En nuestro artículo anterior escuchamos a Dios Todopoderoso presentándose a sí mismo con estas maravillosas palabras de Aiat Al Kursi – Aleya del Trono… Hemos dicho que el hombre para llegar a conocer algo, puede seguir más de un camino. En el viaje para conocer a Dios también podemos tomar más de un camino, y el camino esta vez es: El viaje de descubrimiento por parte de una persona que sintió que detrás de todo lo creado, debía estar presente un Creador, un Dios que merece ser adorado; este hombre es Abraham/Ibrahim (la paz sea con él), un Profeta de Al-lâh, y el padre de los profetas.
Abraham (la paz sea con él), comenzó a meditar acerca de la creación de Al-lâh - Quien aún él no conocía - pero se dio cuenta de Su poder y creatividad. Él iniciósu viaje en la búsqueda de Dios, y esta es su historia, como fue narrada por el Sagrado Qur'an:
Así fue como mostramos a Ibrahim el dominio de los cielos y de la tierra para que fuera de los que saben con certeza.
Y cuando cayó sobre él la noche, vio un astro y dijo: 'Este es mi Señor', pero cuando desapareció, dijo: 'No amo lo que se desvanece'.
Y cuando vio que salía la luna, dijo: 'Este es mi Señor'. Pero al ver que desaparecía, dijo: 'Si mi Señor no me guía, seré de los extraviados'.
Y cuando vio el sol naciente, dijo: 'Este es mi Señor, pues es mayor'; pero cuando se ocultó, dijo: '¡Gente mía, soy inocente de lo que asociáis!'
Dirijo mi rostro, como hanif, a Quien ha creado los cielos y la tierra y no soy de los que asocian.
Su gente disputó con él, y él dijo: '¿Me discutís sobre Al-lah cuando Él me ha guiado? No temo lo que asociáis con Él, excepto lo que mi Señor quiera. Mi Señor abarca con Su conocimiento todas las cosas. ¿Es que no vais a recapacitar?' El Sagrado Qur'an Sura Al Anaam (de Los Rebaños): 75 – 80.
Pues, Abraham (la paz sea con él) presintió que hay una fuerza que lo ha creado todo, incluso los cielos y la tierra, y sintió en sí mismo que esos dioses adorados por su pueblo, no los protegían del hambre, ni de la pobreza, y estaban lejos de crear algo, y luego resultó que ellos ni siquiera podían defenderse.
Abraham tomó sobre sí la tarea de buscar a su Señor; primero, comenzó a mirar el cielo y vio una estrella grande, él dijo: 'éste es mi Señor', pero la estrella se puso y desapareció con la caída de la noche. Abraham estaba sorprendido, ¿cómo tomar un dios que se va con la caída de la noche?... Abraham continuó su búsqueda hasta que vio la luna en el cielo; pensó que era el Dios a quien estaba buscando, pero la luna no permaneció más tiempo que la estrella, y también se fue con el amanecer.
Cuando el Profeta Abraham (la paz sea con él) vio el sol, su esperanza creció, y pensó '¡este es más grande, debe ser el Dios que estaba buscando!'; pero no todo lo que esperamos se realiza, cuando el sol se puso al final del día, también, se desvaneció la esperanza de Abraham de encontrar a quién buscaba, y sufrió frustración y desesperación, hasta que Dios lo guió a la fe verdadera y le envió Su revelación para informarle que Dios lo había elegido para ser el advertidor de su pueblo y un Profeta.
Este es el Dios a quién Abraham (la paz sea con él) estuvo buscando, no era ni el sol, ni la luna, ni los ídolos adorados por el pueblo de Abraham, sino Al-lâh el Creador de los cielos y la tierra.
Este viaje en busca de Al-lâh, no fue el único; hay otros viajes realizados por otras personas, en la búsqueda de Al-lâh, pero miles de años después de la muerte de Abraham (la paz sea con él)… un viaje que vamos a conocer en nuestro próximo artículo.
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