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jueves, 31 de enero de 2013

EL ESTATUS DE LA MUJER EN EL ISLAM




En primer lugar revisemos como ha sido pensada y entendida la mujer en la tradición occidental para así poder comparar y contrastar perspectivas. Sabemos que la tradición occidental se ve a sí misma como heredera intelectual de la tradición griega que existió previamente al Profeta Jesús (la Paz sea con él), y por tanto muchos puntos de la tradición intelectual occidental se encuentran de alguna manera en los primeros filósofos griegos como Aristóteles, Platón, etc.

         ¿Cómo consideraron ellos a las mujeres?, ¿Cuáles eran las ideas de Aristóteles y Platón hacia las mujeres?. Aristóteles en sus escritos sostenía que las mujeres no eran seres humanos completamente, y que por tanto la naturaleza de la mujer no era la de un ser humano completo. Como resultado, las mujeres eran por naturaleza algo deficiente en las que no se podía confiar, y por tanto eran objeto del dominio o del desprecio. De hecho, los escritos griegos describen que la mujer libre en muchos aspectos de la sociedad griega, exceptuando a las pocas mujeres de la clase social elevada, no tenía un lugar mucho mejor que el de los animales y los esclavos.

         Este punto de vista aristotélico acerca de la mujer fue heredado posteriormente en la tradición cristiana por la Iglesia Católica. Santo Tomás de Aquino en sus escritos consideraba que las mujeres eran la trampa de Satanás. La historia de Adán y Eva añadió una nueva dimensión a las primitivas ideas griegas de Aristóteles; las mujeres fueron la causa de la caída del hombre, y por tanto eran la trampa de Satanás y debían ser miradas con recelo y desconfianza porque causaron la primera caída de la humanidad, y de esta manera el mal provenía de la mujer. Este pensamiento perduró desde los escritos de los Padres de la Iglesia hasta la Edad Media. En sus escritos podemos observar que este tema se repite de una u otra manera. Sin embargo tras la Reforma Protestante, Europa decidió liberarse de los grilletes y cadenas de la Iglesia Católica. Ideas que aparecieron en el llamado Siglo de las Luces hicieron sentir al hombre de entonces que debía liberarse de los conceptos precedentes. Algunas de estas nuevas ideas se relacionaban con nuevos paradigmas científicos, como considerar que la tierra era la que giraba alrededor del sol y no al revés, otros tenían una naturaleza teológica, como las contenidos en los escritos de Martín Lutero; y otros tenían un carácter social como la posición de la mujer en la sociedad. Sin embargo los escritores de este Siglo de la Luces aún conservaban básicamente el tema de la mujer, y por tanto aún no consideraban a la mujer como un ser humano completo. Escritores franceses de la época de la revolución, tal como Russeau, Voltaire y otros, miraban a la mujer como una carga que tenían que soportar. Esto es por lo que pienso que un autor como Russeau en su libro "Emilio", cuando habla acerca de la educación de la mujer, consideraba que aquella, la educación, no podía ser igual a la del hombre ya que las mujeres eran incapaces de entender lo que los hombres sí eran capaces de comprender.

         Esta es la tradición que Occidente heredó, y sólo a comienzos de 1800 empezamos a encontrar los primeros escritos de mujeres, y de algunos hombres, apelando al cambio de estas ideas. Y aquí tenemos los orígenes de los primeros movimientos feministas. Uno de los primeros libros publicados fue "Reivindicación de los Derechos de las Mujeres" de Mary Walsencraft que apareció a comienzos de 1800. A partir de estos momentos las mujeres empezaron a recibir ciertos derechos. Los primeros derechos conseguidos fueron básicamente legales, porque hasta 1800 las mujeres no tenían el derecho a la propiedad privada y tampoco podían disponer de sus propios bienes tal como lo hacía el hombre. Es bien sabido que las primeras leyes que permitieron a las mujeres el acceso a la propiedad privada en Estados Unidos y Europa aparecieron en las últimas décadas del siglo XIX.

         La Revolución industrial dio un nuevo impulso al movimiento feminista. Las mujeres durante la Revolución industrial, especialmente en Inglaterra, fueron forzadas a trabajos durante muchas horas en minas de carbón, y no recibían por ello un salario igual que el de los hombres. Por tanto la primera reivindicación fue la igualdad salarial para el hombre y la mujer ante un mismo número de horas trabajadas. Finalmente apareció en el siglo XX tras la Segunda Guerra mundial un nuevo movimiento feminista que tendría gran importancia en los cambios sucesivos. Aquel movimiento hizo un llamamiento a la emancipación de las mujeres, no sólo en términos de derechos legales, sino que comenzó a cuestionar también algunos de los valores morales de la sociedad, a la vez que reclamaba una mayor libertad sexual tanto para hombres como para mujeres. Sostenían que básicamente muchos de los problemas eran causados por la institución del matrimonio y la idea de familia, y aparecieron escritos en favor de la abolición de tales formas sociales.

         Finalmente en los años 90, el argumento prevalente en Occidente es que el debate debe girar en torno a los "géneros" no sobre los sexos. Esta idea fue expresada recientemente en un libro que apareció con el título "The Age of Extremes" (La Edad de los Extremos). El autor sostiene la idea de que no hay diferencia entre varón y hembra y que el género es debido al ambiente. Por tanto podemos cambiar el ambiente o la circunstancia de tal forma que los hombres puedan tomar los papeles de las mujeres, y estas asuman los papeles del hombre, y todo ello promoviendo un cambio en la educación o el clima. Este es el punto en el que nos hallamos actualmente.

        Así, nos encontramos con esta tradición occidental de 2500 años de antigüedad, en la que partimos del primer extremo que fue expresado por los griegos, donde a la mujer le era negada su humanidad, hasta este otro extremo actual donde no hay diferencias entre los sexos, ya que sólo se trata de una cuestión de genero, clima o medio ambiente. Este es por supuesto un resumen de lo que constituye el primer punto de vista, que al menos nos da una idea aproximada de las líneas esenciales.  
         El otro punto de vista del que vamos a hablar, es el punto de vista Islámico. ¿Cómo considera el Islam el asunto de la mujer?. En primer lugar hay que señalar que los Musulmanes, a diferencia por ejemplo de los filósofos griegos o de los escritores franceses posteriores a la Revolución francesa, no sienten que sus conceptos, ideas y sistemas de valores provengan de otros seres humanos como ellos, sino que piensan que sus enseñanzas, sus valores, aquello que practican y a lo que se sienten unidos, forma parte de la Revelación que les ha sido concedida por Allah. El argumento que sostiene esto es que Allah conoce lo que es mejor para aquello que Él ha creado. Él creó seres humanos, y por tanto encierra en Sí la sabiduría y el conocimiento, y como consecuencia conoce lo que es mejor para su criatura y decreta aquello que es mejor para la humanidad, para sus seres. Acorde con esto, el musulmán trata de adecuar su vida a un código de actuación que es expresión de este sentimiento. No vamos a entrar en detalles acerca de aspectos legales relacionados con la mujer, sino que vamos a ver como entiende el Islam a la mujer. ¿Tal vez los musulmanes piensan, al igual que los primeros escritores griegos, o los Padres de la Iglesia, que las mujeres no son enteramente seres humanos?, ¿creen que la mujer es la trampa de Satanás, y que por tanto debe ser considerada como origen del mal y algo peligroso?, ¿Cómo perciben a las mujeres?. Investigando en la tradición del Islam, que como ya hemos dicho tiene su fundamento en la Revelación expresada en el Corán, vemos claramente que los musulmanes aprenden que tanto hombre como mujer comparten una única humanidad, que son iguales en su humanidad, y que no hay diferencia de "cantidad" en la humanidad de uno y de otro. Podemos dar esto por sentado, y recordar que los presupuestos iniciales de la cultura occidental sostenían que las mujeres no eran del todo seres humanos.

         El Corán al describir los orígenes de los seres humanos les dice, "¡Oh humanidad!, ciertamente os Hemos creado de un único varón y de una única hembra, y os Hemos diferenciado en pueblos y tribus para que os reconozcáis mutuamente. Ciertamente los mejores de entre vosotros son aquellos que tiene una mayor conciencia de Allah." (49:13). Este versículo coránico nos enseña que los seres humanos provienen de un único varón y de una única hembra. Este versículo muestra que tanto el varón como la hembra en términos de su humanidad se hallan al mismo nivel. De igual modo en otro capítulo del Corán llamado "Las Mujeres", comienza con un versículo cuya traducción es, "¡Oh Humanidad!, ciertamente os Hemos creado a partir de una única alma, a patir de la cual ha surgido la pareja", en referencia a Adam y Eva, "y Hemos hecho a partir de ellos mucha gente, hombres y mujeres, y los Hemos esparcido por toda la tierra." (4:1) De nuevo encontramos aquí que tanto hombres, mujeres, y todos los seres humanos provienen de un origen único, de una única familia, de unos padres iniciales. Una vez más esto demuestra que la mujer comparte junto con el hombre una humanidad completa y total.

         De igual forma en la tradiciones del Profeta Muhammad (s.a.s.), que son la segunda fuente del dîn del Islam, encontramos que el Profeta Muhammad (s.a.s.) dijo en un Hadiz que la mujer es la mitad gemela del hombre. El concepto subyacente en el hadiz es que hay una sola "humanidad", una única esencia que es compartida, y que hay dos mitades gemelas de aquella, una de las cuales es varón y otra hembra. Esto es algo que se repite a menudo en el Corán, así como también en la palabras del Profeta Muhammad (s.a.s.) que hacen hincapié en lo mismo. He aquí un punto fundamental cuando se reflexiona en el hecho de que la cultura occidental no consideraba que la mujer fuera copartícipe de la humanidad del hombre; aunque ahora ya nadie sostendría tal punto de vista, hay que hacer notar que tal cambio se ha producido tan sólo recientemente en la tradición occidental.

         Planteémonos otra cuestión, ¿Cuál es el objetivo, la meta de la humanidad?, ¿Cuál es el propósito por el que los seres humanos existen en la tierra, para que fines luchan?, ¿Qué les ocurrirá si luchan en la consecución de esos fines, y que les ocurrirá si no lo hacen?. Basándonos en que el Din del Islam ha sido revelado por Allah y la Verdad, los musulmanes sostienen que el hombre tiene una tarea definida aquí en la tierra, y que toda creación de Allah encierra una sabiduría. No hay nada en la creación que no albergue una sabiduría. No hay nada que haya sido creado en vano, y en consecuencia los seres humanos tienen un propósito que ha sido revelado en las enseñanzas del Islam. Los seres humanos han sido creados para que reconozcan y testifiquen a su Creador. En un versículo del Corán Allah dice que no ha creado al ser humano sino para que Le reconozca y se rinda ante Él. En definitiva, la esencia es igual tanto para hombre como para mujer, y de igual forma ambos comparten el mismo objetivo en la vida, la rendición a Allah. Este es el punto central y fundamental en la cultura y civilización islámica, estas son nuestra raíces, pero ¿cúales son las raíces de la civilización americana?, los escritos de los padres-fundadores de los Estados Unidos de América, los ideales que fueron plasmados en la Declaración de Independencia, y la Constitución de los Estados Unidos, todo ello basado en los argumentos, bien monárquicos o democráticos que escribieron algunos de los fundadores, es decir, sus raíces son un pensamiento político. Es cierto que podrían rastrearse otro tipo de ideas, por ejemplo del Cristianismo, pero en esencia constituye un pensamiento político, a diferencia del Islam que en esencia es un Din (para una explicación más extensa acerca de este término consúltese las diversas publicaciones de esta página web).

         Para el musulmán el principal objetivo de la vida es rendirse ante Allah, y sólo ante Él, que es el significado de la palabra islam.

         Con el término musulmán no se está haciendo referencia a una descripción racial, ni tampoco a una categoría étnica; musulmán significa  aquel que se rinde y se somete. Islam es completa rendición a la voluntad de Allah. Vemos por tanto que en el punto fundamental del Islam, hombres y mujeres comparten el mismo objetivo y se espera de ambos las mismas responsabilidades en torno a esto, es decir, testificar que no hay mas realidad que Allah y que Muhammad es Su Mensajero. Tanto hombres como mujeres tienen la obligación de realizar el Salat cinco veces al día, que es el segundo pilar del Islam. Ambos están obligados a ayunar en el mes de Ramadán. Ambos están obligados a realizar la peregrinación a Meca. Ambos están obligados a realizar acciones de sadaqa. Ambos están obligados a someterse al mismo código de conducta y comportamiento moral.

         Hombres y mujeres comparten estos ingredientes esenciales de conducta islámica que define a un musulmán de un no musulmán. Esto es de extraordinaria importancia porque rompe con otras tradiciones religiosas; por ejemplo, 50 años antes del nacimiento del Profeta Muhammad (s.a.s.), que nació alrededor del 560 d.c., hubo un cónclave de obispos en Francia para debatir si las mujeres tenían alma o no, y en caso de que la tuvieran, ¿cuál era su propósito en la tierra?, ¿era servir a Dios?, y si así lo hacían, ¿irían al Paraíso?. La conclusión final fue que efectivamente las mujeres poseían alma, lo cual supuso una ruptura con la tradición precedente, pero que su objetivo no era servir a Dios, sino al hombre.

         En el Islam, por contra, la mujer no ha de someterse al hombre, sino que hombre y mujer juntos han de someterse a Allah, y el Corán deja bien claro que el que así lo hace, ya sea hombre o mujer, su recompensa es el disfrute del Yanna. De igual manera aquel que se rebela ante la sumisión a su Creador, su recompensa es el sufrimiento, ya sea hombre o mujer, y por esto el Corán se dirige tanto a los hombres como a las mujeres. La lengua árabe, al igual que el francés por ejemplo, tiene dos tipos de verbos, masculinos y femeninos, y por esto en el Corán se puede encontrar advertencias y llamamientos a ambos sexos, como puede comprobar todo aquel que quiera.

         En resumen, tenemos tres puntos fundamentales: que ambos comparten la misma humanidad, que tienen el mismo propósito en la tierra, y que ambos esperan el mismo tipo de frutos después de esta vida, en función del trabajo aquí realizado. Esto supone una ruptura importante con tradiciones religiosas precedentes, así como con ideas políticas y sociales prevalentes entre los filósofos que precedieron al advenimiento del Islam.

         Como resultado de todo ello, encontramos que el Islam otorgó derechos a la mujer, que quizás hoy se consideren ya garantizados, pero que ya le fueron concedidos por Allah hace 1400 años. Estos derechos, como el derecho a la propiedad, el derecho a disponer sobre sus bienes, así como ciertos derechos que hoy llamaríamos políticos, por ejemplo, el derecho a realizar tratados en caso de guerra, constituyen adquisiciones muy recientes en Occidente.

         Uno de los derechos otorgados por el Islam en los tiempos del Profeta Muhammad (s.a.s.) fue que si una mujer establecía un tratado ante una agresión proveniente de una fuerza no musulmana, su tratado debía ser reconocido, como fue el caso de una compañera del Profeta Muhammad (s.a.s.). En la iglesia Cristiana estas compañeras recibirían el nombre de discípulas, por ejemplo, sin embargo los discípulos del Profeta Muhammad (s.a.s.) recibían el nombre de Compañeros, y se contanban por centenares y miles a diferencia de los doce discípulos de Cristo, y había tanto hombres como mujeres. Cuando el Profeta Muhammad (s.a.s.) regresó a Meca, una de las Compañeras de él, de nombre Umm Hani, habitante de Meca y musulmana, había acordado cierto pacto de no agresión hacia algunos parientes suyos. Su hermano, Ali Bin Abi Talib, que fue uno de los más importantes Compañeros del Profeta (s.a.s.) y que posteriormente se casaría con su hija, quiso ajusticiar a dos de estos hombres que eran reconocidos por haber luchado y dañado a los musulmanes; Umm Hani se dirigió al Profeta (s.a.s.) y le recordó el pacto de protección hacia ellos confirmando Muhammad (s.a.s.) dicho pacto. Esto es lo que hoy en día podríamos llamar un derecho político, algo relativamente nuevo en el mundo occidental, pero con una vigencia de 1400 años en el mundo islámico.

         De igual manera en el Islam hay prácticas de carácter público y otras de carácter privado, entre las primeras se encuentra la peregrinación, obligatoria tanto para el hombre como para la mujer, y uno de los pilares del Islam. Otra práctica pública es el "Salat del 'Id", que tiene lugar dos veces al año, una tras la peregrinación y otra tras la finalización del mes de Ramadán. En ambos momentos tanto hombres como mujeres participan conjuntamente.

         También podemos leer un versículo en el Corán que nos muestra que el compromiso social entre hombre y mujer es el mismo en el Islam, y así por ejemplo se dice, "El hombre y la mujer creyente son awliyya" (en el sentido de que unos y otros se ayudan mutuamente), "ambos están sujetos a lo que es correcto, y prohíben lo que es dañino", vemos aquí una orden de carácter social dirigida a ambos sexos, y continúa, "realizan el Salat", es decir tanto hombre como mujer, "pagan su Çakat", y "se someten a Allah y a su Mensajero", por lo que Allah les recompensará con su Rahma.

         Según los versículos arriba citados, podemos observar que los compromisos sociales para el hombre y la mujer son los mismos, atenerse a lo que es correcto, prohibiendo lo dañino y perjudicial, y que tanto uno como otro están obligados a los dos pilares fundamentales del Islam, el Salat y el Çakat; su sometimiento, y por ende su recompensa ante Allah es igual para ambos. Esto como puede verse es de extrema importancia y radicalmente opuesto a los orígenes griegos del pensamiento occidental, cuyo resultado ha sido llevar el asunto de la mujer al extremo opuesto hoy en día, al considerar que no hay ninguna diferencia entre hombres y mujeres, y que toda diferencia entre varón y hembra se reduce a factores educacionales, ambientales, o culturales. Por tanto, en los 2000 años de tradición occidental se han dado los dos extremos, aquel primer extremo sostenido por los griegos que negaba la humanidad de la mujer, y el de hoy en día que sostiene que no hay diferencia alguna entre hombre y mujer, llevando el debate al término "género" que conlleva una fuerte carga socio-cultural, evitando el uso de términos como sexo masculino o femenino que apuntan a realidades biológicas diferenciadas.

         El Islam, aunque sosteniendo que hombre y mujer comparten la misma esencia humana, afirma que hombres y mujeres son diferentes. ¿Significa esta diferencia que los hombres son inherentemente buenos y las mujeres esencialmente malas?. No. Podemos leer los versículos coránicos en los que Allah dice en relación a su creación, que Él es el Uno Quien ha creado la noche cuando esta envuelve como una sábana el horizonte, que Él es el Uno Quien ha creado el día cuando estalla el sol con su luz, y que Él es el Uno Quien ha creado al varón y la hembra, y los siguientes versículos donde se dice que los seres humanos luchan por diferentes objetivos, unos para complacer a Allah, otros para rebelarse ante Él, otros luchan para hacer el bien a otros seres, y algunos para hacer daño a  otros seres humanos, en definitiva diferentes metas, diferentes objetivos. ¿Cúal es la enseñanza de estos versículos?, hay que reparar en que Allah menciona la noche y el día, y a continuación al varón y a la hembra; la enseñanza que subyace en estos versículos es que la noche tiene un propósito, apuntando que tras ella se encierra una sabiduría, pues de haber existido sólo la noche la humanidad no podría haber existido, no podría haber habido vida sobre la tierra, ya que es un hecho científicamente comprobado que de no haber existido luz solar no hubiera sido posible la existencia de ciertas hormonas necesarias para la reproducción y por tanto la especie humana habría acabado extinguiéndose, y la vida tal como la conocemos hoy en día no sería posible. De igual manera el día también encierra tras de sí una sabiduría, pero, ¿podría sacar alguien la conclusión por ello de que la noche es buena y el día malo, o viceversa?, no, y ningún musulmán sostendría semejante afirmación. En el mismo sentido podemos decir que hombre y mujer desempeñan diferentes roles, y ¿podría sostenerse que el papel del hombre es esencialmente bueno y del la mujer malo, o viceversa?, evidentemente no, sino que ambos tienen funciones diferentes.

         Esta es la diferencia fundamental actualmente entre el pensamiento occidental y el Islam. En líneas generales, y salvo para alguna minoría o reducto eclesial en el Vaticano, el pensamiento occidental acepta que hombres y mujeres comparten la misma humanidad y que son iguales. Los musulmanes han sostenido esto durante 1400 años. La diferencia radica en que el pensamiento occidental, y como reacción al pensamiento inicial de que la mujer no era humana en un sentido completo, sostiene que los roles de hombre y mujeres están exclusivamente determinados por factores culturales, ambientales y educacionales, y por tanto no hay roles específicamente masculinos y femeninos, y que podemos cambiar roles de unos y otros si educamos a la sociedad correctamente. Sin embargo en el Islam hay un papel definido para hombre y mujer. ¿Quién es el que define estos papeles para hombres y mujeres?, su Creador. Esta es la mayor diferencia filosófica, ideológica, si se nos permite la utilización de estos términos a falta de otros que pudieran reflejar mejor lo que queremos decir, que separa los dos pensamientos. Es importante decir también, que el Islam cuando fija estos papeles para hombre y mujeres, establece obligaciones y responsabilidades en proporción a los mismos; pondremos un ejemplo para verlo claro: el Islam sostiene que las mujeres poseen el sentido de la maternidad no por tradción cultural o por cuestiones sociales, sino que esencialmente son más aptas para proveer cuidado y atención al bebé, que hay entre ellos dos un vínculo o nexo que va más allá de cualquier tradición; un nexo psicológico, un nexo físico, algo que es mucho más que una mera tradición de los seres humanos. Como consecuencia de todo ello la responsabilidad de la mujer hacia los niños es más grande que la de los hombres. En sentido inverso, las obligaciones de los hijos hacia las madres en el Islam son más grandes que las que tienen hacia los padres, y por esto es por lo que el Profeta Muhammad (s.a.s.) respondió a uno de sus Compañeros cuando este le preguntó, ¿a quién debo honrar más en este mundo?, a lo que él (s.a.s.) replicó "a tu madre", el hombre volvió a preguntar por segunda vez, la respuesta fue otra vez "a tu madre", luego una tercera vez, la respuesta fue la misma, "a tu madre", volvió a preguntar una cuarta, y entonces la respuesta fue, "a tu padre". Por esto el Corán habla de la dedicación de la madre hacia sus hijos, el tiempo de su vida que les ha dedicado desde el embarazo hasta la lactancia, con toda la carga de sufrimiento y entrega que todo ello supone, y enfatiza que debemos tener en consideración en primer término a nuestras madres antes que a nuestros padres. Por tanto aunque también los padres deben ser objeto de respeto y atención por parte de los hijos, su grado estará en función de la obligación de los mismos con respecto a los niños, que será menor que el de las madres, de ahí el mayor grado de respeto y honra de los hijos hacia sus madres, que por su naturaleza esencial, más allá de tradiciones socio-culturales, tendrán una mayor obligación hacia los hijos que los padres.

         Este es un ejemplo para mostrar como el Islam reconoce diferencia entre los sexos, que no acepta que el género sea una cuestión de educación o tradición cultural, sino que hay diferencias esenciales e inherentes entre varones y hembras, y que las obligaciones y responsabilidades están acorde con dichas diferencias. Un punto relacionado con esto y de extrema importancia, es que aunque a pesar de la diferencia entre hombres y mujeres, no hay oposición de unos con otros, algo que subyace tras el pensamiento occidental, especialmente entre el movimiento feminista, que entiende que existe una lucha entre hombres y mujeres, "una batalla entre sexos", como popularmente se dice; esto no existe en el islam, sino que ambos, hombre y mujer, forman un "tandem"; de la misma forma en que día y noche se suceden alternándose, y vivimos tanto en el día como en la noche, sin que podamos vivir exclusivamente de día o exclusivamente de noche, de igual forma hombres y mujeres no se oponen mutuamente, sino que comparten el mismo objetivo, el mismo propósito, la misma humanidad. Tienen diferentes roles que se complementan mutuamente, que se necesitan mutuamente para la consecución plena de su humanidad, no ya sólo en esta vida, sino también tras la misma, destino final de la humanidad.

         Hasta ahora hemos visto la parte teórica del problema, cuando bajamos al terreno práctico podemos cuestionarnos, ¿cúal de los dos puntos de vista trae más felicidad al ser humano?, ¿el punto de vista secular o el islámico?. Tengo un ejemplo práctico que quiero compartir con vosotros. Estuve en Beijing (China) este último verano en la cuarta conferencia de naciones Unidas para la mujer. Se estableció allí una plataforma para el desarrollo y la mejora de las condiciones de vida de la mujer en el mundo, lo cual es sin duda un noble ojetivo, y no hay dada que objetar a ello. La plataforma se dividió en diferentes secciones o áreas de trabajo, por ejemplo, pobreza, salud, economía, conflictos y violencia, etc., una de estas  doce secciones de trabajo era la dedicada a las niñas, su infancia, el estatuto de la niña, y el futuro de la mujer en el mundo actual. El país anfitrión de la cumbre era China, país conocido por su práctica de sacrificar a los bebes cuando estos son niñas basándose en razones de población. En China sólo se puede se puede tener un hijo por pareja, y según el punto de vista cultural chino los varones son menos númerosos que las hembras, por tanto cuando una pareja da a luz a una niña es práctica habitual matarla, en espera de que el siguiente embarazo sea un varón. Esto es una práctica hoy en día en la China actual, y como este era el país anfitrión de la cumbre las Naciones Unidas no quisieron entrar en este debate, no se consideraba políticamente correcto tratar semejante asunto en China.

         Entre otras cosas podemos observar que en pleno siglo XX se ha llevado a cabo uno de los mayores genocidios de la humanidad, sufrido en este caso por el pueblo Bosnio; todos los "derechos humanos" y todas las declaraciones emitidas en los últimos cincuenta años han sido incapaces de modificar sustancialmente las cosas. Cuando el Profeta Muhammad (s.a.s.) fue enviado a los árabes, estos tenían la misma práctica de sacrificar a las recien nacidas por diversas razones, entre ellas económicas. Las tribus árabes pobladoras de una tierra desértica, sin industrias ni comercio, llevaban una vida espartana, y por temor a la pobreza solían enterrar vivas o matabar a sus hijas; esto es un hecho mencionado en el Corán y que era perfectamente conocido en los tiempos del Profeta (s.a.s.). Allah condena expresamente tales prácticas en el Corán y la actitud de los árabes hacia sus hijas; de igual forma muchos de los Compañeros antes de aceptar el Islam ejercían tales prácticas. En los 23 años que duró el Mensaje de Muhammad (s.a.s.) a su pueblo tales prácticas quedaron abolidas definitivamente. Realmente tal práctica cesó porque hubo un cambio en la actitud hacia la mujer, en proveerles de una educación y en considerarlas como seres de pleno derecho. Hoy en día tras cientos de declaraciones de "derechos humanos" este objetivo no se ha conseguido, tal como nos hemos referido anteriormente al caso Bosnio. Cincuenta años después de la fundación de las Naciones Unidas las cosas no han cambiado, el genocidio del pueblo Bosnio ha sido perpetrado por aquellos mismos que fundaron las Naciones Unidas.

         Como punto final de este debate nos interesa recalcar que la civilización islámica, a diferencia de otras, está basada en la Revelación, pero que en su esencia está fundamentada y basada en la mujer.

         La primera mujer en recibir y aceptar el Mensaje de Muhammad (s.a.s.) fue su mujer Jadiya, quien gracias a su esfuerzo personal, a su respaldo económico y a su coraje y empeño, el Profeta (s.a.s.) pudo extender su Mensaje en su primer año de profecía. Los paganos no poseían el concepto de libertad en el din, de que cada uno puede seguir su propio Dîn, los paganos de Arabia veían esto como una insurrección, algo que alteraba su sistema tradicional de creencias y valores, e intentaron frenar el Mensaje por medio de la tortura, el asesinato, y todos los medios disponibles a su alcance.

         Hoy en día el Islam se ha universalizado y no hay continente en el mundo que no albergue alguna mezquita, incluso en China se cuentan por millones los musulmanes, dejando claro por tanto que no se trata de un fenómeno árabe, sino que es aplicable y extensible a todo tipo de gente o raza en el mundo.

         Tras la muerte del Profeta (s.a.s.) el Islam se había propagado por la península arábiga, su posterior expansión se debió al esfuerzo de cuatro o cinco personas allegadas a él, entre ellas, una mujer, 'Aisha, la cual nos ha transmitido innumerables hadices y enseñanzas proféticas estudiadas hoy día por todos los musulmanes en el mundo. Si observamos otras tradiciones no encontraremos ninguna otra en donde la mujer haya jugado un papel tan importante en la expansión y difusión semejante al que tuvo Jadiya o 'Aisha en la propagación del Islam. Los pensadores griegos, Platón, Aristóteles y otros, eran todos hombres; los Padres de la Iglesia eran todos hombres, y aún hoy en día el papel que juega la mujer en la Iglesia es bastante limitado. Los ideólogos de la Revolución francesa y rusa eran también hombres. Los padres fundadores de los Estados Unidos también fueron hombres, e igualmente otras civilizaciones están básicamente basadas en hombres. El Islam es la única civilización conocida donde el aporte de mujeres en la transmisión y establecimiento de un mensaje ha sido fundamental, tanto a nivel histórico como en la actualidad, y estos son hechos verificables que no están sujetos a posibles interpretaciones.
         Estos son algunos de los pensamientos y reflexiones concernientes a como el Islam ha ensalzado a la mujer.

Shayj Ali at-Timimi.
Extraído de www.geocities.com

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