Mahatma Gandhi, decía “los musulmanes nunca han caído en la arrogancia, incluso en los períodos de su mayor grandeza y triunfo
A pesar que grandes personalidades del mundo hablan del Islam en forma positiva, tales como Annie Besant, George Bernard Shaw, Mahatma Gandhi, Goethe, Lamartine, Napoleón Bonaparte, Rainer Rilke, Leon Tolstoi, Godfrey Higgins, Jacques Menou, su santidad Juan Pablo II, etc, etc., hay escritores de menor valía en este tumultuoso siglo XXI que manifiestan una total intolerancia y una serie de imprecisiones, que ponen prácticamente al Islam y a los países musulmanes en la edad de piedra, esto es, en la prehistoria.
No podemos negar que el saber científico en los tiempos presentes se encuentra con mayor auge en Occidente, donde a la par, va aúnado una pérdida de moral y de buenas costumbres.
Las sabias enseñanzas esotéricas plantean la diferencia: “La ignorancia es preferible a la sabiduría de la cabeza, si no tiene además la sabiduría del corazón para iluminarla”.
El desarrollo del Occidente y en mayor medida del Norte, es esgrimido por sus pueblos, para justificar un repugnante racismo. ¡Ellos se sienten superiores!... Pero no se dan cuenta que esa superioridad es tan solo aparente. Todos los pueblos en un momento de su historia han sido superiores; ya que todos han mantenido en algún momento, alguna de estas escalas: ignorancia-apogeo y decadencia.
En la antigüedad, pueblos semitas del Asia menor y del antiguo Egipto, (árabes) culturizaron a Grecia, la llamada Cuna de la Civilización, aunque no lo es. Sin embargo, en Europa, con excepción de Grecia y Roma, continuaron siendo bárbaros, hasta que los árabes desde el siglo VIII (la mayoría musulmanes, aunque con participación minoritaria de judíos y cristianos), se encargaron de culturizar de nuevo a Europa, esta vez dirigida a España, Portugal, Sur de Francia, Sur de Italia y todos las islas del Mediterráneo, de donde el conocimiento árabe se retransmitió al resto de Europa.
Tanto fue el bagaje cultural transmitido, que dio origen al Renacimiento europeo.
Los europeos estaban así en la ignorancia, en la Edad Antigua, antes de que Grecia y Roma, como únicos exponentes de esa zona, irrumpieran en la Historia; y estaban sumidos en la barbarie, en la Edad Media, cuando fueron nuevamente culturizados por los árabes, los cuales estaban naturalmente en su apogeo.
Ahora el proceso ha cambiado, pero como el Mundo es dinámico, estamos seguros que el futuro inmediato, la rueda volverá a dar la vuelta. Y los árabes volverán a ser lo que eran. También América Latina, quien por consiguiente, está esperando su hora.
Al atacar a los árabes también se ataca a los musulmanes, ya que aún siendo términos diferentes, ya que no todos los musulmanes son árabes, ni todos los árabes son musulmanes, son términos entremezclados y es casi imposible separarlos.
He aquí algunos conceptos que se han mencionado permanentemente y vuelven a repetirse, demostrando la carencia de nuevo repertorio. El hecho de generalizar el concepto de musulmanes = fanatismo e intolerancia.
Mahatma Gandhi, decía “los musulmanes nunca han caído en la arrogancia, incluso en los períodos de su mayor grandeza y triunfo. La historia lo confirma. Sin embargo con los Europeos el proceso fue al revés: La expulsión de judíos y moriscos en España, las Cruzadas, la Inquisición, la Conquista de América (llamada por un sacerdote católico ejemplar: Fray Bartolomé de las Casas, la destrucción de las Indias; la esclavitud del África, el Holocausto de Hitler, contra judíos inocentes; etc.
El problema del racismo, clasismo y fanatismo se entroniza, en la mente de muchos europeos y hasta de algunos ladinos, que se creen descendiente 100% puros de europeos, sin serlo. Incluso en los tiempos presentes y en próximo pasado, la masacre de Bosnia-Herzegovina en el centro de Europa fue inaudita. En dicha región, los musulmanes fueron una mayoría tolerante y se volvieron minoría, con el genocidio de 1995, donde más del 25% de la población bosnia musulmana fue masacrada y el 75%, desplazado. Ese mismo año en Alemania, una mujer turca musulmana fue nombrada mujer del año. Perdió a toda su familia: hijos, hijas, nietos y esposo, por un atentado de jóvenes alemanes neonazis cristianos, que quemaron su vivienda. Y ella quedó sola y desamparada. Pero pidió perdón a Dios (Allah) por los hechores. Dice que ella, ya los perdonó...(¿!).
