Existe un antiguo proverbio mexicano que dice: “La casa no descansa sobre el suelo sino sobre la mujer”. Una mujer fuerte es la base de una familia sólida; ella la mantiene unida y la protege. Una mujer dirige y protege a sus hijos, sirve y atiende a su esposo, y se protege y respeta a sí misma. Si una mujer puede asegurar su propia fortaleza, podrá asegurar la solidez de su hogar y su familia.
Entonces, ¿cómo puede una mujer asegurar su fortaleza y habilidades para así mantener su hogar funcionando sin problemas? La realidad es que existen docenas de herramientas que se puede emplear para asegurar un hogar eficiente y una bien dirigida familia.
Sonrisas y saludos de paz
Todos sabemos el significado de una sonrisa, ella es considerada la forma más pequeña de caridad; entonces, imagínate despertando en la mañana y sonriendo a tu esposo e hijos. Una sonrisa cálida y un sincero saludo de paz (salam) pueden ser la base para un buen día. Antes siquiera de que el día haya comenzado, puedes ganar recompensa tan solo sonriendo. Agrega un bien intencionado “Assalamu alaikum” y te estarás encaminando por la dirección correcta.
Pero, ¿cuántas de nosotras realmente nos tomamos unos cuantos segundos para hacer esto cada mañana? O, en lugar de esto, ¿nos levantamos quejándonos por el despertador, por vestir a los niños, por que tomen el desayuno y luego se marchen al colegio? Y, ¿cómo saludamos a nuestro esposo por la mañana? ¿Le ofrecemos un amoroso salam o solo un rápido recordatorio de que traiga leche de regreso a casa?
Una sonrisa es una herramienta sencilla que puede arreglar muchos de los conflictos sociales y domésticos de hoy en día. Una sonrisa no solo ilumina el día de alguien más, sino que también hará que te sientas mejor. Pruébalo. Es difícil que te enojes con tus hijos si aún estás sonriendo.
Servir y proteger
Una sonrisa es solo el principio. Ella no puede hacer que los niños se vistan y vayan al colegio sin protestar. Servir y proteger no es solamente el lema del departamento de la policía; toda madre está de acuerdo con esto cuando se casa e inicia una familia. Una mujer debe servir y proteger su familia de los incontables vicios y maldades. Sin embargo, la forma en que ella los puede proteger es un tanto difícil de identificar. Primero, ella puede servir bien a su familia respetándolos, tanto a los más pequeños como a los más grandes; proveyendo a su familia un hogar limpio y seguro, ella está sirviendo a su esposo y a sus hijos simultáneamente.
Una mujer que sirve bien a sus hijos es la que puede bañarlos, vestirlos y alimentarlos sin demasiadas complicaciones. Una mujer que sirve bien a su esposo es la que puede mantener su casa funcionando con armonía, maneja bien el presupuesto y es eficiente con sus deberes. Una mujer fuerte no pierde su tiempo y dinero imprudentemente. Por el contrario, su esposo confía en ella para manejar los asuntos familiares. Ella es la cabeza del hogar cuando su esposo está en el trabajo y, por lo tanto, ella es responsable del buen funcionamiento de la familia. Al servir a su esposo, ella se preocupa por sus responsabilidades: por su hogar, por sus hijos y por sí misma como esposa.
Hacer el Salah juntos para permanecer juntos
Una mujer fuerte no puede proteger su familia por sí sola. Solo Al-lah Puede ofrecer completa protección; por tanto, una mujer fuerte sabe esto e introduce la oración y las súplicas dentro de la rutina diaria de su familia. Una mujer que ha construido un fundamento sólido para su familia enseñará a sus hijos a hacer el Salah y Du’ah, les enseñará a pedir buscar el perdón de Al-lah y Sus bendiciones.
Además, ella animará a su esposo e hijos a realizar el Salah juntos. Todos hemos escuchado o leído en stikers en los automóviles: “Una familia que reza unida permanece unida”. Este es el fundamento de una familia sólida, y el buen manejo de la familia depende de la unidad.
Los niños pasan entre 6 y 8 horas al día en la escuela, y el tiempo que pasan juntos, con la familia en casa, es limitado. Por lo tanto, la persona que pasa más tiempo en la casa por lo general es la madre, lo cual conlleva una carga de responsabilidad. En muchos casos los niños asisten a escuelas no-islámicas, y por esto los valores y la educación islámica que reciben diariamente es de la madre. Ella es el mejor ejemplo de qué hacer y qué no hacer. Entonces, las madres deben ser conscientes de esta responsabilidad y asegurarse que están mostrando el mejor ejemplo posible.
Ya sea que la madre esté cocinando algo o leyendo el Corán o cambiando un bombillo, sus hijos la están observando. Ellos están observando incluso si no están escuchando. Es por eso que es de suma importancia que una madre sepa que siempre está “en servicio”; ella siempre es el centro de atención de sus hijos. Piensa sobre cómo manejas ciertas situaciones y luego decide si es tiempo de cambiar tus acciones. ¿Cómo manejas las situaciones de ira, alegría, desesperación o miedo? Lo que tú haces o dices en esas situaciones es importante. Debemos recordar buscar la ayuda de Al-lah cuando la necesitamos y debemos recordad siempre mostrar gratitud hacia Él. Cuando hacemos la oración debemos hacerlo juntos; cuando recitamos el Corán o hacemos Du’ah debemos hacerlo en voz alta; cuando leemos el Corán debemos hacerlo ante la vista de nuestros hijos; y cuando vamos a visitar a una amiga enferma debemos llevar a nuestros hijos con nosotras.
La lista es virtualmente infinita sobre cómo podemos enseñar a nuestros hijos a ser los mejores musulmanes posibles. Los niños observan y escuchan, y luego reflejan lo que ven y oyen. Es a la madre a quien los hijos imitarán y copiarán. Hagamos que sea algo bueno lo que ellos imiten.
20 preguntas
Existe algo que incluso cualquier madre puede hacer para aprender sobre sus hijos. ¡Haz muchas preguntas! Una buena madre es la que sabe cómo hacer funcionar su hogar eficientemente. Una gran madre sabe esto y sobre lo que sus hijos se ocupan al mismo tiempo. ¿Haces suficientes preguntas? ¿Qué tan bien conoces a tus hijos? ¿Qué tan bien conoces a tu esposo? Probablemente sepas lo que a tu familia le gusta y le disgusta; pero, ¿conoces las debilidades de tu esposo y cómo apoyarlo? ¿Sabes cuáles son los miedos de tus hijos y los ayudas a superarlos? Los niños siempre hacen muchas preguntas, especialmente “¿por qué?”. Nosotros también debemos aprender a preguntar “¿quién?”, “¿qué?”, “¿cuándo?” y “¿dónde?”.
Y esto no se trata de entrometerse y espiar, sino de interesarse por lo que tu familia está haciendo. Pregunta a tu esposo sobre su día en el trabajo, pregunta a tus hijos sobre la escuela, descubre lo que están haciendo y cómo lo están haciendo. Una buena madre sabe lo que sus hijos están haciendo sin tener que esperar un informe de la escuela. Haz tu propia tarea y asegúrate que continúas con tu familia.
Nadie puede decir que el trabajo de una madre es fácil, y parece que se hace más difícil con el pasar de los días. Sin embargo, si aprovechamos las bendiciones de estas y otras muchas herramientas para manejar nuestras familias, in sha Al-lah, encontraremos mucha paz.
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