues, realmente, Dios ama a quienes son equitativos.
(9) Dios sólo os prohibe que toméis por amigos a aquellos que os combaten por causa de [vuestra] religión, y que os expulsan de vuestros hogares, o que ayudan [a otros] a expulsaros: ¡y quienes [de vosotros] los tomen por amigos –esos, precisamente, son los verdaderos malhechores!
Caso 8:
22:(39) LES ESTÁ PERMITIDO [combatir] a aquellos que son víctimas de una agresión injusta- -y, ciertamente, Dios tiene en verdad poder para auxiliarles-- : (40) aquellos que han sido expulsados de sus hogares, contra todo derecho, sólo por haber dicho: "¡Nuestro Sustentador es Dios!"
Pues, si Dios no hubiera permitido que la gente se defendiera a sí misma unos contra otros,58 todos los monasterios, iglesias, sinagogas y mezquitas --en todos los cuales se menciona el nombre de Dios en abundancia-- habrían sido ya destruidos.59
Explicación:
Agresión injusta= "por que han sido maltratados". Este versículo enlaza con la promesa de Dios, en el versículo anterior, de que Él "defenderá [del mal] a los que llegan a creer", y formula la autorización para combatir físicamente en defensa propia. Todas las Tradiciones pertinentes (citadas, en particular, por Tabari e Ibn Kazir) muestran que esta es la primera referencia coránica al problema de la guerra en sí. Según Abd Allah ibn Abbás, fue revelado inmediatamente después de que el Profeta partiera de Mecca hacia Medina, e.d., a principios del año 1 de la hégira. El principio de la guerra defensiva --y sólo defensiva-- ha sido desarrollado con mayor amplitud en Al- Baqara, revelado alrededor de un año después (véase 2:190-193 )
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