Generalmente los agresores salen libres; a lo más se les condena a 3 años de estar internados en un manicomio, como acaba de suceder en este 2011, con el noruego neonazi Brevik, que mató a 77 personas de su misma raza. Saldrá después libre y seguirá matando, o quizá, por ascender en el liderazgo neo – nazi por su acción “espectacular” y la propaganda mediática masiva, tan solo planificará asesinatos y mandará a nuevos “combatientes” (neófitos), a realizar las acciones materiales.
Se critica el trato de la mujer en algunos países islámicos ultra conservadores, pero no mencionan que en el “culto” Occidente las violaciones de mujeres, incluso asesinadas, son comunes y hasta entre los mismos familiares; las niñas violadas y muertas e impunes. Ambos casos son degradantes, y se cuentan por decenas de miles.
En cuanto al orgasmo femenino, este fue tabú en las sociedades europeo-cristianas hasta bien entrado el siglo XX; en el Islam fue todo lo contrario. El sexo fue considerado un don de Dios y su pecado tan sólo era, fuera del matrimonio. La mujer en el Islam siempre tuvo más derecho que en occidente, incluso a disponer de su propia herencia. La liberación de la mujer en occidente es reciente y esto se logró no por influencia del cristianismo sino por movimientos sociales laicos.
En el mundo musulmán, también al hombre se le exige que provea, quiera, cuide, atienda, satisfaga, proteja y mantenga a su mujer y a sus hijos. Hay una diferencia fundamental entre machismo y patriarcado. Es falso que en algunos países musulmanes una mujer violada es condenada a muerte por adúltera. Es al violador a quien condenan a muerte; ya que la violación equivale a asesinato. La mujer en el Islam tiene veto al escoger a su marido, aunque lo aprueben sus padres.
El velo es exigido por las mujeres musulmanas en Europa, especialmente en Francia, donde les fue prohibido usarlo y ellas lo consideran parte de su orgullo y su pudor. Nadie las obliga. Es el Estado laico francés el que las obliga a no usarlo. La amenaza de una sociedad decadente se extiende por todo el Mundo y no por causa del Islam ni de religión alguna. Es por la ausencia de moral y buenas costumbres, de concordia, amor, caridad y justicia; fomentadas por los que quieren entronizar en el mundo la indecencia y el libertinaje y dividen naciones y fomentan odios y corrompen sociedades, y buscan mediante su influencia negativa, hundir a los países.
¡Que el Dios de todo, todos y todas! El único Dios, nos ilumine y proteja.
Como quiera que sea, pretender atacar a países musulmanes utilizando una historia supuesta de Oriana Fallaci, suena también a mentira perversa. He aquí una pequeña biografía de ella: Oriana Fallaci no creía en Dios y por consiguiente no creía en el Dios de los musulmanes, ni en el de los judíos ni en el de los cristianos, que es el mismo.
Eso la descalifica para hablar del Islam o de cualquier religión, cuyo principal mandamiento consiste en amar a Dios sobre todas las cosas.
Nos da lástima pensar en su muerte solitaria, sin creer en Dios, ni en sus enviados y por consiguiente, sin creer en una vida después de la muerte.
Sentimos lástima por ella y esperamos que el Dios verdadero, en el cual ella no creía, la perdone.
Y eso es la primera explicación de su odio hacia los musulmanes y el temor hacia ellos; la religiosidad del Islam; perdida en Occidente, donde es común la burla insultante a lo sagrado, por parte de la cultura occidental. El gran % de agnósticos y ateos en la Europa “cristiana” en contraposición a un Islam practicante; creyente; orante y sumiso a la voluntad de Dios.
Oriana Fallaci, en su escrito: ¡Mi patria, mi Italia! no sólo ataca el Islam, sino también al catolicismo. He aquí sus palabras textuales:
“A pesar de que no le haya perdonado jamás al catolicismo las infamias que me impuso durante siglos; comenzando por la Inquisición; que quemaba incluso a las abuelas; pobres abuelas; y a pesar de que no esté en absoluto de acuerdo con los curas y no entienda nada de sus plegarias; me gusta tanto la música de las campanas”…
Oriana Fallaci era extremadamente racista, identificándose con los sentimientos negativos del Medioevo europeo y siendo partidaria así de un choque entre civilizaciones. Su pensamiento era inquisidor, identificada con el fascismo o el nazismo racistas.
Nuestra identidad cultural – manifestaba – no puede soportar una oleada migratoria de gente diferente.
Decía que no le gustaba la inquisición, pero ella era inquisidora. Eso se ve incluso, en una discriminación suya en un ejemplo estético, aparentemente baladí:
Y además, admitámoslo. Nuestras Catedrales son más bellas que las
Mezquitas o las Sinagogas ¿Sí o no? Son más bellas también que las iglesias protestantes.
Siendo atea, su “identidad cristiana” era únicamente cultural. Y en su intolerancia, era así una fiel representante de la cultura Occidental vs el Oriente; un choque de civilizaciones, al igual que Silvio Berlusconi y otros políticos anteriormente influyentes, que fomentaron la confrontación; y de tontos útiles, casi desconocidos a nivel internacional, que repiten como eco, lo que oyen; claro, para aceptarlo y repetirlo deben estar en la misma vibración.
Oriana Fallaci, además de su ateísmo confeso, manifestaba, que no le perdonará a su Santidad Juan Pablo II, su debilidad hacia el mundo islámico y su cariño hacia él ¿Por qué?
¿Por qué ha sido tan débil? Se lamentó. Pensamientos racistas y etnocéntricos como el de Oriana Fallaci, o Silvio Berlusconi no deben fomentarse. Una ya se murió y el otro está muerto políticamente; pero tienen sus seguidores, incluso en nuestro país.
Los ataques sin embargo en lo que respecta al Islam son de dos tipos:
En uno se aprovecha a atacar a países de mayoría musulmana, criticando costumbres anacrónicas, que no tienen nada que ver con la religión, y además; potencializando alguna noticia que puede ser mal vista en Occidente, incluso tergiversando ésta, diciendo mentiras o lo que es peor, medias verdades. Fuera de ello, ocultando lo bueno. Por ejemplo en el medio oriente (no hay prácticamente asesinatos; no hay violaciones; hay familias sólidas; hay respeto a los padres, y a los mayores; hay moral; religiosidad; no hay burla de lo sagrado; no hay hijos ilegítimos; ni abandono de los padres; no hay maras, no hay delincuencia, no hay crimen organizado; no hay drogas etc etc etc., pero eso se oculta maliciosamente.
El objetivo no es degradar a ese país, ni tan siquiera a los ciudadanos del mismo, sean musulmanes o no; sino crear un clima de antipatía contra el Islam en El Salvador. Pero eso no nos preocupa. Nosotros seguimos progresando. Porque estamos con Dios y no estamos detrás del dinero ni del poder; nuestro trabajo en el Islam es para conseguir méritos para la otra vida, no para ésta. Sin embargo, un ataque indirecto como éste, puede ser tolerado y tan solo aclararemos los conceptos con generalidades, sin mencionar nombre alguno.
Sin embargo, cuando el ataque sea directo contra el Islam, el Corán, nuestros profetas, o nuestra doctrina, atacando no a los caminantes si no que al camino, contraatacaremos con fuerza, utilizando firmeza pero sin violencia – y diremos los nombres y apellidos, y publicaremos nuestro mensaje, no solo en nuestro país, sino en todo el mundo islámico y en los Centros Islámicos de todos los países, para que quede claro a todos, quienes son los que nos odian y que atacan nuestra fe y doctrina, incluso sin conocerla. Dios nos prohíbe atacar, pero nos permite defendernos.
El odio contra lo musulmán lleva implícito un odio visceral contra los árabes y los palestinos, a éstos últimos en El Salvador, talvez por competencia, porque a pesar de todos los obstáculos, la Comunidad Palestina, ha crecido espectacularmente y sigue progresando. Si los ataques no fueron suficientes cuando era débil, porqué insistir ahora que es más fuerte y progresista. ¿O será que los impulsos son más fuertes que el racioninio, o será su propia naturaleza?, Como el alacrán que picó al caballo que lo transportaba para pasar el río Nilo, matándolo, aunque él también moriría. ¿Por qué lo haces? le preguntó el caballo de la fábula árabe, si tú también vas a morir, y el alacrán respondió: Por mi naturaleza, así soy yo y no puedo cambiar. ¡Que tragedia para los humanos, que a pesar de tener inteligencia y raciocinio, no pueden, porque no quieren cambiar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario